La psicología aplicada a la inversión se vuelve determinante en momentos como el actual, plagado de una volatilidad que puede empujar hacia movimientos poco meditados. El profesor Tomás V. García-Purriños, del Programa Práctico de Estrategias de Inversión y Trading, repasa algunos puntos fundamentales para no dejarse llevar por las emociones en el mercado.
El experto subraya que la psicología de la inversión es clave porque “los mercados no reflejan realidades o hechos y lo que ocurre en la economía, sino las expectativas sobre hacia dónde evolucionarán los datos económicos”. El análisis de estos datos, el proceso para extraer conclusiones de ellos y, después, para la toma de decisiones, se convierten en factores determinantes.
Esto se debe a que, según explica, la toma de decisiones operativas “incurre en bastantes trampas o sesgos que pone la propia mente y que surgen de estos atajos mentales” que se usan para simplificar procesos de múltiples interpretaciones y posibilidades.
Además, señala que en los últimos días dos de los procesos psicológicos que más han marcado la evolución del mercado han sido el miedo y la codicia. El primero en dos vertientes: pánico en el pico de la epidemia y después temor en regresar a la inversión por miedo a no dar con el momento oportuno o a consecuencia de las pérdidas sufridas.
Este recuerdo lleva a García-Purriños a considerar el efecto conocido como de memoria selectiva. Una circunstancia que consiste en recordar mejor aquellas veces que hemos tenido razón, dejando a un lado todas aquellas en las que nos hemos equivocado.
Y eso sin considerar que es posible que esa razón no sea real, “sino que nuestra propia mente nos hace pensar eso”. Para el profesor, “esto puede llevar a un exceso de confianza en los mercados financieros que suele terminar bastante mal”.