Logo de Nvidia en la sede de la compañía en Santa Clara, California (EEUU).

Logo de Nvidia en la sede de la compañía en Santa Clara, California (EEUU). Reuters

BLUE MONDAYS

Invertir en modas, invertir en Inteligencia Artificial

5 junio, 2023 01:54

La moda es un fenómeno cultural que tiene un fuerte componente social y conductual. Una moda refleja una tendencia que prevalece en un momento determinado del tiempo que puede tener una trascendencia mayor o menor dependiendo de su alcance. Es algo que está en constante cambio y está influenciada por muy diversos factores como la industria, los medios de comunicación y la tecnología.

Sirva esta personal interpretación para ayudar a entender lo que ahora mismo se ha convertido en la moda imperante, que no es otra cosa que invertir en Inteligencia Artificial (IA).

La historia de la IA se remonta a la década de 1950, cuando los primeros conceptos de la computación y la teoría de la información comenzaron a ser desarrollados con ideas pioneras sobre máquinas que pudieran pensar y aprender por sí mismas.

Anterior a ese período de posguerra ya era una imagen que fantaseaba en la mente del ser humano y que se plasmaba en obras literarias de ciencia ficción y en la gran pantalla. Metrópolis (1927) presentaba una civilización con robots. Isaac Asimov escribió Robbie en 1940. Mary Shelley y su genial Frankestein (1818) deja abierta a interpretación si la perversa creación del doctor estaba basada en la biotecnología o en la IA. Al final se trataba de trasplantar un cerebro a una máquina.

Como todas las temáticas de los últimos diez años, estas modas temáticas son una corriente de marketing ideada por las grandes gestoras dominantes para aprovechar un vacío de ideas de inversión rellenable con una temática para incautos.

Enfatizar en tener que hacer algo porque es socialmente bueno es un placebo además de un absurdo

Y aquí hago un inciso. Nada en contra de la IA ni de las empresas implicadas porque nada de lo que diga, en particular sobre la IA, se puede interpretar como un alegato contrario a la misma. Simplemente pretendo resaltar cómo de manipulable es el inversor.

En la última década la inversión en empresas se ha visto dramáticamente tematizada. Invertir en robótica, en agua, en medtech o en bioscience son conceptos que se han impuesto en las carteras (valga el doble sentido de la imposición). Desde hace un par de años la corriente imperante es la sostenibilidad y la inversión socialmente responsable.

Marketing puro y duro. Cuando los bancos sacan un tema es porque intentan desviar la atención de temas realmente importantes relativos al performance o a la captación de patrimonio.

No he conocido un solo inversor que busque una inversión contraria al desarrollo o voluntariamente contaminante igual que no hay inversores que busquen las peores compañías para invertir a largo plazo. Por eso, enfatizar en tener que hacer algo porque es socialmente bueno es un placebo además de un absurdo.

Invertir en IA es una moda. No le demos más vueltas

Las píldoras ESG han pasado de venderse solo con receta a estar disponibles en cualquier establecimiento. Está tan desvirtuada por el greenwashing y el maquillaje publicitario que ha perdido gran parte de su verdadera esencia.

Invertir en IA es una moda. No le demos más vueltas. La IA está presente de forma masiva desde hace décadas en toda empresa involucrada en mayor o menor medida con el desarrollo humano. Da igual que el componente empresarial esté ligado al desarrollo tecnológico que a la salud como que la idea se aplique desde una startup que apunta a ser un unicornio como desde una compañía centenaria consolidada.

El problema de las modas es que encarecen todo. Estadísticamente se demuestra que las empresas incumbentes en una temática que está de moda son las que menos protagonismo acaban teniendo en ese campo, incluso en el precio de sus acciones. La inmensa mayoría de las compañías que estas semanas han subido con fuerza tomando esa bandera no serán las protagonistas de la verdadera eclosión de la IA, pero con la misma seguridad puedo decir que sí serán las que encabecen una nueva burbuja.

Por cierto, si me preguntan si aplico la IA a mi trabajo les responderé rotundamente sí. Pero no desde hace un mes.

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