El efecto de los primeros pasos hacia el tapering no se hace esperar. El horizonte de tipos de interés más altos antes de lo previsto hasta ahora en EEUU tira hacia arriba de la rentabilidad de muchas emisiones de deuda. Los bonos soberanos españoles no son inmunes y el rendimiento del a diez años sube un 26% en la última semana.
La rentabilidad de los bonos españoles a diez años alcanza este jueves un 0,463% en sus cruces más elevados. Una cota que, si bien no supone ningún pico de cotización reciente, sí que implica una remontada del 26% desde los rendimientos a los que empezó una semana en las que el convencimiento en torno al cambio de guion de la Reserva Federal de EEUU (Fed) ha venido cotizando al alza.
En este sentido, las conclusiones de la última reunión de gobierno de la Fed han dejado un escenario muy distinto al que dibujaron en su encuentro previo, celebrado hace tres meses. Ante la persistencia del repunte de la inflación y los constantes indicios de solvencia en la recuperación económica de EEUU, ya son mayoría los miembros del organismo que apuntan hacia subidas de tipos para 2023.
Tirón en los 'treasuries'
Aunque nadie ve probable un repunte de las tasas oficiales estadounidenses antes de que acabe el año, y solo siete se decantan por esta posibilidad de cara a 2022, el nuevo escenario que se abre ha terminado por confirmar la tendencia de repunte de tipos que se venía experimentando desde que comenzó la semana.
En este sentido, el bono estadounidense a diez años se anotó solo ayer un incremento de rentabilidad del 5%. Hasta marcar un rendimiento 1,57% a favor de sus tenedores. Si se toma como referencia el dato con el que empezaba la semana, el ascenso para los conocidos como treasuries llega al 8%.
A pesar de la magnitud de la remontada, se queda muy lejos de lo que marcan los bonos españoles. Una brecha que los analistas explican por el hecho de que el mensaje de tranquilidad lanzado por el Banco Central Europeo (BCE) hace justamente una semana había ayudado a relajar los tipos de interés. Incluso a profundizar en tipos negativos a las referencias que, como el bund alemán, cotizan así.
La diferente velocidad y consistencia de la recuperación económica en las dos orillas del Atlántico ha provocado que, mientras en EEUU ya se ha comenzado a hablar de cómo ir retirando estímulos de manera "ordenada, metódica y transparente", en Europa el asunto siga sin estar en la agenda.
Aunque Christine Lagarde, presidenta del BCE, fue tajante al señalar hace una semana que consideraba "prematuro" plantear tapering alguno, el camino ya está abierto y los inversores empiezan a descontar este nuevo escenario.