Europa sobre EEUU. El sorpaso de las bolsas del Viejo Continente frente a la principal plaza financiera del mundo lleva meses sobre la mesa de las principales casas de análisis que, con Wall Street en máximos históricos, apuestan todo a este lado del Atlántico de cara a los primeros meses de 2020.
Algo parecido empieza a ocurrir en el sector bancario, aunque con pequeños matices que obligan a adoptar un enfoque más que selectivo a los inversores. Según informa Bloomberg, JP Morgan ha remitido una nota a sus clientes en la que, por primera vez en tres años, prevé una mayor rentabilidad para la banca europea cotizada que para el sector en EEUU.
Es cierto que el entorno de tipos de interés negativos obliga al mercado a extremar la cautela en el largo plazo. De hecho, la firma de inversión aconseja a sus clientes evitar posicionarse en las entidades más expuestas a los tipos de interés, entre las que cita a CommerzBank y, en España, a Bankia. Pero en el corto plazo sí ve oportunidades en el sector, al que otorga un potencial alcista del 15%.
Entre otros factores positivo que han animado a este cambio de visión, los analistas de la firma apuntan a una mejora en el beneficio por acción prevista para este año y a la elevada rentabilidad por dividendo que actualmente ofrece el sector.
Este último aspecto se debe, entre otras cosas, a que los bancos han sido la segunda peor industria cotizada en el Stoxx 600 en los últimos tres años, con caídas medias del 16% frente a las ganancias del 15% registradas por este indicador. En la última década, el índice ha caído un 35%, frente a la exitosa evolución del S&P 500 Banks Index, que triplicó su capitalización en el periodo, según datos de Bloomberg.
DIVIDENDOS SEGUROS
En este escenario, y recordando el difícil entorno de bajos tipos de interés, los analistas de JP Morgan recomiendan una estrategia de selección de valores apostando por los “dividendos seguros” dentro del sector. En este sentido, apunta a firmas como ING o el noruego DNB. La entidad holandesa destaca entre las más generosas con sus accionistas con una rentabilidad por dividendo cercana al 6,5% con dos pagos que realiza en mayo y en agosto.
En este sentido, las dudas tendrían que ser mayores para los bancos españoles que, aunque se mantienen también entre los más generosos con sus inversores, han comenzado a cambiar las fórmulas de reparto como ‘medida de precaución’ ante el impacto en cuenta de los bajos tipos de interés.
El Banco de España lleva tiempo solicitando al sector que sea más “discretas” con su política de dividendos, mientras que el Banco Central Europeo (BCE) ha insistido en repetidas ocasiones en que el exceso de capital debe destinarse al crédito más que a la retribución al accionista.
Con este telón de fondos, algunas entidades han empezado a mover ficha para mantener su dividendo sin dañar el capital. Por ejemplo, Banco Sabadell pagó su último dividendo a cuenta con un ‘mix’ de acciones en autocartera y efectivo. Banco Santander estudia una fórmula similar para el segundo y último abono del dividendo con cargo a 2019 que se pagará en mayo de 2020. Pero está claro que no será todo en efectivo. Por su parte, Bankia también ha abierto la puerta a una recompra de acciones para cumplir con la ‘megaretribución’ de 2.500 millones de euros comprometido en su Plan Estratégico.