El Ibex 35 sopla velas. Este viernes se cumplen 30 años desde que el índice bursátil español por excelencia marcó precio por primera vez en la Bolsa de Madrid. Desde su arranque un 14 de enero de 1992, acumula una rentabilidad anual del 4% y alcanza la treintena con mayoría de capital extranjero.
Convertido ya en un indiscutible referente de la economía española, el Ibex 35 no ha dejado de atraer inversiones de todo el mundo. En plena polémica sobre las limitaciones a la entrada de capital extranjero en las cotizadas españolas, un 57% de las acciones de las compañías que lo conforman obra actualmente en manos de inversores internacionales.
Una cota que, conforme a los últimos datos aportados por el Banco de España, está en máximos históricos. Algo que habla bien de la salud de un índice que nació como referencia para el entonces incipiente mercado de opciones y futuros español en el que las carteras domésticas eran apabullante mayoría.
Lejos de máximos
A lo largo de estas tres décadas, el Ibex 35 se ha convertido en testigo y narrador de excepción de los vaivenes de la economía española. En este sentido, aquejado por la Covid-19, llega a la celebración de su aniversario lejos de los máximos históricos que tocó allá por noviembre de 2007. Entonces, su gráfica llegó a los 15.945,7 puntos.
Ahora, el índice debe conformarse con los recién reconquistados 8.800 puntos después de haber sido por dos años consecutivos el más rezagado de Europa. Sin embargo, el consuelo es que se mueve aplastantemente por encima de sus mínimos históricos en los 1.873,58 puntos que tocó en octubre del año de su alumbramiento.
La magia del dividendo
Por el camino ha sido capaz de ir acumulando una rentabilidad anual del 4%. Una cota que casi se duplica -hasta el 7,95%- si se tienen en cuenta los generosos dividendos que sus cotizadas han ido repartiendo en este tiempo. Y es que, desde antes de que existiera el indicador, las cotizadas españolas ya se colocaban entre las más rentables por este concepto a escala mundial.
Una distinción de la que aún hoy pueden seguir presumiendo. De hecho, el Ibex 35 se coloca año tras año entre los líderes mundiales en retribución al accionista. Conforme a los registros de BME, la sociedad rectora de las bolsas españolas, desde el año en el que el índice vio la luz, las cotizadas del parqué madrileño han distribuido un total de 526.452,03 millones de euros en dividendos.
Lo mejor y lo peor
En lo que se refiere a la rentabilidad pura de su gráfica, el indicador ha regalado días de vértigo e infarto a los inversores. La mejor sesión de su todavía corta historia tuvo lugar el 10 de mayo de 2010, cuando se anotó una revalorización del 14,43%.
Muy diferente fue lo que ocurrió el todavía reciente 12 de marzo de 2020. En aquella jornada en la que la epidemia provocada por el entonces conocido como ‘virus de Wuhan’ tocó a las puertas de las fronteras europeas, el índice rey español perdió de una sola tacada un 14,06% de su valor.
Si de lo que se trata es de valorar las añadas del Ibex 35, la mejor cosecha para los inversores se produjo en 1993. Aquel ejercicio de su primer aniversario lo terminó con un avance del 54,2%.
Por lo contrario, el trago más amargo de esta treintena tocó pasarlo en 2008 con el estallido de la crisis financiera. Caídas del 39,43% al cierre de aquel fatídico año en el que el colapso de Lehman Brothers hizo tambalear los cimientos del capitalismo occidental.
Con todo ello, en este tiempo la economía española ha triplicado su tamaño de acuerdo con su producto interior bruto (PIB). Y, puesto que el índice bursátil da cabida a las mayores cotizadas del país, estas han dado buena cuenta de tamaño crecimiento con una capitalización bursátil que ahora es diez veces la del día de su estreno, muy cerca de los 593.500 millones de euros.
A esta expansión han contribuido más de 60 compañías diferentes, que son las que a lo largo de este tiempo han pasado por la cesta de valores del índice español, según lo atestiguan los registros de BME. De sus miembros originales, una docena llegan a este aniversario como miembros del selectivo, aunque en la mayoría de casos como herederos de aquellas antiguas empresas.
Fundadores y novatos
Son los casos de Telefónica, Repsol, Endesa, BBVA, Iberdrola, Banco Santander, Naturgy, Bankinter, ACS, Mapfre, Acerinox y Ferrovial. Su última incorporación, por sorpresa para los analistas, se anunció hace poco más de un mes, cuando Laboratorios Rovi se hizo con la plaza de otro valor ‘fundador’: Viscofan.
La próxima revisión de componentes está fijada en el calendario para el 10 de marzo. Sin embargo, lo habitual es que el Comité Asesor Técnico (CAT) que se encarga de vigilar su cesta no suela proceder a cambios en esta primera asamblea de las cuatro que celebra cada año. Los criterios para formar parte de este selecto club treintañero son fundamentalmente liquidez y capitalización.
A consecuencia de estos cambios, el índice ha visto variar sensiblemente su distribución sectorial. Unos relevos que, en definitiva, también han ido reflejando la evolución de los pesos de cada industria en la economía española. A modo de ejemplo, si en su arranque las empresas de bienes de consumo apenas suponían un 3% del indicador, ahora ponderan por el 14%.
No obstante, los dos pesos pesados siguen siendo los mismos después de 30 años, aunque en ambos casos han adelgazado ligeramente a favor de otros sectores. Las energéticas han pasado de suponer un 36% a un 24% de la cesta del índice, mientras que la banca y las inmobiliarias han cedido del 35% al 26% que representan hoy.
La familia crece
Un último factor que habla del protagonismo y reconocimiento que el Ibex 35 ha ido adquiriendo en estos años es la ampliación de su familia. El Ibex 35 que nació huérfano en 1992 ahora es el más destacado de un grupo de más de 80 índices que sirven como referencia para multitud de productos financieros y estrategias de inversión.
El más joven del grupo es el Ibex Gender Equality, que empezó a difundirse el pasado 30 de noviembre para agrupar a las cotizadas españolas que más trabajan por la igualdad de género en sus estructuras. También de reciente aparición y foco de atención durante la pandemia, el VIBEX que mide precisamente la volatilidad del cumpleañero.