Wall Street regala nuevos máximos al Nasdaq mientras el Dow Jones salva los 30.000
El índice tecnológico evita el paso por caja de los inversores, que este lunes aseguraban ganancias ante la falta de avances hacia nuevos estímulos.
7 diciembre, 2020 22:06Noticias relacionadas
Wall Street se descolgaba este lunes de su reciente racha de máximos históricos, aunque el retroceso no se contagiaba a todos sus principales índices. La ausencia de avances en el Congreso de EEUU para la liberación de más estímulos económicos animaba el paso por caja de los inversores desde sectores cíclicos y el regreso del dinero hacia el sector tecnológico, estrella de este tiempo de pandemia.
Los analistas apuntaban que la semana empezaba con pocos alicientes para la remontada. Y es que, además del constante retraso en el establecimiento de estímulos para la mayor economía del mundo, los mercados se topaban con la amenaza de nuevas sanciones desde EEUU hacia China y las dificultades que en Bruselas están encontrando las conversaciones sobre el 'brexit' y los fondos de reconstrucción para resolver los puntos aún pendientes de resolver.
Con este telón de fondo, el Dow Jones perdía un 0,5% pero era capaz de aguantar por encima de los históricos 30.000 puntos conseguidos al cierre del viernes. Superaba la cota por 69 enteros. Un 0,2% caía el S&P 500, que se descolgaba hasta los 3.692 puntos. Mientras tanto, el Nasdaq sí lograba atraer las compras y con subidas del 0,45% se asomaba hasta los 11.520 puntos.
La fricción entre China y EEUU que los analistas no esperan que se disipe con la llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca escribe el que podría ser uno de sus últimos capítulos en la era Trump. En este sentido, Reuters daba a conocer que la administración federal podría estar preparando sanciones para una docena de altos cargos de Pekín como respuesta a las últimas medidas de represión adoptadas en Hong Kong.
Por lo que se refiere a la negociación del paquete de estímulos en la Casa de Representantes, un grupo de demócratas ha presentado un programa que contempla 908.000 millones de dólares, una cifra que podría contar con el respaldo de los republicanos, que sin embargo no han dado aún su brazo a torcer. Este paquete constaría de 300.000 millones para prestaciones mejoradas por desempleo, 288.000 para el apoyo financiero a empresas y 160.000 millones para instituciones estatales y locales, según avanzó la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi.
Operaciones corporativas
Una nueva operación corporativa también tiene culpa del comportamiento a contracorriente del índice tecnológico. En este caso, Cisco Systems (-0,07%) anunciaba un acuerdo para la compra de la firma de software IMImobile por 730 millones de dólares. La compañía propietaria de la solución de reuniones virtuales Webex ha ofrecido una prima del 47% para hacerse con la británica.
Las acciones de Seacor Marine Holdings terminaban cediendo un 2,8% después de haber arancado con subidas de más del 14%. La euforia amainaba tras haber anunciado su venta a una unidad del grupo de capital riesgo American Industrial Partners. La operación alcanzará 1.000 millones de euros en efectivo e incluirá también la deuda de la compañía naviera y de servicios marítimos.
Palo y zanahoria
Hasta el cierre de la sesión aguantaba, aunque más moderado, el enérgico avance de Kodak. Sus títulos se disparaban un 59,9% después de conocerse que las autoridades federales no han encontrado muestras de malas prácticas en una operación en la que la Casa Blanca que movilizó 765 millones de dólares en préstamos para acelerar la producción de su unidad médica en un momento en el que arrastraba una delicada situación financiera. Después de meses de investigación, los accionistas respiraban aliviados con la información que adelantaba The Wall Street Journal. Al prever que no habrá que hacer frente a multas, las acciones llegaban a dispararse un 80%.
El rojo sí que teñía la gráfica de Intel. Un 3,4% se dejaban sus acciones después de una publicación de Bloomberg en la que se apuntaba que Apple (+1,2%) estaría analizando la posiblidad de sustituir componentes de la primera por otros de mayor velocidad y de fabricación propia. Se trata de una amenaza recurrente que ha pululado desde hace tiempo en el sector y que cada vez que resurge penaliza a la tecnológica en Wall Street.