Los mercados financieros han agotado ya el 2021 de la ansiada recuperación económica. Sin embargo, el desigual éxito obtenido en la lucha contra la pandemia ha impedido una remontada generalizada de los activos de inversión y también el regreso a la antigua normalidad financiera.
El año ha pasado del pánico sobrevenido con la aparición de cada una de las nuevas variantes a la esperanza provocada con la aprobación de cada nuevo fármaco para combatir el letal virus. Así, los bandazos de precio no han faltado a pesar de una volatilidad mucho más comedida que en 2020.
Los cuellos de botella en la cadena de suministros han provocado más de un tensionamiento de precios en materias primas. Los bancos centrales se han replanteado sus hojas de ruta. Y los inversores han profundizado en las nuevas y casi forzosas dinámicas que estrenaron hace solo unos meses.
Los protagonistas
1) Ibex 35: El índice bursátil español por antonomasia ha cerrado 2021 con un remontada del 7,9%. Muy lejos de las previsiones que los analistas componían hace un año y a un 16% de sus cotizaciones previas al estallido de la pandemia. Y es que, el selectivo ha vuelto a convertirse por segundo año consecutivo en el farolillo rojo de entre sus vecinos europeos.
La comparativa con otros índices de la región es dolorosa. Y tanto si se la referencia se establece contra selectivos de las economías centrales de la Eurozona como si se hace con aquellos considerados periféricos. Dos ejemplos: el DAX alemán cerró con alzas del 16% y el Ftse MIB italiano se anotó avances del 23%.
2) Rovi: La farmacéutica ha sido, sin lugar a dudas, el valor revelación del parqué español. Con una revalorización del 94,7% en el año, no solo ha liderado la tabla en el Ibex 35, sino que ha conseguido la segunda posición en el conjunto del Mercado Continuo. Solo por detrás de eDreams Odigeo (+133,5%).
La impecable trayectoria financiera de los laboratorios se ha visto reforzada en los últimos meses por su acuerdo de asociación con Moderna para producir en Europa su vacuna contra la Covid-19. Un impulso que los inversores han sabido apreciar formulando más apuestas y de más precio por la compañía, que así consiguió incorporarse al índice rey de la bolsa española en su última revisión del año. Y desbancando a un histórico como Viscofan.
3) S&P 500: Si el año pasado fue el del Nasdaq, este ha sido el del índice amplio de la Bolsa de Nueva York. La rotación de posiciones de inversión desde la tecnología hacia sectores de corte más cíclico y value ha sido el motor para que se haya ido anotando uno detrás de otro hasta 70 récords históricos a lo largo del año.
Con una revalorización acumulada del 28% -a falta de lo que haga en la sesión de Nochevieja-, el S&P 500 apunta a acabar un año por primera vez más allá de los 4.800 puntos. Un camino alcista en el que no ha estado solo, pues el Dow Jones ha sumado un 19% a su gráfica y el Nasdaq, lejos de desandar su rally de 2020, ha acumulado otro 28%.
4) Apple: La gigante tecnológica por excelencia ha vuelto a ser protagonista en el mercado estadounidense. La firma fabricante del iPhone ha conseguido mantener sus cifras de negocio con el lanzamiento de nuevos dispositivos y así se ha asomado a la insólita capitalización de 3 billones de dólares.
La cifra, hasta ahora desconocida en el ámbito bursátil, requiere de un precio por acción de 182,85 dólares, una cota que se le ha resistido. Sin embargo, la cifra está a solo un paso apenas 16 meses después de haber alcanzado los 2 billones de valoración bursátil y solo tres años después de haber cotizado por primera vez por encima del billón.
5) GameStop: La conocida cadena de tiendas de videojuegos ha sido sin lugar a dudas una de las revelaciones del año. Elegida por hordas de pequeños inversores para iniciar una oleada de ataques especulativos a pequeñas cotizadas en horas bajas, ha sido el germen de una nueva estrategia operativa en los mercados.
La ahora conocida como fórmula de las ‘meme stocks’ ha sido el resultado de llevar la especulación en los ‘chicharros’ de toda la vida a su máxima expresión. Entre mínimos y máximos anuales, GameStop ha dejado una horquilla del 2.728% y muchos de sus problemas de negocio siguen aún pendientes de resolver por un plan de reestructuración que no deja de toparse con obstáculos para su ejecución.
