Las aerolíneas han vuelto a perder altura en bolsa este lunes. Las previsiones de tráfico aéreo publicadas este fin de semana por la agencia Standard & Poor’s (S&P) han sumado lastre a uno de los sectores más duramente castigados por la pandemia. La hispanobritánica IAG veía peligrar una vez más los 2 euros por acción.
Las caídas han sido generalizadas tanto entre aerolíneas como entre gestores aeroportuarios y se han extendido también a otros valores del sector turístico. El creciente número de países que dan marcha atrás en sus medidas de apertura de fronteras o establecen cuarentenas al regreso de ciertos destinos pone la zancadilla a uno de los sectores que más están sufriendo el impacto del coronavirus en su negocio.
Desde S&P se estima ahora que el tráfico aéreo de pasajeros se reducirá entre un 60% y un 70% a nivel global este año frente al precedente. Estas proyecciones empeoran las ya pesimistas que la agencia de medición de riesgos había publicado anteriormente, a finales de mayo. Entonces preveía un retroceso de pasajeros de entre el 50% y el 55%.
Recuperación en 2024
Por si fuera poco, la agencia descarta una recuperación completa para el año que viene, en su lugar estima que el tráfico aéreo global será todavía de entre el 30% y el 40% en 2021, mientras que el año siguiente todavía estará entre un 15% y un 20% por debajo de niveles de 2019. Las estimaciones de sus expertos retrasan la recuperación del sector hasta, al menos, el ejercicio 2024.
Con estas cifras sobre la mesa, se confirmaría la “crisis más severa” de la historia para el sector, ya que después de los atentados terroristas del 11-S en 2001, el descenso del tráfico fue de solo un 12%. Del mismo modo, avisó de que si las previsiones empeoran, podría producirse una nueva revisión de calificaciones crediticias en el sector, donde ya solo Ryanair, EasyJet y Southwest Airlines conservan el grado de inversión.
En el caso de IAG, que este lunes ha llegado a caer un 6% en la Bolsa de Madrid hasta los 2,03 euros por acción, el rating de S&P se sitúa en ‘BB’ con perspectiva negativa. En febrero, antes de la llegada de la epidemia a Europa, la nota era ‘BBB’ con perspectiva estable.
El grupo hispanobritánico cabecera de Iberia y British Airways pierde un 71% de capitalización bursátil en lo que va de un año en el que se ha convertido en uno de los primeros ‘ángeles caídos’ del sector. Un 50% se dejan las acciones de Lufthansa desde enero, con pérdidas del 3,7% en la sesión de este lunes en la Bolsa de Fráncfort.
"Imposible predecir"
Un 5,9% se dejaban las acciones de la ‘lowcost’ Ryanair, que ha anunciado un recorte de oferta del 20% para los próximos cursos, mientras que su rival Wizz Air Holdings limitaba el castigo al 2,2%. Los analistas vienen destacando a esta última como una de las mejor situadas del sector para capear la crisis gracias a su estructura de costes y la situación de sus finanzas previa al estallido de la pandemia.
Los títulos de dos de los grandes gestores de aeropuertos europeos caen con fuerza también este lunes. Fraport y Aéroports de Paris (ADP) cedían respectivamente un 3,5% y un 4,4% en sus respectivas bolsas de referencia. La semipública española Aena ampliaba el retroceso hasta el 3,9% al cierre de la sesión, con un desplome acumulado de más del 30% desde que empezó el año.
La nota recientemente emitida por S&P advierte de que resulta “imposible predecir el ritmo, el alcance y el momento de la recuperación en los patrones de viaje con certeza”. Los expertos de la firma sitúan la aparición de una vacuna y su “disponibilidad amplia” como el punto de inflexión necesario para la remontada de la compañía.
La amenaza de los reembolsos
En este punto, la agencia de medición de riesgos se muestra cauta y avisa de que este hito “puede no ocurrir hasta la segunda mitad de 2021”. Un pronóstico que explica el conjunto de sus previsiones para los próximos ejercicios, que reconoce que son “desalentadoras”.
Por último, desde S&P se apunta al riesgo de que una mayor duración de la pandemia podría poner en peligro algunos “aspectos positivos” que hasta ahora habían ayudado al sector, como la difundida aceptación de bonos como compensación por vuelos anulados en lugar de la exigencia de reembolsos del dinero gastado, algo que por ahora ha venido contribuyendo a preservar la liquidez del sector con mejor resultado del esperado.