Un hombre pone gasolina en su coche, en Madrid.

Un hombre pone gasolina en su coche, en Madrid. A. Pérez Meca / Europa Press

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Buenas noticias si tienes un coche diésel: este es el ahorro que puedes conseguir tras fracasar el ‘impuestazo’

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Fue a finales del pasado mes de octubre cuando el Gobierno puso sobre la mesa su reforma fiscal. En la misma, uno de los puntos hacía mención al diésel. En concreto, se iba a elevar la tributación del gasóleo para equiparla con la de la gasolina.

Para que saliera adelante, era necesaria su aprobación en la Comisión de Hacienda. La misma tuvo lugar ayer y no fue precisamente corta: ocho horas de comisión, y dos recesos, para que finalmente el ‘impuestazo’ a este combustible acabara en la papelera.

De esta manera, aquellos conductores que usan vehículos diésel no tendrán que hacer frente a una subida que iba a hacer ‘pupa’ a sus bolsillos. Conviene recordar que la medida, que finalmente no ha salido adelante, fue pactada por el PSOE con Junts y el PNV.

¿Cómo era el ‘impuestazo’ al gasóleo?

Fue el Grupo Socialista el que presentó la enmienda que elevaba la tributación del diésel. Como ya se ha dicho, la finalidad era equiparar la fiscalidad de gasóleo y gasolina. ¿Cómo? Subiendo el Impuesto de Hidrocarburos.

Dicha medida no afectaba al gasóleo de uso profesional y al gasóleo bonificado que no sufrían variación alguna “al objeto de mantener la competitividad de los sectores intensivos en su consumo”.

También se incluía un mecanismo para bajar la tributación de este combustible si su precio se incrementaba dos meses consecutivos y superaba, de media, los 2 euros por litro, y si la media de cotización del barril de Brent se incrementa ese segundo mes por encima de la media del mes anterior.

Llegados a este punto, hay que recordar que en cada litro de gasolina o gasóleo se pagan tres conceptos: impuestos y otros costes; precio base; y costes de distribución, comercialización y márgenes.

Respecto a los impuestos, en gasolina, los costes de distribución y márgenes por cada litro representan el 15% del precio pagado; el coste de la materia prima, un 42%; el IVA, un 17%; y el Impuesto Especial de Hidrocarburos, el 26%.

Si ponemos el foco en el diésel, esos porcentajes quedan de la siguiente manera: costes de distribución y márgenes, un 11%; coste de la materia prima, un 51%; IVA, un 17%; y el Impuesto Especial de Hidrocarburos, un 21%.

Tanto el IVA como el Impuesto Especial de Hidrocarburos suponen alrededor del 40% del precio final. ¿Y cuándo debería haber entrado en vigor? El 1 de abril de 2025. Fecha que ha pasado a ‘dormir el sueño de los justos’.

¿Traducido a euros? Los propietarios de coches diésel ya no tendrán que pagar algo más de 11 céntimos por litro. En concreto, la propuesta preveía elevar el tipo general de 0,307 euros por litro a 0,40069 euros por litro.

Por tanto, una subida de 9,37 céntimos por litro. Al aplicarse el IVA sobre el precio total, impuesto especial de hidrocarburos incluido, la subida quedaría en 11,33 céntimos el litro. Según la OCU, de media, hubiera supuesto un gasto adicional de 102 euros al año por vehículo.