6) Evergrande: Una vez más se ha cumplido eso de que cuando China estornuda, el resto del mundo se resfría. Los rumores que por septiembre a que la principal promotora inmobiliaria del país asiático se encontraba prácticamente a las puertas de una quiebra técnica por su elevado endeudamiento -de más de 300.000 millones de dólares- provocó el temblor de todos los mercados.
El rápido manejo de la situación por parte de Pekín hizo que el hundimiento de Evergrande nunca llegase a materializarse. Incluso después de haber entrado en impago por la imposibilidad de atender el cupón de algunas de sus emisiones de bonos, la complacencia se instauró rápidamente en el mercado. Todo ha quedado, de momento, en un susto.
7) Tapering: Los bancos centrales han sido una de las piezas clave en el complicado equilibrio que ha sostenido la frágil recuperación económica a escala global. Después de haber sacado la artillería pesada en 2020 para hacer frente a las peores consecuencias de la pandemia, en la recta final del año han empezado la retirada. Al menos en su discurso.
Este paso atrás es lo que se conoce como tapering. Una senda sinuosa en la que las grandes instituciones monetarias deben medir bien cada paso para evitar un colapso de la economía o, por lo contrario, su sobrecalentamiento. Aunque de momento nadie se plantea adelgazar los abultados balances que han acumulado tras años de continuados riesgos financieros.
El Banco de Inglaterra ha sido uno de los más decididos al haber procedido ya a su primera subida de tipos desde que la Covid-19 traspasó las fronteras de Europa. Mientras tanto, la Reserva Federal de EEUU (Fed) ha aflojado su ritmo de compras y plantea tres alzas en las tasas oficiales para el año que viene. El Banco Central Europeo (BCE) solo ha planteado una suavización en sus compras y ha señalado marzo para la caducidad de su programa de emergencia PEPP.
8) Cobre: El metal cobrizo ha adquirido un brillo especial a lo largo de este 2021. Los cuellos de botella en el suministro ocasionados por una oferta limitada por la paralización de actividad en muchas minas y por un agresivo acopio de materias primas por parte de las factorías industriales se ha traducido en un encarecimiento del 25%, si bien hacia mayo llegó a ser del 40%.
El vertical incremento de precios de materias primas industriales como esta y de los costes energéticos ha sido el motor que ha acelerado la inflación hasta cotas desconocidas en tres décadas y ha puesto en un brete las políticas de los bancos centrales. Y los desajustes ocasionados tras año y medio de pandemia amenazan con seguir distorsionando precios.
En el caso concreto del cobre, la demanda también se ha visto reforzada por el impulso a las energías verdes. Desde la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena) calculan que la demanda mundial de cobre podría duplicarse para el año 2030 y casi triplicarse en 2050.
9) Bullion: Los inversores en metales preciosos recibieron una buena noticia en la recta final del año. España se sumaba por primera vez a los países emisores de monedas de oro con categoría de inversión: los preciados bullions. Solo se emitirán 12.000 piezas con un valor facial de 1,5 euros pero un precio de mercado cercano a los 1.800 euros.
A pesar de esto, el oro ha brillado este año con menos fuerza. La confianza en la recuperación económica y el buen tono generalizado de la renta variable resultó en unos flujos de inversión más modestos hacia el preciado metal, que ha acabado el año con un desgaste del 5,8% en su cotización. A más de 300 dólares de sus máximos históricos de agosto de 2020.
10) Dogecoin: Después de la eclosión de hace un año, las criptomonedas se han consolidado como un activo más en las carteras de muchos inversores. El bitcoin ha seguido siendo el rey, pero la búsqueda de nuevas oportunidades de inversión ha abierto el punto de mira hacia otras divisas digitales como el dogecoin.
La moneda nacida como una parodia de la inflación en los sistemas monetarios tradicionales se ha convertido en el vehículo de especulación favorito de muchos inversores. Y una buena partida de ellos ha llegado a ella siguiendo los pasos de Elon Musk, pues el fundador de Tesla se ha convertido en uno de sus grandes difusores.
A lo largo del 2021, el dogecoin ha acumulado una sonora revalorización del 3.650%. Desde los 0,004670 dólares de la pasada Nochevieja hasta los 0,175 a los que ha despedido este ejercicio. Incontestable.