El descalabro del petróleo no cesa. Ya va mucho más allá de la insólita entrada en negativo de los futuros del barril americano. La continuidad de las caídas por miedo a unos depósitos llenos a causa de una demanda más bien raquítica comienza a amenazar también a los inversores en fondos cotizados (ETF) vinculados al llamado ‘oro negro’.
Los analistas y gestores no dejan de repetirlo: “Lo de los futuros del Texas es un hecho puntual”. Y es verdad, pero el descalabro se extiende ya a futuros con vencimientos mucho más lejanos y también al barril Brent, el de referencia en Europa. Se trata de dos activos que sí forman parte de la cartera de inversión de varios de los ETF más seguidos a esta orilla del Atlántico para seguir la evolución del crudo, el sector petrolero o las materias primas energéticas.
Aunque la industria europea de ETF ha esquivado el descalabro a negativo de los futuros que vencieron este martes, sí que han recibido de lleno el impacto de los bruscos retrocesos que se están apuntando otras referencias a más plazo. Esto se debe a que los fondos cotizados acostumbran a renovar sus posiciones aproximadamente una semana antes de un vencimiento hacia el siguiente, lo que en jerga financiera se conoce como ‘rollover’.
Un tercio del mercado
De esta forma, dado que el hundimiento y entrada en negativo de los futuros del West Texas Intermediate (WTI) con entrega en mayo se produjo únicamente en sus dos últimas sesiones de negociación, el grueso de posiciones de estos fondos cotizados ya estaba en los que vencerán en mayo para entrega en junio.
Las cifras que maneja Óscar del Diego, director de inversiones de Ibercaja Gestión, señalan que “los ETF controlan alrededor de un 30% de las posiciones abiertas del vencimiento más cercano”, que en este caso se corresponde con los que este martes llegaban a perder casi un tercio de su valor hasta perforar la cota de los 10 dólares por barril.
El responsable de ETF de Lyxor AM en Iberia y Latinoamérica, Pedro Coelho, explica a Invertia que, aun con esas, las carteras de los inversores europeos siempre estarán más protegidas que las de sus colegas americanos. Esto se debe a que “la normativa comunitaria vigente impide que un ETF invierta y replique una única materia prima”.
En este sentido, lo más habitual es que la cesta de un fondo cotizado del Viejo Continente siga la evolución de varias o incluya también compañías vinculadas como petroleras, navieras e ingenierías. Esta es la gran diferencia con lo que ocurre, por ejemplo, con el vehículo que Coelho señala como el más seguido en EEUU, el iPath Series B S&P GSCI Crude Oil Total Return Index ETN, que tiene por ‘ticker’ las siglas mucho más sencillas y evidentes OIL. Toda su cartera, de arriba abajo y de un extremo al otro está única y exclusivamente vinculada al crudo a través de diferentes derivados.
Una cesta más diversificada
Muchos de los productos de inversión más seguidos por los inversores europeos en materia de petróleo siguen en realidad el Bloomberg Commodity Index. Un índice que sus responsables definen como diversificado y en cuya cartera ninguna materia prima puede tener un peso inferior al 2% ni superior al 15% de su cesta. Con unas premisas así, el impacto del descalabro el ‘oro negro’, aunque notable, no será determinante.
Estas son las claves que explican que el retroceso acumulado por el índice de Bloomberg, al que están referenciados un amplio abanico de ETF europeos -a veces en combinación con otros indicadores- ceda ‘solo’ un 25% en lo que va de año. En el mismo periodo, el americano OIL ha visto volatilizarse un 70% de su valor.
Desde Vontobel AM, el gestor Michel Salden lo tiene claro: “Si no se producen cierres instantáneos de producción en Canadá y EEUU, el futuro del WTI de junio puede ver un recorrido similar al de mayo”. Un escenario en el que presagia “pérdidas masivas para los inversores minoristas en los ETF pasivos” y no solo por el propio retroceso en sí mismo.
El experto del grupo suizo de banca privada ha explicado a Invertia que “la forma extrema de contango de la curva de futuros” se suma a la sangría correspondiente a la propia evolución del barril de crudo. En este sentido, el ‘rollover’ desde un contrato muy depreciado próximo a su vencimiento hasta el siguiente implica la pérdida de hasta “un 40% sólo en los costes de la transferencia”. Lo que a primera vista puede parecer una oportunidad de entrada a precios “ultrabajos”, puede terminar convertido en una trampa.
Oportunistas atrapados
Así se explica que, a lo largo de marzo, se registrasen suscripciones netas récord del último año en productos cotizados (ETP) referidos al petróleo, según datos de la firma especializada iShares, del grupo estadounidense BlackRock. A lo largo del tercer mes del año, cuando el mercado esperaba que Arabia Saudí y Rusia se sentaran a pactar un nuevo y drástico recorte de producción que evitase el escenario de sobreoferta al que ahora se ha llegado, entraron 6.100 millones de dólares.
La cifra, abultada de por sí, gana peso si se tiene en cuenta que en febrero sumaron 2.200 millones de dólares más. Una apuesta que para muchos podía parecer una ganga en un momento en el que muy pocos especulaban con la peregrina idea, materializada este lunes, de un barril de petróleo en negativo.