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El confinamiento de los últimos meses ha llevado a muchos a adentrarse por primera vez en el universo de las criptomonedas. Un sector todavía incipiente en el que Eurocoinpay es una de las decanas dentro del mercado español. El fundador, consejero delegado y director tecnológico de la fintech, Herminio Fernández de Blas, habla con Invertia sobre la trayectoria y los planes futuros de su empresa, así como de los retos del sector.

Y es que, pese a este reciente interés, las criptos -como se las suele abreviar- siguen siendo grandes desconocidas. La volatilidad asociada a su cotización y lo novedoso de su tecnología son dos de los factores que frenan a muchos a dar el salto y, sin embargo, son bases fundamentales de su potencial de desarrollo según este entusiasta empresario procedente de un pequeño pueblo del sur de León.

- Comencemos por el principio, Herminio. ¿Cómo y cuándo surge Eurocoinpay?

Lo cierto es que yo soy técnico de sonido y televisión. En 2013, trabajaba para una multinacional con la que viajé a EEUU. Allí, en una convención, escuché por primera vez sobre el bitcoin. Como me gustan mucho las cosas revolucionarias, me quedé con aquello y me puse horas y horas en internet para conocerlo mejor.

Después de formarme, le propuse a mi mujer dejar mi trabajo y que creáramos una empresa de medios de pago. Así lo hicimos en 2016 y desde entonces somos accionistas al 100% de Eurocoinpay. Al principio nos costó muchísimo, porque no había ingenieros desarrolladores que entendieran el proyecto. Ya han pasado unos años y no hemos dejado de crecer.

Más del 50% de lo que llevo invertido en Eurocoinpay lo he ganado precisamente con criptomonedas

Además, estoy trabajando aquí por una ilusión. Mi gran reto es hacer un sitio, un espacio abierto, para toda la gente mayor de mi pueblo, Jiménez de Jamuz, en León. Que allí puedan finalizar su vida en un entorno de felicidad, donde también los hijos sepan que además de estar bien cuidados y atendidos tienen una segunda oportunidad después de años de duro trabajo.

- Desde su perspectiva, ¿ha cambiado mucho el mundo de los criptoactivos en estos cuatro años?

Puedo decir que más del 50% de lo que llevo invertido en Eurocoinpay lo he ganado precisamente con criptomonedas. Al principio, era tirar dinero -porque no hacía falta ni vigilarlo-, esperar unos meses y había subido como la espuma. Yo me cansé de contar esto a la gente en León. Algunos me hicieron caso y hasta han conseguido retirarse.

Cuando empecé, si preguntabas en una reunión quién conocía el bitcoin no pasaba de una o dos personas. Ahora, ya casi todo el mundo lo conoce, pero quizá no ha profundizado en lo que suponen las criptomonedas. De una parte, son un medio de pago eficiente que a través de los contratos inteligentes podría eliminar muchos trámites y burocracia.

De otra, las criptomonedas están apoyadas en una amplia y potente tecnología que hace que tengan mucha más calidad que el dinero que conocemos hoy en día. Más en esta situación de crisis en la que estamos, porque creo que todos los gobiernos y los bancos centrales van a resetear todo el dinero y vamos a perder la mayoría de nuestras reservas por poder adquisitivo.

Lo que necesitamos es que las autoridades legislen de una vez y comencemos a operar con licencias. El mundo no está para tirar dinero ahora mismo y si la cadena de bloques (blockchain) se utilizase más, se podrían ahorrar hasta 600.000 millones.

- Entonces, ¿está usted y su compañía a favor de la regulación de las criptos?

Desde luego que sí. Nosotros hemos pedido ya al Gobierno de España que regule todo esto. No hay que tener miedo a la robotización, a la automatización, a los procesos de cambio tecnológico. Con regulación, con seguridad jurídica, las criptos serían imparables. Si ahora mismo pudiéramos salir con una situación de igualdad jurídica, podríamos tener un crecimiento inimaginable.

