Antonio Banda, consejero delegado de Feelcapital Eafi, se muestra positivo con los mercados en 2019. En especial, ve oportunidades en la renta variable y la deuda de alto rendimiento ('high yield'). Se muestra convencido de la conveniencia de un asesoramiento individualizado y, sobre todo, de la necesidad de salir de los depósitos.
Pregunta (P.): ¿Cómo enfocan las carteras tras el descalabro de 2018 y la incertidumbre actual?
Respuesta (R.): Nosotros individualizamos la inversión. No tenemos una cartera modelo y partimos de una premisa totalmente distinta. A cada cliente le damos la respuesta a su necesidad de inversión dependiendo de la aversión al riesgo y las expectativas del mercado. Para asesorar a un cliente previamente hemos medido su riesgo y, sobre todo, vemos la capacidad que tiene para asumir riesgo. Y, en función de eso, seleccionamos los activos y le ofrecemos una rentabilidad.
"Hay muchísimo dinero en liquidez y no tiene sentido que no se dé rentabilidad a ese dinero, que es lo que pasó en 2018"
Tenemos una perfilación de 10 preguntas, que la CNMV nos aprobó expresamente, y esas 10 preguntas nos dan la posibilidad de poner en correlación cuatro algoritmos cuadráticos encadenados. El resultado de esos algoritmos es una cartera individual y nuestro modelo tiene la posibilidad de crear un millón de carteras distintas. Tenemos 10 categorías de inversión, cinco de renta variable, cuatro de renta fija y monetarios, y se hace una selección de activos dentro de esas categorías. Después hacemos un seguimiento continuado y cuando la cartera de ese cliente se pasa de riesgo o se queda corto, le advertimos de que tiene que cambiarla. Tenemos clientes que llevan cinco años con nosotros y no les hemos cambiado ningún fondo. Y a otros que les cambiamos la cartera dos veces a la semana.
P.: ¿Cómo ven 2019?
R.: Creemos que va a ser muy bueno. Fundamentalmente porque el ruido político va a bajar y los mercados se han reajustado. El crecimiento económico en EEUU y Europa es consistente y, a pesar del ruido en torno a la posible paralización, vemos que la microeconomía tiene muy buens pinta. Y eso lo tiene que reflejar. Hay muchísimo dinero en liquidez y no tiene sentido que no se dé rentabilidad a ese dinero, que es lo que pasó el año pasado. El elemento clave fue el ruido político. Durante el trimestre final de año la mayor preocupación venía de Trump, Brexit e Italia por temas que no eran económicos, sino políticos. Este año tenemos casi todas las cosas más claras. Trump se ha quedado en nada; el Brexit está por resolver, pero no es un asunto que vaya a tener un impacto global.
P.: ¿En qué tipo de activos ven más valor y en cuáles más riesgos?
R.: Esperamos un buen año para la renta variable en general y para los bonos 'high yield'. En renta variable estamos viendo más posibilidades de obtener rentabilidad en emergentes , en acciones americanas. Aunque tampoco creemos que se queden atrás ni la europea ni la española.
Y donde vemos que hay más posibilidades de tener problemas es en los bonos de gobierno a corto plazo. Ahí hablamos del mercado global, aunque nuestro principal sesgo es europeo.
P.: ¿Cómo evalúan los riesgos macroeconómicos, geopolíticos y comerciales, entre otros, que hay actualmente sobre la mesa?
R.: Al cliente le solucionamos la inversión, pero el riesgo lo tiene que decidir él. Nosotros podemos descontar los términos económico, pero no los políticos. Si hay un elemento que no podemos controlar, avisamos a todos nuestros clientes que tienen que revisar su riesgo. Lo llamamos el botón de pánico y lo hemos apretado dos veces, con la votación del Brexit y cuando Trump ganó las elecciones en Estados Unidos.
"Al cliente le solucionamos la inversión, pero el riesgo lo tiene que decidir él"
Si ahora hubiese un elemento político que cambiase la valoración de los mercados, enviaríamos un email a nuestros 15.000 usuarios y les avisaríamos de la situación, pero no les diríamos qué es lo que tienen que hacer. Algunos lo ven como una oportunidad e incrementan su posición y otros lo ven como un riesgo y la reducen. En el caso del Brexit, el 20% de nuestros clientes incrementaron el riesgo y el 20% lo redujeron.
P.: ¿Cómo está afectando la volatilidad de los mercados a los activos tradicionalmente más conservadores?
R.: A la hora de recomendar un activo a un cliente consideramos las expectativas que tenemos para ese activo, tanto la rentabilidad esperada como su riesgo. La suma de ese riesgo es la parte que más pesa para determinar hasta qué punto el cliente puede acceder a determinada rentabilidad de los activos.
El año 2018 se ha caracterizado por una paralización de la comercialización de los fondos de inversión de renta fija mixta por las entidades financieras como consecuencia de las rentabilidades negativas de los mercados. Seguimos en un sector en el que prima la venta del producto, a corto plazo, frente a la perfilación del cliente y los objetivos de inversión a largo plazo.
La renta fija mixta fue la categoría que mayor crecimiento tuvo en 2017 y parte de 2018 debido al traspaso que se produjo desde los depósitos. Las entidades financieras intentaron mover a sus clientes a una categoría que, en principio, parecía que podía obtener rentabilidades cercanas al 2% sin grandes riesgos, y resultó que 2018 ha sido el peor de los últimos 10 años para la renta fija mixta. Habían calculado que la rentabilidad financiera de ese producto iba a ser del 1% y se han encontrado que ha tenido una rentabilidad negativa del 5%. Y la solución que les dan es volver al depósito.
Nosotros vemos claramente que en el depósito no tiene que estar nadie porque la rentabilidad es nula. Tiene más sentido separar el dinero que se quiere tener y dejarlo en liquidez y destinar una parte a invertir bien en activos de riesgo o en carteras combinadas. A cada cliente le creamos su cartera de fondos, que al final es una cartera mixta también, pero individualizamos esa decisión. Eso le permite estar mucho más próximo a sus necesidades y no le damos un producto enlatado que, si va mal, todos los partícipes salen mal parados. Nuestros sistemas de valoración nos ayudan a elegir activos que añaden valor al índice y, como asesores, consideramos que esa es la forma de ayudar al cliente para buscar los activos que le van a dar mayor rentabilidad.