El periodo de confinamiento en los hogares españoles ha provocado un efecto secundario para el bolsillo de los consumidores. A pesar de que destinamos una mayor parte del presupuesto a servicios como la alimentación, los primeros estudios reflejan una caída constante del gasto general.
Los analistas de BBVA Research han sido los primeros en poner cifras a este giro en los hábitos de consumo, estimando una caída del 60% en el gasto semanal.
Es algo lógico. Aunque las facturas de la luz, del agua y del gas puedan repuntar por el hecho de que estamos más en casa, los gastos del día a día han desaparecido por completo. Ya no hay cafés a media mañana, ni cañas o cenas con los amigos. Tampoco escapadas a la casa de la playa, ni cines ni gimnasio. Los desplazamientos y, por tanto, el gasto en gasolina, también se ha reducido al mínimo.
Más ahorro en los hogares
Esta limitación en el consumo se ha traducido en una mayor tasa de ahorro para aquellos que, de momento, mantienen sus niveles de ingresos. Y parece que este telón de fondo ha animado a muchos a ‘engordar’ sus estrategias de ahorro a través de planes de pensiones.
Según datos de VDOS, estos productos registraron suscripciones netas positivas por valor de 695,8 millones de euros en los 13 primeros días de abril. El mayor volumen de entradas netas de dinero lo recibieron los planes mixtos, con 289 millones de euros, los de renta fija, con 265 millones y los monetarios, con 204 millones de euros. Los de perfiles de más riesgo, como la renta variable, registraron reembolsos de 22 millones de euros, tras perder (solo esta categoría) 1.080 millones de euros por efecto del mercado.
Aún así, la cifra de suscripciones totales sorprende por varios motivos. Primero, por su elevado volumen, después de las entradas netas de 599 millones de euros registradas en todo el mes de marzo y teniendo en cuenta que, en las dos semanas documentadas de abril, se incluyen los días festivos por la Semana Santa.
El segundo motivo de sorpresa es que las suscripciones se producen justo después de que el Gobierno aprobase una nueva ventana de liquidez en los planes de pensiones para que los trabajadores afectados por la crisis del coronavirus puedan disponer de sus ahorros cuando lo necesiten. Fuentes bancarias consultadas aseguran que ya han recibido solicitudes, pero que aún no están aprobadas. Sin embargo, se siguen registrando suscripciones netas.
Necesidad de liquidez
Es previsible que en las próximas semanas los reembolsos aumenten por la puesta en marcha de las medidas del Gobierno. Pero los flujos de marzo y, sobre todo, los de las primeras semanas de abril, anticipan que el impacto sobre el patrimonio no será tan grave… al menos por la parte que corresponde a la retirada de partícipes.
Desde el sector indican que “quién decida sacar el dinero de su plan de pensiones será porque se encuentra en una situación muy extrema de falta de liquidez”. El principal motivo para ello es que “muchos partícipes no tocarán su plan al comprobar la caída en la rentabilidad de sus ahorros tras el desplome de los mercados”.
Es cierto. Según los últimos datos de Inverco, las pérdidas medias de los planes de pensiones privados alcanzan ya el 6% a un año. También son negativos los datos a tres y a cinco años, y la rentabilidad positiva a diez años se limita al 1,57%. Es decir, parece que este es uno de los peores momentos para rescatar los ahorros para la jubilación para aquellos a los que no les urja la liquidez.
Para los casos que sí lo precisen, como los afectados por un ERTE o por el cese de actividad, los expertos de Abante recomiendan sacar la calculadora y recordar que, además del rescate, tienen que pensar en la tributación de este producto de ahorro. De hecho, desde algunos sectores critican que el Gobierno no ‘libere’ de las garras de Hacienda estos reembolsos consecuencia de la crisis.
Consejos para el rescate
“Lo primero que tenemos que saber es que por el rescate del plan de pensiones tributamos en la base general del IRPF como rentas del trabajo y a un tipo que, en la escala estatal, oscilará entre el 19% y el 45%, en función de nuestros ingresos y rentas”, recuerdan desde la firma de asesoramiento. Como se indica en el BOE, y a menos que haya novedades al respecto, se mantiene este régimen fiscal en este supuesto excepcional.
“También debemos hacer un buen análisis de nuestra situación económica y financiera”, indican desde la firma. “La primera es si realmente necesitamos recurrir a ese ahorro o tenemos otras fuentes de liquidez, puesto que, al tributar en el IRPF en la base general, es la parte cara del impuesto, mientras que otros productos financieros tributan en la base del ahorro, donde el tipo impositivo es menor”.
Por otro lado, recomiendan hacer un cálculo de las necesidades de liquidez, para rescatar solo la cantidad que se necesite y evitar pagar impuestos de más y consumir un ahorro que, en principio, estaba destinado al momento de la jubilación.
En este sentido, la orden del BOE establece que el rescate no podrá superar el salario dejado de percibir durante el ERTE, o bien los ingresos estimados durante la crisis sanitaria.
Pese al incoveniente de la fiscalidad en el rescate y, sobre todo, de la caída de las rentabilidades en los últimos años en el sector, desde la industria valoran positivamente la nueva ventana de liquidez. Desde Inverco considerar que es una buena fórmula para “mitigar las peores consecuencias de la crisis y para recuperar los niveles de bienestar previos que permitan a los españoles continuar ahorrando para complementar su pensión futura”.