Un usuario paga en un establecimiento con la aplicación de Eurocoinpay.

Aunque he de reconocer que el Gobierno nos ha apoyado a través del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), lo que es una muestra de confianza en el proyecto, lo que necesitamos es regulación. Eso llevaría a muchos empresarios que no se atreven a dar el paso por el limbo legal en el que estamos a aceptar las criptomonedas y nuestros servicios de pago.

- ¿Qué papel podría jugar aquí el sandbox fintech?

Estamos esperando el sandbox como agua de mayo. Hace un año dijeron que lo iban a sacar rápido, pero los problemas de acuerdos políticos han dejado todo parado mientras otros países ya tienen sus herramientas listas. Estamos perdiendo un tiempo de oro.

En Estonia está todo regulado, por eso nosotros estamos ahora mismo registrados allí, lo que para nosotros es absurdo. Necesitamos regular todo para que tanto usuarios como empresas puedan venir con confianza.

- A pesar de esta sensación general, ¿hay algún sector que se haya adelantado en dar el salto?

Nos están contactando sobre todo los comercios electrónicos. Lo que quieren al aceptar criptos es salir al encuentro de una capa de clientes nueva. Por eso, en Eurocoinpay estamos trabajando en conseguir el respaldo de una gran empresa, de los bancos, porque supondría una gran palanca de crecimiento, ya que nos permitiría llegar al nicho de usuarios que todavía tienen miedo por creer que es una estafa o una burbuja que no está respaldada por nada.

Los 'millennials' están teniendo más interés, pero la gente joven nunca ha sido la más preocupada en proteger su dinero

Por lo que se refiere a nivel de establecimientos físicos, tenemos ya en nuestra red de clientes a restaurantes, como El Capricho; aseguradoras como Generali y también tiendas de ropa.

- ¿Y cómo van esas conversaciones con la banca?

Justo hace unas semanas hemos tenido una prueba de concepto con una entidad española gracias a Lanzadera, la aceleradora de empresas de Juan Roig. Ahora estamos esperando a ver si nos reunimos físicamente y lo conseguimos. Para nosotros sería clave tener un socio así, ya que nos permitiría tener acceso a sus miles de usuarios, que es lo que necesitamos una vez que contamos con todo el desarrollo tecnológico.

- Hay varias plataformas que aseguran haber ganado usuarios gracias al confinamiento. ¿Ha sido este también su caso?

He de reconocer que nos ha venido bien. Ha habido un crecimiento del entorno del 20% al 30% en la base de clientes. Y, sobre todo, hemos recibido muchas consultas. Desde las más básicas, como qué es una criptomoneda, hasta cómo operar con ella: usarla para pagos, como reserva de valor o como activo especulativo. En definitiva, lo que ha ocurrido en el confinamiento es que navegábamos más por internet y muchos se han topado con el mundo de las criptomonedas por primera vez.

- ¿Y cuál es su consejo para esos que preguntan qué hacer con sus criptos?

Yo recomiendo lo mismo que para lanzarse a invertir en cualquier otro activo. Antes que nada, meterle unas 15-20 horas leyendo en internet para enterarse bien y ser consciente de lo que implica y las oportunidades y riesgos de cada operativa. Suelo aconsejar que se empiece como una reserva de valor, es decir, que se ponga ahí dinero y dejarlo unos años a ver lo que da de sí.

Esto cambia si se trata de una persona que maneja bien el trading y puede comprar y vender todos los días aprovechando la volatilidad. En este caso, lo que recomiendo es que se empiece con una cartera especulativa de entre el 3% y el 5% del total disponible para invertir. Y, sobre todo, que lo hagan en criptomonedas que tienen detrás grandes proyectos y que tienen la oportunidad de ser útiles para la sociedad.

Todos los gobiernos y los bancos centrales van a resetear todo el dinero y vamos a perder la mayoría de nuestras reservas

- En este sentido, ¿cuáles son las favoritas de sus usuarios?

