Un inversor chino consulta su móvil delante de una pantalla de cotizaciones.

Un inversor chino consulta su móvil delante de una pantalla de cotizaciones. Reuters.

Mercados

Bancos y fondos calculan que hay un 25% de probabilidades de que se desate la recesión que temen las bolsas

Los expertos aconsejan invertir en crédito corporativo de calidad, en Reino Unido y en el franco suizo como activos defensivos.

7 agosto, 2024 02:00
Rubén Escudero Elena Lozano

Las bolsas continúan temerosas ante una posible recesión en Estados Unidos que se propague al resto del mundo. Sin embargo, los grandes bancos y los fondos de inversión dan una probabilidad del entorno de sólo el 25% de que finalmente se desate. Todo parece indicar que, tras el lunes negro, las aguas volverán a su cauce poco a poco y todo se quedará en una tormenta pasajera de verano.

Michael Strobaek y Nannette Hechler-Fayd’herbe, directores de Inversiones en Lombard Odier, actualmente asignan una probabilidad del 20% “o menos” a una recesión en EEUU. Por su parte, los cálculos de Julius Baer Research llevan las posibilidades al 25%.

De entre las voces del mercado que se han pronunciado, la más cautelosa es Fidelity. “Nuestra hipótesis de trabajo sigue siendo un aterrizaje suave, con una probabilidad del 55%, y manejamos una probabilidad de recesión del 30%”, aseveran sus analistas.

En general, todos los grandes inversores internacionales hablan de bache, pero no de shock. Y hacen un llamamiento a la calma para que los pequeños ahorradores no vendan desordenadamente sus carteras. Una corrección que califican de “natural” tras el rally de los últimos años y máxime en agosto, cuando hay menos liquidez por ser periodo estival. E, incluso, es bien recibida por muchos, dado que abre oportunidades de compra más baratas que semanas atrás.

“Las correcciones del mercado son normales”, tranquilizan desde Bank of America. Según sus estadísticas, los retrocesos del 5% ocurren más de tres veces al año en promedio, mientras que las correcciones del 10% ocurren una vez al año. La minicrisis de agosto y las próximas elecciones en Estados Unidos de noviembre sugieren que “una mayor volatilidad puede ser la nueva normalidad”, aseveran en BofA.

Tras allanar la Reserva Federal (Fed) estadounidense el terreno para reducir tipos en septiembre, los futuros han ido mucho más lejos y dan por seguro que el primer recorte será de 50 puntos básicos y asumen más de 125 puntos antes de final de año.

Ante este hipotético y nuevo escenario de tipos de interés, o incluso una reunión de emergencia de la Fed, “las expectativas actuales nos parecen excesivas”, subraya el equipo de estrategia de Banca March.

Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, durante la rueda de prensa posterior a la reunión de la semana pasada.

Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, durante la rueda de prensa posterior a la reunión de la semana pasada. Kevin Mohatt. Reuters. Washington (Estados Unidos)

Aunque desde el banco español piensan que, a lo largo de los próximos meses, la economía transitará hacia un escenario de “menor dinamismo”, consideran que los indicadores económicos no apuntan a un aterrizaje brusco. “Los temores a una recesión inminente de la economía americana son muy prematuros”, recalcan sus expertos.

En esta misma línea se mueve Fidelity: “El riesgo de recesión está aumentando, pero no hasta niveles que nos preocupen. Es improbable que el crecimiento se desplome y los fundamentales económicos siguen siendo bastante sólidos. Las finanzas de los consumidores y las empresas parecen bastante saneadas”.

Otra voz relevante que se suma a la batería de mensajes tranquilizadores es la de Schroders. Simon Webber, su responsable de Renta Variable, delinea que su escenario central sigue siendo un aterrizaje suave de la economía, y “seguimos esperando que los mercados de acciones estén bien respaldados a medio plazo por un crecimiento modesto de los beneficios empresariales”.

Xiao Cui, economista, y Frederick Ducrozet, director de Análisis Macroeconómico de Pictet WM, ponen en contexto que un gran recorte de tipos o entre reuniones por parte de la Fed requiere más datos o una significativa dislocación del mercado crediticio “Y, de momento, los datos muestran un mercado laboral que se enfría de forma ordenada. Más aún”, avanzan esperanzados, “esperamos un repunte con los datos de empleo de agosto”. 

