La inversión con criterios de sostenibilidad no ha dejado de crecer en los últimos años. Incluso ahora que las dudas sobre la solvencia de la economía mundial son cada vez más profundas. Pilar Vila, directora de marketing de Schroders, explica que esto se debe a que “no te protege en sí misma, pero sí te prepara mejor frente a una recesión”.
Vila atribuye este aspecto cortafuegos de la inversión sostenible al hecho de que el análisis de cómo se relaciona una empresa con su entorno “permite comprender mejor a qué riesgos está expuesta”. Eso sin olvidar que, además, las empresas más responsables en este ámbito a menudo gozan de una calificación crediticia más elevada y, por tanto, de “un mejor acceso a la financiación”.
A los temores de que esta estrategia de inversión pueda estar sobredimensionada, la responsable de Schroders manda un mensaje de tranquilidad. “En absoluto se está viviendo una burbuja”, responde tajante para asegurar que nivel mundial el crecimiento ha sido del 34% en los últimos tres años y que, aunque en Europa un 50% de los activos ya se gestionan bajo estos criterios, en EEUU y Japón se quedan en el 26% y el 18% de las inversiones.
En cualquier caso, apunta que la inversión con criterios sostenibles ambientales, sociales y de gobernanza (ASG), “son una realidad ineludible”, ya que actualmente “nueve de cada diez gestoras han firmado los principios de la ONU” en la materia. Si en 2002 solo un 10% de estos activos estaban en manos de pequeños inversores, ahora han multiplicado esta cota por 2,5 veces.