No había pasado ni media hora desde que la Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU, había anunciado un nuevo recorte de los tipos de interés, el segundo consecutivo, también de un cuarto de punto, como el anterior, como el de julio, solo que esta vez para llevarlos del 2-2,25% al 1,75-2%, cuando Donald Trump irrumpió de nuevo. En Twitter, por supuesto. Ni siquiera esperó a la rueda de prensa que el presidente de la Fed, Jerome Powell, iba a ofrecer desde las 20:30 horas. No le concedió ni el beneficio de la duda, muestra manifiesta de hasta qué punto lo menosprecia. "Jay Powell y la Fed han vuelto a fallar. No tienen agallas, ni sentido, ni visión. Un pésimo comunicador", escribió.
Estaba cantado que Trump no se iba a conformar con un recorte de 25 puntos básicos. Quería más. Esta misma semana, el lunes, ya había reclamado "una gran rebaja de los tipos". Y en su opinión, este cuarto de punto, por mucho que se añada al cuarto de punto de julio, apenas es nada.
Si al menos los hubiera recortado en medio punto, como apoyó James Bullard, uno de los tres votos contrarios que recibió la decisión de bajarlos un cuarto de punto. Sí, de los 10 miembros del Comité Federal del Mercado Abierto (CFMA), tres rechazaron el tijeretazo de 25 puntos básicos, la mayor contestación desde septiembre de 2016. Curiosamente, los otros dos, Eric Rosengren y Esther George, ya figuraron entre los disidentes de hace tres años. Si entonces se opusieron a la decisión de mantener los tipos, porque hubieran preferido subirlos, ahora refuerzan su condición de duros -'halcones'- porque rechazaron el descenso de los tipos y se mostraron partidarios de mantenerlos.
Powell no está logrando imponer su criterio ni forjar los consensos suficientes en la Fed. Su autoridad está cuestionada. Y Trump, que lo huele, que lo sabe, agrava la situación con presiones cada vez más insistentes y directas
Lejos de ser una simple anécdota, semejante fractura en el Comité, en un momento tan delicado, con las presiones de Trump apretando hasta el extremo, constituye precisamente el síntoma más evidente del desgaste que las críticas y los ataques públicos del presidente estadounidense están causando en Powell. Con su autoridad en cuestión un día tras otro, Powell no está logrando imponer su criterio ni forjar los consensos suficientes en el CFMA como para adoptar las decisiones de manera más uniforme y transmitir una imagen de mayor unidad. Un 'todos a una' que en un trance como el actual, con Trump comprometiendo la independencia de la Fed, supodrían un activo de lo más valioso, un refuerzo clave para demostrar que la Fed está a salvo de las críticas, que es inexpugnable.
El 'caso Bullard'
Con el agravante de que Bullard no es un 'cualquiera'. Se trata, sin duda, de unas de las voces más influyentes de la Fed para los mercados. Ya en junio, cuando el resto de los miembros del Comité respaldó mantener los tipos, él votó en contra porque quería bajarlos ya. Y ahora, en septiembre, le parece escaso reducirlos en un cuarto de punto.
Esta posición, reforzada con su influencia, incrementa las sospechas acerca de si, en efecto, la Fed no debería acelerar la rebaja de los tipos dada la incertidumbre imperante, reconocida por Powell como la palanca que ha llevado a la entidad a abaratar el precio del dinero en septiembre. "Es duro tener unas expectativas sólidas sobre el nivel en el que estarán los tipos en un año", admitió Powell para constatar que, con la guerra comercial importunando, no es fácil intuir por dónde irán las cosas.
La Fed encaró 2019 con dos subidas adicionales de los tipos en su hoja de ruta. Ahora, y tras dos recortes, camina hacia una tercera rebaja
Su inclinación, eso sí, está clara. La Fed ya ha bajado los tipos dos veces y lo que aguardan son más recortes. El próximo, este mismo año. Siete de los 17 miembros de la entidad ya sitúan los intereses en el 1,50-1,75% a final de año, es decir, un cuarto de punto por debajo del nivel actual. En junio, nadie los veía ahí, lo que nutre la sensación de que ya hay otra rebaja en marcha.
El mercado así lo espera. No la observa en la cita de finales de octubre, pero sí en la de los días 10 y 11 de diciembre. Por ahora, el mercado concede una probabilidad del 61,2% a que la Fed volverá a recortar los tipos en esa reunión, un descenso que podría ser de hasta medio punto porcentual.
De confirmarse este escenario, 2019 será el año que empezó con la Fed queriendo subir los tipos dos veces más y que terminó con la Fed ejecutando tres bajadas del precio del dinero. Otro síntoma de la confusión instalada en la entidad, a la que Powell, en una posición cada vez más difícil, no logra dar solución.