Así las cosas, los estrategas de Pictet ven el ciclo de flexibilización de la Fed como de “normalización, no de rescate del mercado laboral”. A su juicio, los datos no justifican un recorte de 50 puntos básicos en septiembre o antes entre reuniones. Esperan tres bajadas de tipos de 25 puntos cada una en septiembre, noviembre y diciembre.

Mathieu Racheter, jefe de Análisis Bursátil en Julius Baer, opina que los movimientos recientes de los parqués constituyen “una corrección intermedia en una tendencia alcista primaria en el mercado alcista secular”.

El huracán Beryl

Los expertos de UBS también creen que los temores a una recesión sólo por los datos de empleo han sido exagerados. “Los datos solamente fueron progresivamente negativos y potencialmente afectados de gravedad por el huracán Beryl. Así que la debilidad tan agudizada del mercado nos parece una sobrerreacción”, apuntan los analistas de la casa suiza. Sobre el impacto que este fenómeno meteorológico haya podido tener en los datos de empleo hay diferentes opiniones.

Beryl fue un huracán de categoría 5 que afectó partes del Caribe, la Península de Yucatán y la costa del golfo de Estados Unidos hace aproximadamente un mes.

“El huracán Beryl fue parcialmente responsable de las débiles ganancias de empleo, pero el incremento limitado del absentismo relacionado con el clima sugiere que el enfriamiento del mercado laboral también refleja un trasfondo de debilidad económica”, contrastan desde Julius Baer.

En conjunto, la reacción de las bolsas al peor dato de empleo en EEUU y el desplome del Nikkei en Japón ha sido negativa, si bien el crédito de buena calidad y la deuda soberana lo han hecho especialmente bien. “El aumento del riesgo de recesión en EEUU reforzará los vientos en contra de la renta variable, convirtiendo a la renta fija en la opción preferida”, visualiza Claudio Wewel, estratega de divisas de J. Safra Sarasin Sustainable AM.

Oriente Medio

Esta mayor volatilidad del mercado también tiene su causa en Oriente Medio, tras el asesinato del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán. Las preocupaciones se centran en que Israel e Irán terminen en una confrontación y que la región se involucre en un conflicto a gran escala que afecte a varios países e incluya a EEUU.

“A corto plazo, los mercados siguen en peligro, ya que las elevadas posiciones de riesgo pueden necesitar más tiempo para revertirse. Por ahora, merece la pena mantener una inclinación hacia los sectores defensivos frente a los cíclicos”, reconoce Paolo Zanghieri, economista sénior en Generali AM.

Dentro de Europa, el experto de Generali mantiene su preferencia por Reino Unido o por mercados extracomunitarios -Suiza y algunos nórdicos- frente a los que forman parte de la UE. En Lombard Odier también apuntan hacia el franco suizo, que “debería mantenerse respaldado por la demanda de refugio”.

Amundi, empresas de gestión de activos, considera que ahora se abren oportunidades en los mercados desarrollados, “particularmente en la renta variable”, y en renta fija prefiere los bonos corporativos de mayor calidad crediticia.

Logo de Nvidia en su sede de Santa Clara, California.

Logo de Nvidia en su sede de Santa Clara, California. Reuters.

“Creemos que los activos de riesgo podrían recuperarse a medida que se vayan mitigando los temores a una recesión”, añaden desde BlackRock, donde aún confían en las acciones americanas por la megatendencia de la inteligencia artificial que subyace a ellas, y también en las niponas pese a estar en el origen del caos desatado esta semana.

Los ojos de los inversores estarán puestos ahora en los resultados de los siete magníficos, que presentan sus resultados esta semana. Son Apple, Microsoft, Alphabet (Google), Amazon, Nvidia, Meta (Facebook) y Tesla.

Las grandes compañías tecnológicas o digitales han estado entre las mayores damnificadas del lunes negro. Bank of America prefiere evitarlas por el momento. “Seguimos siendo optimistas con respecto a las acciones de gran capitalización, los pagadores de dividendos y los beneficiarios de gastos de capital de la vieja escuela”. Por eso, “preferimos los otros 493 del S&P 500 a los siete magníficos”.