Como número uno, el bitcoin. Es por la que siempre recomiendo empezar. Y por experiencia propia. Además, si se mueve para arriba, todas suben, mientras que si baja, todas caen. Hay otras que tienen una gran propuesta de valor, como iota, que está fundamentada en el internet de las cosas y por la que ya están apostando grandes empresas como Volkswagen.

También está entre las más seguidas ethereum, que a través de sus contratos inteligentes es otra gran moneda. Por último, ripple, que es la moneda de los banqueros por la forma en la que ha sido concebida.

- Más allá de la inversión, ¿cuándo será común pagar en criptomonedas?

La verdad es que cuando, empleando nuestra tecnología, le explicas a un cliente que lo que hace es pagar con su aplicación leyendo un simple código QR y él decide qué moneda usar, es todo más sencillo. El problema es que los grandes del sector financiero no van a salir hasta que todo esté regulado. Dentro de esto, hay algunas empresas más favorables, como Visa, con la que hemos cerrado ya un acuerdo para lanzar una tarjeta de pago.

Lo que hay que explicar es que tu moneda va a valer en cualquier lugar del mundo y está protegida de que el gobierno de turno en tu país sea corrupto o de que su economía sea más débil. Así llegará a cada vez más usuarios e incluso podrá pegar un buen bocado como reserva de valor al oro. No hay que olvidar que el bitcoin es finito, empieza a ser ya un buen medio de pago, es más fácil de transportar, es más seguro y ofrece una mejor unidad de cuenta.

Prototipo de la futura tarjeta Visa Eurocoinpay.

En los 90 cuando apareció internet, algunos decían que eran cuatro bobadas para frikis. Aunque algunas criptos desaparecerán, las que tengan un buen proyecto detrás -como las que he nombrado antes-, van a a cambiar el mundo. Si me llevasen a un debate con el director de Paypal o la presidenta de Banco Santander, iban a tener muy difícil defender su modelo económico.

- ¿Considera que el reciente escándalo de Wirecard podría tener alguna repercusión en la industria?

Creo que no. El problema no parte del sector de las criptomonedas, sino que está más relacionado con los sectores tradicionales. Además, su epicentro está en un fraude administrativo contable y no en un sector determinado como el de los medios de pago.

- ¿Qué cifras de usuarios maneja ahora Eurocoinpay después del empujón de los últimos meses?

Como decía, hemos tenido un crecimiento importante. En el trimestre hemos movido unos 400.000 euros y ahora mismo estamos por encima de los 11.200 clientes. El perfil más recurrente es entre los 35 y 50 años de edad. Luego, los que movilizan más volumen y transacciones son los que están entre los 50 y 65 años. Aunque los millennials están teniendo más interés, están más preocupados por otras cosas… La gente joven nunca ha sido la que más invierte en proteger su dinero.

Es innegable que hay una probabilidad de que el bitcoin se vaya a cero, pero son muchas más las de un recorrido para arriba todavía más amplio

Esto lo sabemos porque tenemos perfectamente identificados a nuestros clientes. Además, cuando empiezan a operar, pagan con una tarjeta que ya ha tenido que pasar por el filtro de un banco. No queremos bajo ningún concepto ser cómplices de blanqueo de capitales ni de estafas. Queremos ser parte de una mayor transparencia en el sector financiero.

- Después del último halving, parece que los 10.000 dólares se le atragantan al bitcoin. ¿Cómo lo ve usted?

Es verdad que el bitcoin no tiene un valor de referencia previo a su creación, pero sí tiene un valor intrínseco porque es programable, tiene una tecnología que lo soporta, un gasto para su creación y también puede generar mucho ahorro al conjunto de la economía con su adopción.

Aunque es innegable que hay una probabilidad -del 10% siendo muy precavido- de que se pueda ir a cero, pero son muchas más las de que, analizando todo esto, tenga todavía un recorrido para arriba mucho más amplio del que ya ha hecho.

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