La sombra del coronavirus es alargada sobre la bolsa española. El Ibex 35 cierra este martes el peor semestre de su historia con un desplome del 24,3% que deja su gráfica en los 7.231,4 puntos. La remontada del segundo trimestre del año, muy limitada por el miedo a los rebrotes y la marcha atrás de la reapertura económica, se ha quedado en nada frente al descalabro acumulado en los episodios más críticos de la epidemia y el confinamiento.
El desplome económico del que siguen dando cuenta los datos y previsiones macroeconómicas que ven la luz día tras día siguen sin permitir al Ibex 35 una remontada más ágil como la que sí se ha visto en otras plazas europeas. Sin este maquillaje, pues el índice español apenas ha sumado un 1,9% en junio, la foto de mitad de año es mucho más ingrata que la de otros como el DAX alemán (-7,7%), , el Ftse MIB italiano (-17,4%), el Ftse 100 británico (-18,2%) y el Nasdaq 100 estadounidense (+15%).
La magnitud del retroceso supera con cierta holgura el 23,66% que el índice español se dejó en el segundo semestre de 2008, cuando le tocó digerir la caída de Lehman Brothers con que se desencadenó la última crisis financiera global. En este sentido, la banca que tanto pesa en el Ibex se está enfrentando a un recorte de ratings más abultado que entonces. Aunque el problema ya no está en los balances del sector, el frenazo económico amenaza con mermar su solvencia y recortar su capacidad de negocio.
La mano dura de los bancos centrales
No conviene olvidar tampoco que a lo largo de estos tres meses los bancos centrales han desplegado un completo arsenal de estímulos insólito hasta la fecha. Mientra que el Banco Central Europeo (BCE) ha elevado su programa antipandemia de compra de deuda por encima de todas las previsiones, la Reserva Federal de EEUU (Fed) ha acelerado su cambio de guion hasta aseverar que mantendrá los tipos de referencia en mínimos históricos hasta, al menos, el año 2022.
Este martes de cierre semestral, la intentona de recuperar los 7.300 puntos por parte del selectivo español se esfumaba poco después de la apertura. Sin embargo, el índice ha logrado esquivar un desenlace que podría haber sido peor, pues a media sesión llegaba a perder de vista incluso los 7.200 enteros. Con todo, en el segundo trimestre suma un 6,6% al alza, incapaz de compensar las cifras acumuladas entre enero y marzo.
Banca y turismo, al fondo
La banca y los valores turísticos han sido los dos sector que más han caído en estos seis meses. Banco Sabadell se ha llevado la palma, con un retroceso de nada menos que un 69,3% que pone en apuros la continuidad de su gráfica por encima de los 0,3 euros por acción. IAG (-65,3) y Meliá Hotels (-51,1%) han completado el ingrato podio bajista.
Muy de cerca, con descensos superiores al 40% cierran el primer semestre del año Banco Santander, Merlin Properties, Repsol, ArcelorMittal y BBVA. Otro de los pesos pesados del índice, Telefónica, ha logrado aliviar su retroceso al 27% hasta el cierre de junio.
Cinco a contracorriente
Al otro extremo de la tabla de revalorizaciones, solo cinco valores han conseguido llegar a la foto de mitad de año en terreno positivo. Entre ellos, mención destacada para Cellnex, que ha logrado sumar un 41,5% a su gráfica a contracorriente.
Los siguientes valores de la reducida lista han sido Viscofan (+23,8%), Iberdrola (+13,5%), MásMóvil (11,9%) y Siemens Gamesa (+0,29%). La penúltima cuenta con el soporte de la opa que han lanzado por el 100% de sus acciones los fondos Cinven, KKR y Providence. La última logra salvar los muebles incluso después de haber lanzado su tercer 'profit warning' en lo que va de año.
A pesar de que la epidemia y los eventuales brotes parecen contenidos en Europa, en EEUU, Latinoamérica y Rusia el coronavirus sigue marcando máximos de contagios diarios y hospitalizaciones, lo que hace a los economistas pensar en que el golpe a la economía mundial podría ser sustancialmente mayor a lo descontado hasta la fecha. De hecho, en algunas regiones y ciudades se han paralizado lo desandado los planes de reapertura económica y desconfinamiento.
Por el mercado secundario de deuda, la rentabilidad de los bonos españoles ha pasado del 0,469% que marcaba a principios de año a los 0,482% con que se despide de junio. La prima de riesgo ha pasado de los 65 a los 94 puntos básicos, reforzada por la entrada de dinero en activos refugios como el 'bund' alemán, que llega a mitad de año con tipos del -0,448%.
La contundencia de los bancos centrales y la mayor coordinación de estímulos en Europa que en la crisis de 2008 y también en la deuda periférica de 2012 ha ayudado a que la brecha entre unos y otros bonos no crezca con tanta rotundidad como entonces. Es más, la centena de puntos que llegó a marcar el diferencial español durante buena parte de marzo, abril y mayo, desaparece en el cierre semestral.