El teletrabajo y el parón de actividad han cambiado los ritmos de vida y la manera de moverse por la ciudad. El sector de la movilidad tuvo que readaptarse en el periodo del confinamiento aportando soluciones, como el traslado de pacientes y material sanitario. En la fase de reactivación económica se presentan nuevas oportunidades y retos para la industria.
Durante la presentación del estudio sobre el estado de la Movilidad sostenible en España, elaborado por el Club de Excelencia en Sostenibilidad, Gómez ha subrayado la importancia de que estas formas de transporte, más respetuosas con el medio ambiente, cuenten con un "ecosistema que facilite su desarrollo" en forma de leyes e iniciativas, como puede ser el Plan Renove.
Según los datos aportados, el transporte representa el 40% de la energía total que se consume en España. Además, hay que tener en cuenta que el 98% del sector depende de productos derivados del petróleo. El presidente y CEO ABB España y Portugal, Marc Gómez, valora que esto "genera una dependencia exterior muy importante".
Los resultados del informe apuntan a un cambio en la mentalidad del usuario. "Se ha despertado una mayor conciencia al haber percibido cómo los niveles de contaminación bajaban y el nivel de ruido disminuía", ha señalado Elena Galante Marcos, asesora en gestión de la Responsabilidad Corporativa y Cooperación al Desarrollo.
Actualmente la mayoría de las empresas del sector se encuentran desarrollando nuevos modelos verdes que respondan a las demandas de los ciudadanos y ayuden a reducir la contaminación de los medios de transporte.
Nuevas oportunidades
La vuelta de la actividad en las ciudades supone un incremento en el volumen de usuarios que utilizan el transporte público respecto a las semanas anteriores. El estudio muestra que ha crecido "la preferencia por el vehículo de uso individual, ya sea privado o compartido", ha indicado Gómez.
Sobre esto, los datos de la encuesta muestran que un 20% de usuarios que antes utilizaban el transporte público, ahora optan por un vehículo individual, porque tienen una mayor sensación de seguridad. De esta manera, "aparece una oportunidad nueva para el car sharing, así como para la bicicleta y otros vehículos de dos ruedas", ha comentado Gómez.
Las empresas consideran que, al entrar en el paradigma de la sostenibilidad, se amplía el número de usuarios potenciales: "Ahora los clientes son todos. Independientemente del tamaño o la necesidad, lo importante es estar", ha afirmado Álvaro Vázquez, responsable de movilidad eléctrica de ABB España.
Vázquez estima que la movilidad eléctrica puede ser un buen medio de transporte "para que los negocios lleven a cabo su actividad", aunque reconoce que esta transición puede ser costosa para determinadas empresas: "Entendemos que esto es un reto para nuevos jugadores como ayuntamientos u operadores, por eso hay que ofrecer simplicidad".
Por otro lado, Ángel Fraile, responsable de planificación de sostenibilidad de Endesa, ha propuesto la posibilidad de estudiar la idea de poner en marcha lanzaderas para trabajadores que permitan "resolver el tema del trasvase del transporte público al vehículo privado". En este sentido, se podría plantear algún tipo de ruta que pudiera recoger a los empleados, evitando que las calzadas se saturasen con coches particulares.
Los retos post-Covid-19
La transformación que atraviesan las empresas hacia formas de producción sostenibles también han supuesto un cambio en el tejido empresarial del transporte.
"Hay industrias pequeñas, familiares de distintos lugares, que nunca habían pensado en el mercado online, y que están vendiendo a partir de la pandemia. La comida diaria también se empieza a comprar online. Esto nos enfrenta al reto de la logística, que ya venía en aumento", ha explicado Elena Galante.
Gómez ha planteado cómo el crecimiento del comercio electrónico pone en valor la importancia de lo que se conoce como la "última milla". Es decir, el tramo final que recorre un paquete desde que sale de la planta logística hasta que llega al domicilio el cliente, pues también debe ser posible "hacer sostenible el reparto".
Por otro lado, se plantean nuevas incógnitas en el propio diseño de las zonas comunes. Galante ha puesto como ejemplo el caso de la peatonalización: "La distancia de seguridad nos hace repensar cómo nos podemos mover y compartir el espacio público".