Maricoin se viste de largo esta Nochevieja. La primera criptomoneda LGTB+ arranca su despliegue con un proyecto piloto que, debido a las restricciones por la eclosión de contagios por ómicron, finalmente se limitará al barrio madrileño de Chueca. Otros núcleos icónicos de la comunidad, como Barcelona, Ibiza y Maspalomas (Gran Canaria), tendrán que esperar.
La cancelación de las tradicionales macrofiestas para dar la bienvenida al Año Nuevo ha obligado a los promotores de maricoin a rediseñar su estreno. Finalmente, el proyecto piloto para valorar la utilidad de la criptomoneda e introducir las últimas mejoras antes de su lanzamiento oficial al gran público se limitará a 100 usuarios y una decena de comercios de Chueca.
Aunque los empresarios detrás de las fiestas canceladas por el avance de ómicron siguen respaldando el proyecto y prometen aceptar maricoins tan pronto como puedan recuperar su actividad, esta Nochevieja no formarán parte de este ensayo. Una prueba que se extenderá, al menos, hasta el día de Reyes y que busca conseguir mejoras de usabilidad.
Los pioneros
Entre los comercios que finalmente aceptarán maricoins desde esta noche figuran el Café de la Luz, el bar Cutxi, discotecas, bares, restaurantes y hoteles de Chueca. Además, claro, de las peluquerías de la cadena Juan por Dios, cuyo fundador Juan Belmonte es el principal ideante de esta criptomoneda para la comunidad LGTB.
El consejero delegado del proyecto, Paco Álvarez, explica a EL ESPAÑOL-Invertia que el objetivo es "llegar a 1.000 transacciones, de manera que se pueda testar el sistema en un público diverso y transgeneracional". Para ello dotarán a un centenar de usuarios iniciales de carteras digitales con 500 maricoins, equivalentes a 10 euros en función del valor de partida que se ha establecido para la criptomoneda: 0,025 dólares.
"Ahora, más que bugs tecnológicos por el aluvión de transacciones simultáneas que habría en las macrofiestas, lo que vamos a poder ver es la usabilidad real de los maricoins, que es mucho mejor", explica Álvarez. Eso sí, sin renunciar a que una vez que vuelvan las grandes concentraciones del colectivo se puedan hacer pruebas en esta línea.
A pesar de este cambio de guion en cuanto al estreno, la hoja de ruta establecida para el maricoin sigue invariable. Tanto es así que a través del formulario de reserva de estos tokens ya se han registrado hasta hoy más de 8.600 solicitudes por un saldo conjunto de 4,71 millones de euros. El objetivo es en las próximas semanas los números ronden los 10.000 maricoiners y se superen los 5 millones de euros.
Listado para febrero
En esta prueba piloto, según explican sus organizadores a este portal, se ha incluido a personas identificadas con las distintas siglas del colectivo LGBT+, pero también a un 20% de usuarios ajeno al mismo. Desde jóvenes muy familiarizados con el ecosistema cripto y los pagos digitales hasta personas que rondan la setentena menos conocedoras de estos sistemas.
El objetivo es hacer una "prueba transversal" de la criptomoneda antes de que definitivamente se pongan en circulación los 10.000 millones de maricoins que ya se han emitido en la red de Algorand. El objetivo es empezar a cotizar en las plataformas que admiten tokens procedentes de este protocolo a partir de febrero. Incluso estrenarse por la puerta grande con su entrada en Binance, siempre que se cumplan los requisitos de difusión que exige la plataforma líder en criptomonedas.
Por ahora, los 100 primeros maricoiners que registraron su petición para hacerse con estas monedas digitales se han asegurado una prima de 2 a 1. Es decir, recibirán dos maricoins por cada uno suscrito cuando formalicen sus órdenes previas de compra a finales de mes. El resto, hasta que la lista se cierre al llegar a 10.000 solicitudes, recibirán una prima de 3 a 2 maricoins.
Los creadores de esta nueva criptomoneda, a la que empiezan a salirle réplicas con proyectos menos definidos como el Chuecoin, defienden su utilidad para fortalecer la comunidad LGTB en todo el mundo ya que el 20% de los maricoins estarán en manos de las asociaciones del colectivo que se quieran sumar al proyecto, que podrán conseguir intereses a través del staking, que consiste en mantener criptos en cartera sin gastarlas o convertirlas a otra divisa.
Comprar y financiar al colectivo
"Además de convertirse en una moneda de pagos diarios para la comunidad, el fin es dotar de fondos a todas las asociaciones LGBT+ del mundo que se quieran unir, para que no necesiten de la discrecionalidad de un gobierno con una subvención o de la generosidad de sus asociados o su disponibilidad para afrontar el pago de una cuota", asegura Álvarez, que también es CEO de Startify, la aceleradora que ha impulsado el proyecto.
Con esta premisa, los creadores del maricoin miran hacia las celebraciones del Orgullo Gay del próximo año como termómetro definitivo para su difusión y popularización. Y es que el plan es que la criptomoneda cuente con carroza propia, patrocinios y aceptación generalizada por parte de los empresarios implicados en las 20 principales celebraciones pride de todo el mundo a lo largo de 2022. Siempre y cuando la pandemia lo permita.