La oferta de Six Group por el control de BME entra en su fase crítica. Desde este lunes 30 de marzo y, como mínimo, hasta el próximo 11 de mayo, estará vigente el plazo para de los actuales accionistas de la sociedad rectora de las bolsas españolas se adhieran a la oferta de los suizos. Serán al menos 43 días en los que sopesar qué hacer con los títulos que aún aguantan en su cartera.
El folleto de la oferta pública de adquisición (opa) presentado por Six Group y aprobado por el Gobierno y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) contempla la posibilidad de que este plazo inicial de 43 días pueda extenderse más allá. Incluso hasta consumir el máximo de 70 días naturales que contempla la normativa vigente aplicable.
Sin embargo, en el mercado se da por hecho que no habrá prórroga a este periodo de aceptación a no ser por causas ajenas a Six, como podría ser la aparición de una contraopa por parte de algún competidor del sector, como Euronext. Algo que, según los términos actuales de la oferta, tendría que producirse antes del 6 de mayo.
Si esta puja rival no llegase, el único modo de entender esta ampliación de calendario estaría en una aceptación inferior o muy justa respecto al mínimo previsto del 50% más una acción previsto por los suizos para seguir adelante con la operación.
En este sentido, Six Group ha insistido en varias ocasiones en que no tiene intención de excluir necesariamente de cotización las acciones de BME. De hecho, el folleto asegura que esta posibilidad se contemplaría únicamente si llegado el próximo 11 de mayo escapa de su control menos de un 5% del capital de la española sin contar posiciones que, por sí solas, superen un 3% del accionariado.
Pendientes de los grandes accionistas
Actualmente, en este arranque del plazo de aceptación planteado por los dueños de la Bolsa de Zúrich, apenas cinco inversores sobrepasan o están cerca de esta cota. A la cabeza de ellos, Corporación Financiera Alba, el brazo inversor de Banca March, que cuenta con un 12,1% del capital de BME. Después, BlackRock, que en las últimas sesiones ha ido engordando su peso hasta el 3,7%. Siguen el fondo oportunista Sand Grove Opportunities (3,4%), Lyxor (3,1%) y Norges Bank (2,3%).
La opción que en los próximos días vayan tomando o anunciando estos inversores de referencia, determinará, sin duda, el camino a seguir para muchos pequeños accionistas, que en BME son legión. Si atienden a lo que manda el consenso de los analistas que más de cerca siguen su evolución bursátil y de negocio, deberían aguantar posiciones hasta más adelante.
Y es que esta es la opción para seis de los 12 analistas que marcan recomendación para la cotizada, según datos de Refinitiv. Solo cuatro se inclinan por las ventas y dos son los que invitan a las compras.
Por lo que respecta al precio objetivo de consenso, BME no cuenta con potencial alguno. Lo que implica que los ánimos en torno a una posible guerra de opas por el control de la compañía se han enfriado sobremanera desde los primeros anuncios de Six y Euronext. El techo que marcan para la sociedad está en 33,32 euros por acción, casi a la par que los 33,4 euros por título que ofrecen los suizos y también en línea con su actual cotización.
¿Vender ya, aguantar o esperar?
Es por este cúmulo de circunstancias que los analistas de Bankinter aconsejan “vender parcialmente en el mercado entre un tercio y la mitad de las posiciones ahora y esperar con el resto [...] al final del periodo de aceptación por si Euronext u otro operador lanza una oferta a un precio superior”. Una estrategia por la que también optarán, según ha podido saber Invertia, varios gestores que acumulan posiciones relativamente significativas en BME a través de sus fondos de inversión.
Para Eduardo Bolinches, analista de Invertia, la opción más sensata sería deshacer por completo las posiciones existentes en acciones de BME para “dedicar el dinero a otros valores con potenciales de revalorización más interesantes”. En este sentido, el precio que ofrece Six ya no aporta prima alguna sobre el precio actual -era de casi el 34% el día del anuncio- y tras el descalabro generalizado provocado por la epidemia de coronavirus, muchas compañías gozan de una amplia cancha para la remontada.
Poco margen al ‘trading’
El analista técnico Miguel Momobela, de XTB, considera que “ahora mismo entrar y salir con posiciones especulativas o de cara a la opa tiene poco interés porque las comisiones de corretaje se pueden comer el poco beneficio que se obtenga”. En su lugar, el experto aconseja a los inversores de largo plazo mantener posiciones hasta el final.
Aunque Six ha anunciado que previsiblemente revisará la política de dividendos de BME, la recepción de rentas se mantiene como insignia de la casa. De momento, para primeros de mayo ya hay anunciado otro reparto de caja fuerte, que se descontará del precio final de la opa. Si acabado este tiempo de aceptación se mantiene la cotización de la compañía, los inversores podrán deshacer posiciones en el mercado en cualquier momento.
Por lo contrario, si se procede a una exclusión con compras forzosas de acciones, el peor destino posible es cobrar lo mismo que los que más se prisa se den en decir que venden.
Por su parte, Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities se decanta por recomendar que “esperen hasta el último momento por si hay contraopa”. En este caso, los inversores podrán escoger con todos los datos sobre la mesa cuál es la opción que más les interesa.
No obstante, conviene recordar que en caso de que llegue competencia para Six, los inversores pueden establecer el orden de preferencia en la aceptación en cualquier momento y tan pronto como se oficialice cada nueva oferta competidora. En caso de que no llegue rival, su recomendación es “ir a la oferta con todas las acciones”.
Década y media después
Quedan, por lo menos, 43 días para saber cuál es el futuro de BME. La compañía responsable de las cuatro bolsas de valores españoles podría terminar su andadura por ellas 14 años después de su debut, allá por julio de un año 2006 prolífico en las salidas a bolsa que ahora brillan por su ausencia.