
Onzas de oro. Unsplash
Los últimos doce meses han sido un auténtico tesoro para los activos de riesgo: el bitcoin, incluso tras su reciente corrección, ha subido más de un 60%, mientras que el índice S&P 500 ha sumado más de un 17%.
Pero no sólo los activos de riesgo han encontrado su camino en ríos de miel. El oro se ha revalorizado más de un 43% y ahora se encuentra a pocos puntos porcentuales de la codiciada marca de los 3.000 dólares.
Con los analistas de Goldman Sachs esperando que el precio suba hasta los 3.000 dólares por onza a finales de 2025, y J.P. Morgan pronosticando un precio medio de 2.950 dólares, ¿ha llegado el festín del XAUUSD a su fin?
Para responder a esta pregunta, primero hay que discernir qué ha impulsado la revalorización del metal precioso. Y, en esencia, uno de los principales pilares de la subida ha sido la geopolítica.
La inestabilidad en Oriente Próximo, que se temía pudiera provocar una gran conflagración en la región que fastidiara la cadena de suministro, impulsó a los inversores hacia este refugio seguro.
El oro se ha revalorizado más de un 43% y ahora se encuentra a pocos puntos porcentuales de la codiciada marca de los 3.000 dólares
Además de los riesgos geopolíticos, el giro de la política monetaria de la Fed hacia una postura más acomodaticia y el aumento de la demanda de los bancos centrales también favorecieron al metal precioso.
Ahora bien, si el conflicto de Ucrania se resolviera pronto, Oriente Próximo se mantuviera en relativa calma y la Reserva Federal endureciera su postura, el oro aún tendría margen para seguir subiendo.
Entre los factores a favor de tal escenario estaría que las guerras comerciales bajo Trump podrían inducir a los bancos centrales a favorecer al oro frente a los bonos del Tesoro estadounidense.
Asimismo, la deuda pública de EEUU, que ya ha superado los 36 billones de dólares, y que exigirámás de 1 billón de dólares anuales en costes de servicio durante la próxima década, podría fungir como un estímulo para el oro.
Si Musk y su equipo no logran reducir el gasto sin causar un colapso económico, la confianza en el dólar podría tambalear, lo que haría del oro el refugio seguro por excelencia.
No obstante, conviene recordar que ello no implica que el oro esté exento de sufrir correcciones en el corto plazo. Sin embargo, a largo plazo, las perspectivas continúan siendo favorables, al menos por ahora.
***Igor Kuchma es analista de Trading View.