Los abogados han votado en contra de los códigos de buenas prácticas tributarias que han firmado siete asociaciones y colegios profesionales, y que ha tenido además el respaldo de la Agencia Tributaria. La Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf) se ha abstenido. En ambos casos, la última palabra no está dicha porque se votará entre sus órganos de poder.

La negociación comenzó hace meses y el diálogo, además de muy largo, ha sido especialmente puntilloso, definen algunos responsables que han participado en estas reuniones. Se han cambiado comas, puntos, párrafos… se ha modificado el texto inicial para, finalmente cerrarse un contenido, o mejor dicho dos. Los miembros del llamado Foro de Asociaciones y Colegios de Profesionales Tributarios han pactado dos textos: el código de buenas prácticas de asociaciones y colegios profesionales, y del de profesionales tributarios. Un gesto, eso sí voluntario, que contribuye a la reputación del sector mediante la prevención del riesgo fiscal.

Ambos textos comprometen tanto a la AEAT como a las asociaciones y colegios. Estos últimos colaborarán mediante la comunicación a Hacienda de irregularidades, que detecten sus asociados y que puedan afectar al funcionamiento normal del sistema tributario, o la competencia del mercado. Por su parte, los intermediarios fiscales que asuman el código de asesores deberán prevenir e instar a corregir conductas de clientes que puedan implicar riesgos fiscales importantes.

Entre los compromisos que asume la AEAT está el de proporcionar un trato preferente a los adheridos que consiste en establecer un canal específico de comunicación en su web con ellos, personalizar la atención a los intermediarios fiscales, facilitarles lo antes posibles los hechos susceptibles de una regularización. Incluso podrá darles publicidad.

Se estudiará la creación de un logotipo que les identifique, una especie de distintivo o sello que deje claro que ese asesor colabora con Hacienda.

Algunas de las asociaciones que han dado su visto bueno consideran que los códigos son inocuos, light,  voluntarios, son un paso más hacia la transparencia y prevención del fraude. Fuentes del Registro de Economistas y Asesores Fiscales (Reaf), una de las asociaciones que lo ha firmado, resaltan los dos compromisos a los que ha llegado la AEAT: “la cita previa para los asesores y una mayor agilización y transparencia en las regularizaciones, para poder discutir con la Inspección y con datos en la mano los desacuerdos”.

NEGATIVA DE LOS ABOGADOS

Pese a ello los abogados no están por la labor. En primer término, el portavoz del Consejo General de la Abogacía de España que estuvo en la reunión justificó el sentido de su voto porque tenía que someterlo a consulta de la directiva. Serán los 85 decanos de los colegios de abogados, reunidos en pleno, los que determinen si se adhieren o no.

Fuentes del Consejo indican que la posición de partida es contraria al código de buenas prácticas. El motivo que alegan es la colisión del mismo con el secreto profesional.  Aunque una cosa es el asesoramiento y, otra bien distinta, la defensa “a veces no está tan separadas”. Además, los abogados vinculan estos códigos a la trasposición de la DAC 6, la polémica directiva comunitaria que obliga a los intermediarios fiscales a informar a la Administración tributaria de indicios de planificación fiscal agresiva. Si se revelara la identidad de un cliente, “se estaría violando el secreto profesional”.

La próxima semana se celebra el pleno del Consejo General de la Abogacía. Aunque de momento se desconoce si esta votación formará parte del orden del día, sería una sorpresa un cambio en el sentido de su voto.

ABSTENCIÓN DE LA AEDAF

La Aedaf explica a Invertia las dos razones que motivaron su abstención. En palabras de José Ignacio Alemany, su presidente, “la abstención responde al obligado respeto a la decisión que, dada la relevancia de este asunto, adopte la Asamblea General". Y añade: “Lógicamente esta decisión se ceñirá a la adhesión al Código de Buenas Prácticas de Asociaciones y Colegios profesionales. Los asociados que quieran podrán decidir libremente su adhesión o no al Código de Buenas Prácticas de Profesionales Tributarios".

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