En un momento agitado políticamente, con los bancos en bolsa doliéndose del acuerdo de gobierno entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, la última estadística sobre el impuesto de Sociedades, que acaba de hacer pública la Agencia Tributaria, aviva el debate sobre los impuestos que realmente pagan las empresas, sobre las que planea la duda de si las fuerzas de izquierda parlamentaria acabarán aprobando una tributación más elevada.
La AEAT ha publicado la estadística del impuesto de las empresas correspondiente a 2017, en el tiempo y la forma en que estaba previsto en su calendario. En su metodología, en su apartado de preguntas frecuentes, tal y como ha hacho en ocasiones anteriores, aclara las diferencias entre aplicar los tipos impositivos sobre la base imponible o sobre el beneficio, un asunto espinoso que no deja indiferentes a los empresarios.
En ambos casos (beneficios/base imponible) esos tipos efectivos son inferiores a los tipos nominales (del 25% con carácter general y del 30% para la banca y las petroleras) que marca la ley de sociedades.
Y la Agencia Tributaria acaba de algún modo tomando partido, como ya hizo en la estadística de 2016. Si bien advierte de que “cada usuario puede considerar uno u otro dependiendo de los objetivos de su análisis”, destacan tres ventajas al tomar el tipo sobre beneficios.
En primer lugar, indica que su forma de cálculo es similar a la que se utiliza en otros impuestos (por ejemplo, en el IRPF se calcula un tipo similar dividiendo el impuesto devengado entre las rentas brutas de los contribuyentes) y en las comparaciones internacionales (para evitar las diferencias en la legislación de cada país);
En segundo lugar, permite seguir la evolución de la carga tributaria con independencia de las modificaciones normativas, que afectan a la base imponible, pero no a los beneficios.
Y por último, facilita la comparación entre distintos grupos de contribuyentes con distinto grado de utilización de los beneficios fiscales (que en el Impuesto sobre Sociedades se pueden manifestar bien en los ajustes al resultado contable, bien en las deducciones sobre la cuota íntegra) o con diferente forma de cálculo del impuesto (declaración individual frente a consolidada).
El tipo efectivo sobre el beneficio se define como la cuota líquida dividido por dicho beneficio y representa el porcentaje de los beneficios que aporta la empresa a los ingresos tributarios del Estado de manera directa.
La Estadística de las Cuentas anuales consolidadas del Impuesto sobre Sociedades de 2017 refleja que había 1.543.027 contribuyentes, 42.347 más que un año antes, que generaron unos beneficios de 205.881 millones frente a los 192.121 millones anteriores, y que pagaron un tipo del 10,73% frente al 10,46% anterior en este impuesto.
Sin embargo, no todos los sectores se han comportado igual. Llama la atención cómo los bancos y las constructoras/inmobiliarias afloraron más beneficios pero acabaron pagando menos impuestos. El caso más llamativo es el del sector constructor puesto que sus ganancias pasaron de los 23.481 millones a los 31.809 millones. Por la primera partida tributaron 2.739 millones (11,67%) y por los resultados de 2017, 2.727 millones (8.57%).
La estadística también indica que los bancos pasaron de ganar 16.493 millones en 2016 a 18.313 millones un año después. Por las ganancias iniciales ingresaron al Estado 865 millones, lo que significa que pagaron un tipo sobre beneficios del 5,24%. En 2017, y con más ganancias, aportaron fiscalmente 828 millones, un 4,5% de sus beneficios.
Entre estas variables destaca asimismo el impacto del impuesto de Sociedades en sectores como la industria (energía) y agricultura o en servicios sociales y ocio. En estos epígrafes se produce el mismo comportamiento ya su el beneficio logrado disminuye respecto al de un año antes pero, en cambio, pagan más impuestos.