Los analistas anticipan una nueva oleada de opas de exclusión en la bolsa española para 2025
- Tras las opas de Opdenergy, Applus, Corporación Financiera Alba y Minor, la antigua NH Hotels.
- Más información: Grifols coloca 1.300 millones de euros en deuda al 7,125% y logra alargar 18 meses su línea de crédito revolving.
Las opas de exclusión se suceden a un ritmo vertiginoso en el parqué español. A falta de dos semanas para la terminación del 2024, se han anunciado cuatro opas de exclusión en la bolsa española: Opdenergy (por Antin), Applus (por I Squared y TDR), Corporación Financiera Alba y Minor (la antigua NH Hotels), por MHG.
Brookfield ha estado a punto de hacer lo propio con Grifols y es muy probable que Lar España -de la mano de Hines y Grupo Lar- siga los pasos de las anteriores. Ercros lucha contra las ofertas no solicitadas de Bondalti y Esseco. Todo ello sin olvidar la gran opa hostil del momento, la de BBVA sobre Banco Sabadell, que podría acabar con el banco catalán fuera del Ibex 35.
Parecía que la bolsa española iba a vivir un resurgimiento de las opv y finalmente sólo han sido tres compañías las que se han atrevido a dar el salto: Puig, Inmocemento y Cox (la antigua Abengoa). Por el contrario, las opas y, más concretamente, las opas de exclusión han sido las grandes protagonistas. Y todo parece indicar que los adioses de grandes o históricas cotizadas españolas se intensificarán en 2025.
“Cuando no obtienes una valoración de mercado adecuada, siempre corres el riesgo de ser depredado por un tercero no deseado. Ante ese riesgo, es mejor no estar en el mercado”, resume Manuel Enrich, presidente de la Asociación Española para las Relaciones con Inversores (AERI), sobre una tendencia que se prolongará y que podría dejar a los parqués españoles en los huesos.
Diferentes causas explican el abundante número de opas de exclusión. La fundamental es que las exclusiones normalmente responden a un “motivo racional” por parte del emisor y “refleja la ineficiencia del mercado de valores para cumplir sus objetivos: transparencia, flexibilidad, liquidez y acceso al capital o a financiación”, según Enrich.
El sur de Europa, objeto de exclusión
Ricardo Seixas, director de Renta Variable Ibérica en Bestinver, ya advertía hace dos años en conferencias de inversores de lo que hoy es la tónica habitual: “Con estas valoraciones, las compañías españolas son carne de opa. La suma de partes también nos dejaba claro que hay un error de valoración por parte del mercado, con una cotización mucho más baja que el valor intrínseco que presentan las compañías. Era verdad entonces y sigue siendo verdad hoy”.
Muchas de las empresas mencionadas comparten características comunes: una familia propietaria que controla la mayoría, un capital flotante (free float) reducido y unos títulos estancados o en plena bajada.
Este tipo de opas de exclusión “son sintomáticas de un sistema bursátil que aún es de pequeña y mediana dimensión y que suele contar con accionistas de control familiar desde los orígenes de la empresa en su salida a bolsa”. Y, como destaca Seixas, esto “nos lleva a los parqués del sur de Europa y a ese legacy heredado”.
Otra razón que contextualiza estos procesos es la relación entre acciones y bonos. “Como empresa accedes a un mercado de deuda más barato una vez excluida de bolsa, porque una acción que cae suele hacer subir el interés exigido por parte de los inversores”, recuerda el gestor de Bestinver.
Interés del capital riesgo
Las opas de exclusión en la bolsa española se están produciendo por varias razones interconectadas, aunque la principal causa sigue siendo el descuento en las valoraciones de negocios de calidad que en los últimos años no han estado de moda. Por tanto, “se trata de compañías poco seguidas por los analistas o que contaban con activos ocultos que el mercado no ha sabido valorar”, indica Carlos González, director de Relación con Inversores de Cobas AM.
Y añade: “También es cierto que ha aumentado el interés de los fondos de capital riesgo por adquirir empresas españolas. Al excluirlas de la bolsa, consideran que pueden generar retornos importantes. Algunas empresas que han sido excluidas estaban inmersas en procesos de reestructuración o cambios de modelo de negocio que no eran bien valorados por el mercado a corto plazo”.
A todo lo anterior se une que las condiciones del mercado son más favorables que hace unos años. El incremento de la confianza económica y la reactivación de la financiación han facilitado este tipo de operaciones. Además, “la fortaleza del dólar frente al euro ha hecho más atractivas las inversiones en empresas europeas para inversores estadounidenses”, resalta el ejecutivo de Cobas.
Ningún analista se atreve a vaticinar nombres concretos para 2025. Pero sí que la combinación de todos estos argumentos crea un entorno propicio para las opas de exclusión, reflejando una dinámica de mercado donde “tanto los inversores como las propias empresas encuentran ventajas en privatizar o cambiar el rumbo estratégico fuera del ámbito bursátil”, a juicio de González.
Del fiasco de Grifols a la gran prima de Alba.
Una operación frustrada ha sido la de Grifols. El fondo canadiense Brookfield desistió hace unas semanas de su opa sobre el grupo de hemoderivados tras el rechazo de la compañía a su oferta por considerarla insuficiente y estimar que infravaloraba el potencial de la empresa.
Brookfield ofreció un precio de 10,50 euros por cada acción clase A de Grifols. Esta cifra representaba una prima del 22% sobre el precio a 4 de julio de 2024. La propuesta del fondo implicaba asignar un equity value a Grifols de 6.450 millones de euros y un precio de 7,62 euros por cada acción clase B.
En el otro extremo de la balanza, está la generosa auto-opa de Carlos March y Alba sobre Corporación Financiera Alba. La oferta que se propone a los accionistas se realizará a 84,20 euros por acción en efectivo, lo que representa una prima de casi el 79%.