La crisis energética golpea al euro y mete más presión al BCE para respaldar la moneda comunitaria
Algunas previsiones apuntan a los 0,975 como nivel clave de la divisa comunitaria.
El euro se mueve de nuevo por debajo de la paridad frente al dólar a consecuencia de las peores perspectivas económicas de la Unión Europea. Las previsiones para la divisa no son precisamente halagüeñas debido, precisamente, a la crisis energética en la que Europa se ve inmersa.
La mala situación respecto a la energía en la que se encuentra el viejo continente no tiene visos de solucionarse. Más bien todo lo contrario tras un nuevo anuncio de Rusia de interrupción del suministro de gas a través del gasoducto Nord Stream.
Exactamente, la empresa rusa Gazprom detendrá el bombeo durante tres días a partir del próximo 31 de agosto.
El gas, cerca de los 300 euros
Fruto de esa noticia, el precio del gas TTF, de referencia en el Viejo Continente, se ha disparado en las últimas jornadas. La subida del lunes llegó a rozar el 18%, un avance con el que se acercó a los 290 euros por megavatio hora.
Casi al mismo tiempo, el euro perdía la paridad frente al dólar. Llegó a cambiarse a 0,9934 ‘billetes verdes’, mínimos de noviembre de 2002. A los inversores les preocupa que la suspensión del flujo de gas pueda exacerbar una crisis energética que ha pesado sobre la moneda común en los últimos meses.
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La mala situación energética empaña la futura evolución de la economía de la eurozona y mete más presión al Banco Central Europeo (BCE) de cara a la reunión que celebrará el 8 de septiembre.
La institución tendrá que moverse en el fino alambre que supone subir los tipos de interés en la proporción necesaria para reducir la inflación sin causar más estragos económicos de los necesarios.
Riesgo de recesión
Pero, dado lo atrasado que está el BCE con respecto al control de la inflación, los analistas de Ebury no creen que “pueda permitirse el lujo de dejar de lado la normalización de la política monetaria incluso si se materializa una leve recesión”.
El euro se encuentra inmerso en un círculo vicioso. Las peores previsiones económicas, acrecentadas por la crisis energética, debilitan a la divisa. Pero una moneda más débil acrecienta el problema de la inflación ya que las importaciones de energía se pagan principalmente en dólares estadounidenses.
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Por ello, los expertos de Monex Europe esperan que la institución presidida por Christine Lagarde intervenga con comentarios de corte restrictivo en su próxima cita.
No en vano, el retraso del BCE respecto a otros bancos centrales -especialmente la Reserva Federal de EEUU (Fed)- en lo que a subida de tipos se refiere ha pesado sobre la evolución de la divisa comunitaria a lo largo de este 2022.
Más subidas de tipos
Tras incrementar sus tasas de referencia 50 puntos básicos en la reunión de julio, algunos miembros del instituto emisor han señalado que el siguiente paso del BCE será de la misma proporción.
Lo mismo ha sucedido con diferentes miembros de la Fed. Varios de ellos han reiterado la necesidad de seguir incrementarlo las tasas al mismo ritmo, es decir, subirlas de nuevo 75 puntos básicos, como ya hicieran en junio y julio.
Por ello, el simposio de banqueros centrales que a finales de esta semana se celebra en Jackson Hole, Wyoming (Estados Unidos), cobra aún más importancia que en ediciones anteriores.
Además, a ambos lados del Atlántico se conocerán cifras sobre la actividad de los sectores manufactureros y de servicios, los conocidos como PMI. Unos datos mejores de lo esperado en EEUU “también podrían mantener la presión sobre el euro”, consideran en el banco japonés Nomura.
Por si no fuera suficiente, también se publicará la segunda lectura del producto interior bruto (PIB) de EEUU. Según la primera estimación, la economía estadounidense se contrajo un 0,2% en el segundo trimestre del año a los tres meses anteriores. La economía estadounidense entró, por tanto, en recesión técnica al sumar dos trimestres consecutivos de caídas.
“El mercado también podría comenzar a descontar un aterrizaje económico más suave en EEUU”, advierten los analistas de la entidad nipona, quienes ven al euro en los 0,975 euros a finales de septiembre.