La Reserva Federal (Fed) de Nueva York ha llevado a cabo este lunes la última operación especial de financiación a corto plazo de septiembre. Ha inyectado 63.500 millones de dólares, la misma cantidad que le han pedido y que ha sido inferior al límite de 100.000 millones que la entidad estaba dispuesta a bombear.
Con esta inyección, el montante total suministrado por la Fed en las dos últimas semanas para contener las restricciones surgidas en el mercado de repos, clave para que los bancos consigan la financiación que necesitan a muy corto plazo para poder operar, asciende a 769.200 millones de dólares. La institución lleva convocando y realizando estas operaciones de financiación a 1 y 14 días a cambio de colateral -garantías, habitualmente títulos de deuda pública- y un tipo de interés desde el 17 de septiembre, cuando no lo hacía desde lo peor de la crisis financiera en 2008.
Este precedente es el que explica los recelos existentes en el mercado acerca de la irrupción de estas tensiones, cuya relevancia será puesta a prueba en las próximas jornadas. Si, como han manifestado fuentes oficiales, las restricciones han aparecido por fenómenos técnicos puntuales, como el cierre del trimestre o el calendario fiscal de las compañias, se disiparán en los próximos días, ya con el nuevo trimestre en marcha.
Por el contrario, si persisten, quedará claro que no son fruto de aspectos pasajeros y evidenciarán que el mercado monetario estadounidense tiene un problema más serio que obligará a la Fed a emplearse más a fondo, bien creando un mecanismo permanente de financiación de repos, bien reactivando sus programas de expansión cuantitativa (QE) para reforzar la liquidez del sistema y la transmisión de la política monetaria dentro de los costes de financiación pretendidos por la institución.
Los resultados de las subastas de los dos últimos días, saldadas con una menor demanda, representan un indicio positivo. Pero serán los próximos días los que tendrán la última palabra. Por ahora, la Fed tiene intención de seguir convocando estas operaciones de financiación hasta el 10 de octubre.
Con las inyecciones que ha llevado a cabo desde el 17 de septiembre, la Fed ha buscado tanto abastecer de dólares un segmento, el del mercado de repos, que es clave para la financiación bancaria como contener los costes de financiación, que el 17 de septiembre llegaron a dispararse hasta el 9%, cuando en ese momento los tipos oficiales de la entidad se situaban en el 2-2,25%. Ahora, ya con los tipos en el 1,75-2% tras el recorte acordado en septiembre, los costes de financiación a un día sí se están moviendo en esta horquilla, aunque con tramos de las operaciones en las que los costes superan el 2%.