Se acabó el oasis. La industria de fondos de inversión había iniciado 2020 con el ánimo renovado tras recuperar la confianza de los partícipes, con rentabilidades medias positivas en todas las categorías durante 2019.
La perspectiva de mayores ganancias provocó a principios de año una avalancha de suscripciones a este tipo de productos, impulsada también por las nuevas estrategias comerciales de los bancos para derivar a sus clientes menos rentables de depósitos a fondos. En concreto, el sector captó en enero y febrero 3.340 millones de euros de entradas netas, un flujo que no se veía desde hace años.
Pero eso se acabó. La grave crisis provocada por el coronavirus ha sembrado el pánico entre los partícipes que, solo durante estas semanas de marzo, han retirado 4.425 millones de euros de sus fondos. Y eso solo las salidas netas, sin tener en cuenta la pérdida patrimonial que para la industria ha supuesto los bruscos descensos del mercado. En total, la factura sobre el patrimonio supera los 29.000 millones de euros, según datos de VDOS.
Según datos de Morningstar, los días 10, 13 y 17 de marzo se produjeron las mayores salidas de dinero en el sector.
Las fechas coinciden con las jornadas posteriores a las grandes caídas de las bolsas que, en el caso del Ibex 35, fueron del 8%, del 14% y del 7,8%, respectivamente. El día 13 fue, de hecho, una jornada negra para la industria con la fuga de más de 2.500 millones de euros de los partícipes, según datos de la firma de análisis.
El mundo al revés en bolsa
Lo más curioso de todo es que, en medio de la debacle, han sido precisamente los fondos de renta variable los que mejor han aguantado el tirón en plena oleada de ventas. Según datos de VDOS, estos productos registraron suscripciones netas de 170 millones de euros hasta el 20 de marzo, frente a los reembolsos registrados en todo el resto de categorías, incluidas las más conservadoras.
Los reembolsos ascienden a 424 millones entre los fondos garantizados, y superan los 1.000 millones en renta fija. Sin embargo, son los fondos mixtos los que han sufrido el golpe más duro con la salida de cerca de 2.500 millones de euros solo en marzo.
La pregunta ahora es, si las bolsas han entrado en terreno bajista, ¿por qué estos fondos siguen captando el interés de los partícipes? Los expertos coinciden en una respuesta común, apuntando a la rapidez con las que se han producido las caídas, impidiendo reaccionar a tiempo a los inversores.
Pero hay otra versión que apunta a la caza de gangas.“Las caídas también brindan oportunidades a los más atrevidos, que están buscando en las jornadas negras incrementar su posición en bolsa a precios muy atractivos pese al descenso de beneficios empresariales que se espera para este año”, indica un analista de una gestora nacional.
Presión de venta
Desde Morningstar añaden que, “cuando las bolsas están bajo presión de venta, los activos refugio como los bonos del tesoro americano o los metales preciosos ayudan a los inversores a amortiguar sus carteras, pero en estos días, incluso esas clases de activo han estado bajo la misma presión”.
Los analistas de la firma dan una visión técnica para explicar este comportamiento, aparentemente equivocado, de los partícipes. Y no es solo una cuestión de gangas.
“Durante las retiradas del mercado, los inversores suelen vender las acciones en cartera de más riesgo y reasignan esas ganancias a bonos más seguros”. Sin embargo, esta relación histórica que se mantuvo hasta principios de marzo, se rompió después de que la rentabilidad de los bonos del tesoro americano alcanzara nuevos mínimos históricos a principios de la pasada semana.
Lo mismo está ocurriendo con el oro, incapaz de sostener su bandera de activo refugio. “Algunos fondos de cobertura (hedge funds) registran pérdidas de más del 20% en lo que va de año y es probable que estén vendiendo o liquidando sus posiciones en oro, aunque no quieran hacerlo”, explican los expertos.
Es decir, en un ambiente de volatilidad extrema, donde todas las clases de activos corren el riesgo de registrar pérdidas, algunos inversores han aprovechado las caídas en bolsa pensando en el esperado rebote a largo plazo, aunque por el camino sufran algún disgusto que otro. Y, según Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco, hay quienes incluso llevan semanas aguantando el tirón sin realizar reembolsos, aunque como evidencian las cifras, no son el conjunto de los partícipes.
“Los partícipes entienden que sus objetivos son de medio y largo plazo, especialmente en las estrategias de renta variable y algunas de renta fija”, indica. A su juicio, “la mejor perfilación del nivel de riesgo que en los últimos años han hecho los comercializadores hacen que hoy los siete millones de partícipes en fondos conozcan mejor las características de sus inversiones”.