La persistencia de las tensiones de liquidez en los mercados de financiación a corto plazo en EEUU sigue obligando a la Reserva Federal (Fed) a emplearse a fondo para intentar calmaras con inyecciones de urgencia. Este miércoles, y por séptimo día consecutivo, el banco central norteamericano salió de nuevo al mercado para abastecerlo de dólares en un contexto en el que, además, la demanda no deja de crecer. 

En concreto, la Fed de Nueva York, el brazo ejecutor de la entidad para este tipo de operaciones, proporcionó todo el dinero que se ofreció a prestar a un día, 75.000 millones de euros, frente a unas peticiones que alcanzaron los 91.950 millones, la suma más alta de cuantas se ha encontrado en estas operaciones. 

Esta demanda prolonga la recibida ya un día antes, en el que convocó dos operaciones, una para prestar dinero a un día y otra para prestar dinero a 14 días. En la primera suministró 75.000 millones con una demanda de 80.200 millones y en la segunda, 30.000 millones con una demanda de 62.000 millones. En total, por tanto, en una sola jornada bombeó 105.000 millones y recibió peticiones por 142.200 millones. 

Ante la creciente demanda de las dos últimas jornadas, en la noche del miércoles la Fed anunció la ampliación de las cantidades que pondrá a disposición del mercado. El montante de las operaciones a un día pasa de 75.000 a 100.000 millones de dólares y el de las operaciones a 14 días, de 30.000 a 60.000 millones. 

Estas nuevas condiciones han estado ya vigentes en las operaciones realizadas este jueves, saldadas con una inyección total de 110.100 millones. A 14 días ha bombeado el máximo, 60.000 millones, con una demanda de 72.750 millones. A un día, menos que los últimos días, puesto que ha suministrado los 50.100 millones que le han pedido. 

La creciente demanda ha obligado a la Fed a ofrecer más dinero al mercado. El montante de las operaciones a un día pasa de 75.000 a 100.000 millones de dólares y el de las operaciones a 14 días, de 30.000 a 60.000 millones

Estas últimas inyecciones engordan ya hasta los 634.000 millones de dólares la suma que la Fed ha volcado en el mercado para mantener lo suficientemente lubricada y a unos costes controlados la financiación a muy corto plazo a través del mercado de repos, un segmento clave para que los bancos obtengan el dinero que necesitan cada día para operar

¿COYUNTURAL... O NO? 

La Fed está llevando a cabo estas inyecciones en un entorno de crecientes sospechas. Más que nada, porque la entidad no se veía obligada a realizar maniobras así desde hace una década, cuando los peores momentos de la crisis financiera secaron los mercados y la Fed tuvo que regarlos de liquidez. Y ahora, tras una década parada, la maquinaria del suministro de financiación de urgencia vuelve a estar en marcha y viene funcionando sin descenso desde el 17 de septiembre

En un principio, las restricciones de liquidez, que llevaron a desembocar en unos costes de financiación próximos al 10% cuando deberían haberse movido en torno al 2%, fueron explicadas por motivos puntuales. En concreto, el vencimiento del plazo para que las empresas presentaran sus declaraciones fiscales y la acumuación de subastas de deuda pública norteamericana, dos cuestiones que pudieron provocar una escasez transitoria de dólares en el mercado de financiación a más corto plazo, el de repos, en el que los bancos consiguen un préstamo temporal de dinero a cambio de un activo que dejan como garantía -habitualmente, deuda pública- y de un interés.

Sin embago, y conforme los días continúan pasando y la Fed se sigue viendo exigida, las dudas acerca de si en realidad está ocurriendo algo más serio, como una restricción más estructural, se acrecientan. Sobre todo tras las fuertes demandas recibidas en las operaciones del martes y del miércoles. "La situación parece empeorar, aunque habrá que esperar a que pase el cierre del trimestre para ver cuánta de esa demanda es debida a factores puramente estacionales", apunta Juan Ignacio Crespo, analista financiero y asesor del fondo Multiciclos Global FI Renta4.

En caso de que las restricciones vayan más allá del cierre del trimestre, la Fed tendrá que actuar con herramientas más estructurales o calmantes. Una de ellas pasaría por crear un instrumento permanente de financiación del mercado del repos. Otra, mencionada la semana pasada por el propio presidente de la entidad, Jerome Powell, consistiría en retomar las compras netas de activos en el mercado para volver a engordar el balance de la Fed y crear más reservas bancarias con las que las entidades pondrían de nuevo más dólares a disposición del mercado, Es decir, lanzar un nuevo programa de expansión cuantitativa (QE), que sería el cuarto desde 2008 (QE4). Con los tres anteriores, desplegados entre 2008 y 2014, inyectó más de 3,5 billone de dólares en la economía

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