La Reserva Federal de EEUU (Fed) marca el pistoletazo de salida para que la banca estadounidense retome la normalidad en el pago de dividendos. Después del visto bueno de la institución, los analistas calculan que las grandes firmas del sector podrían anunciar en los próximos días el reparto de hasta 100.000 millones de dólares para los próximos meses.
Este regreso al pago de dividendos será una de las consecuencias más visibles del aprobado general que la Fed ha otorgado en su última ronda de test de estrés sobre los bancos de EEUU. En este sentido, la institución supervisora ha constatado que las entidades mantendrían unos altos niveles de capitalización incluso en un escenario económico muy adverso.
Las conclusiones del banco central señalan que en el peor de los escenarios planteados, las 23 mayores entidades financieras del país sufrirían pérdidas por 474.000 millones de dólares. No obstante, incluso después de este quebranto, seguirían teniendo más del doble del capital requerido por las normas de solvencia vigentes en EEUU.
A petición de la Fed, los bancos podrán comenzar a anunciar sus planes de reparto de dividendos y recompra de acciones a partir de este próximo lunes. En el sector se manejan informes que atribuyen hasta 100.000 millones de dólares pendientes de desembolso solo entre JP Morgan, Bank of America y Goldman Sachs.
En cualquier caso, el resultado obtenido por cada entidad en las pruebas de resistencia diseñadas por la Fed marcará ciertos límites específicos para la retribución al accionista. No obstante, la institución estadounidense vuelve a adelantarse al Banco Central Europeo (BCE) en el regreso a la antigua normalidad en este aspecto, gracias en gran medida a la más ágil y solvente recuperación que ha experimentado la economía del país americano.
El peor escenario
El peor de los escenarios diseñados por la Fed para probar la resiliencia de los bancos del país incluía una tasa de desempleo del 10,75% de la población, la pérdida del 55% del valor del mercado bursátil y una contracción del PIB del 4%. Con todos estos ingredientes, la media de los ratios de capital se redujeron únicamente al 10,6%.
Un escenario que, en cualquier caso, está muy lejos de lo que marcan las previsiones de la Reserva Federal a más corto plazo. La institución que lidera Jerome Powell prevé actualmente que el PIB de EEUU acabe el año un 7% arriba, mientras que considera que el desempleo podría caer al entorno del 4,5% de la población.
Estos datos, junto con una inflación que sigue subiendo con fuerza, son la clave por la que el banco central ha adelantado ya hasta 2023 su previsión de subida de tipos. Incluso son ya varios miembros del organismo los que creen que sería conveniente elevar las tasas de referencia ya este próximo año 2022.