La inversión ‘value’ está padeciendo en este 2020 del coronavirus uno de sus peores desempeños. Bien lo sabe el gran apóstol de esta estrategia, Warren Buffett, pues su brazo inversor Berkshire Hathaway es el quinto valor de Wall Street que más capitalización bursátil pierde en lo que va de año. Algunas de sus apuestas le han costado a la firma la contundente suma de 90.000 millones de dólares.
El magnate conocido por el sobrenombre de ‘Oráculo de Omaha’ no ha logrado escapar de este ingrato ranking ni con sus inversiones por Apple y Amazon, que a estas alturas del ejercicio suman revalorizaciones del 32% y el 68% respectivamente. Estas apuestas heterodoxas dentro del ‘value’ más estricto suponen un 36,5% y un 0,6% de la cartera de la castigada Berkshire Hathaway.
La pérdida de capitalización de Berkshire Hathaway solo la superan JP Morgan (138.000 millones de dólares), Wells Fargo (125.000 millones), Bank of America (115.000 millones) y Exxon Mobil (111.000 millones).
El lastre bancario
Un podio dominado por la banca en estos tiempos difíciles para el sector en los que se combinan unas abultadas provisiones para prevenir un posible incremento galopante de la morosidad con una creciente dificultad para conseguir beneficios en medio de un clima de continuidad sin remedio de tipos de interés en mínimos históricos.
Aquí es donde está la piedra con la que ha tropezado Buffett. Y es que todas estas entidades -no ocurre así con la petrolera Exxon Mobil- forman parte de la cartera del magnate. Así consta en la última actualización de posiciones remitida por la firma a los supervisores estadounidenses.
En una cesta en la que, según este documento, tienen cabida un total de 41 cotizadas, las tres entidades cuentan entre sus diez principales apuestas. De mayor a menor peso en la cartera de Berkshire Hathay -y por tanto por importancia en el golpe sufrido en su capitalización- aparecen Bank of America (11,5%), Wells Fargo (5,4%) y JP Morgan (-3%).
Dentro de la primera decena de pesos pesados figura otro nombre propio de las finanzas en EEUU: US Bancorp. Sus acciones pesan un 2,9% en la cartera de Buffett y, con un retroceso acumulado del 39% en lo que va de año, ha sufrido la pérdida de algo más de 35.000 millones de dólares de capitalización bursátil.
Refrescos y automóviles
Otros valores del sector financiero como American Express -que pesa un 7,6% en Berkshire Hathaway- y BNY Mellon -con un 1,6%- también cuentan entre los más pesados en la cartera Buffett, que parece confiar a pies juntillas en su potencial de regreso alcista. Una percepción compartida por el conjunto del mercado, pues el consenso de analistas da margen alcista a todos estos títulos.
No obstante, entre las diez posiciones que más roto han hecho al desempeño del vehículo de inversión más seguido de todo el mundo, también figuran otros sectores. The Coca-Cola Co, con un peso del 10,4% en la cartera del magnate y sus socios, tiene una buena parte de culpa. No hay que olvidar que la fabricante de refrescos ha sufrido una histórica caída de ventas por el cierre de la hostelería durante el confinamiento anticoronavirus.
Otra que pone el freno -aunque el consenso de mercado le ve un potencial alcista de más del 40%- es General Motors. Su peso del 0,9% en Berkshire Hathaway se combina con un retroceso del 28% en Wall Street para hacer pupa al vehículo inversor. En este caso, el cierre de concesionarios y el retraso en las decisiones de gasto de cierto calado por parte de los hogares han pasado factura a la compañía automovilística.
Firme en sus tesis
Mientras varios de estos valores siguen lastrando la evolución de Berkshire Hathaway, Buffett permanece en gran medida impasible a los vaivenes del mercado. Y es que la resiliencia, la convicción de la inversión y la paciencia son claves de la inversión ‘value’. Unos arrestos de los que sus discípulos han hecho gala con distinta suerte en pleno golpe del coronavirus.
Aunque la mayoría de los que se guían por esta estrategia han mantenido sus tesis, como es el caso del español Francisco García Paramés, otros se han dejado llevar por el pánico reinante o, en el mejor de los casos, por cierto oportunismo.
La actitud de Buffett ya le ha valido el calificativo de “idiota” por parte de algunos gestores y operadores del mercado, como del mediático David Portnoy. Sin embargo, no hay que olvidar que apelativos así le llovieron en los 90 cuando el de Omaha se resistía a alterar sus tesis para sumarse al auge de las puntocom.
Entonces, el tiempo le dio la razón. Habrá que esperar a conocer la última palabra del coronavirus en cuanto a su impacto económico cuando haya antídoto a la infección y la ‘nueva normalidad’ comience a serlo realmente.