Son 1,2 millones las comunidades de propietarios que hay en España. Un mercado la mar de apetitoso ya que mueve la friolera de 40.000 millones de euros. De ahí que fondos de inversión y startups quieran hincarle el diente. Es el caso de Clikalia, que se ha hecho con el 51% de las acciones de Inmho por unos 50 millones de euros.
Inmho está a la cabeza en administración de fincas en España, ya que tiene más de 5.000 comunidades de propietarios bajo gestión que son atendidos por sus más de cuarenta oficinas y 300 empleados. Cierto que su cuota de mercado es reducida: sólo el 1%. Pero sin duda abrirá el camino a otros actores.
Algo que ya sucede en otros países de nuestro entorno, como Francia. Allí, casi la mitad del mercado es gestionado por tan solo diez empresas. Dicho de otra manera, allí hay aproximadamente 5.000 syndics professionnels, frente a los 15.000 profesionales que están colegiados en España. Y no conviene olvidar que Francia tiene una población que casi dobla a la española.
“La apuesta por los inversores en startups como Matera, la proptech francesa para la gestión colaborativa de comunidades de vecinos, demuestra que el capital está interesado por este vertical”, asegura Pedro García, fundador y CEO del neobanco Unibo.
Matera ha levantado unos 45 millones de euros en apenas cuatro años. “Se hace evidente que en los próximos meses saldrán a la luz otras apuestas por el sector de la administración de fincas como la de Clikalia”, pronostica Pedro García.
El goloso 'botín' de los fondos europeos
El sector representa el 4% del PIB español. Y esos más de 15.000 profesionales colegiados son, básicamente, profesionales individuales o micro despachos con menos de cinco empleados. Es decir, que hay margen de crecimiento.
“La pandemia ha dificultado la eficiente gestión de los edificios, comunidades de vecinos y alquileres, derivada de las condiciones de confinamiento”, apunta Pedro García. Condiciones que afectaron no sólo a la movilidad, también a la reunión.
Consecuencia de la prohibición de realización de juntas de vecinos, se quedaron en el tintero obras necesarias. Es el caso de instalaciones de ascensor, o la rehabilitación de tejados o fachadas. Asimismo, la certificación de saldos deudores se está retrasando. Consecuencia de ello ha sido la demora en la gestión de la morosidad en algunas comunidades de vecinos.
Además, el negocio está a las puertas de un particular boom. Se trata de los fondos Next Generation dedicados a la rehabilitación de edificios y a la mejora energética. Traducido a euros: 6.820 millones.
El objetivo es que, en el segundo trimestre de 2026, se hayan acometido 510.000 actuaciones de renovación de vivienda. Por tanto, se trata de multiplicar por diez el actual ritmo de rehabilitaciones.
“La gestión de estos fondos implicará que los profesionales inmobiliarios tendrán que canalizar el interés que suponen estas partidas”, apunta el fundador y CEO de Unibo. Y añade: “Representan una oportunidad única para invertir en actuaciones integrales de eficiencia energética o integración de energías renovables, pero también actuaciones de mejora y conservación”.
Conviene recordar que tres de cada cuatro edificios en España tienen problemas de accesibilidad. O que el 40% de aquellos que tienen más de cuatro plantas carecen de ascensor. Por si fuera poco, a estas deficiencias hay que añadir otro problema que ha surgido este año y que tiene visos de continuar durante 2022. Se trata de la subida de los precios de la energía.
Las comunidades de propietarios tendrán que hacer encajes de bolillos para que disminuya el gasto de su factura. Un cóctel, en definitiva, que generará una importante demanda de obras y servicios en las comunidades de propietarios. Todo un reto para los profesionales inmobiliarios. Y un goloso negocio del que fondos de inversión y startups comienzan a relamerse.