La industria española de inversión cuenta con un nuevo dato que corrobora la sangría de sicavs que está atravesando. En el blanco de reformas fiscales y de supervisión, a lo largo del año pasado se dieron de baja en su plataforma de negociación de referencia más de un centenar de estas sociedades, las predilectas de las grandes fortunas del país para gestionar sus inversiones.
Los números definitivos de la plataforma de negociación BME MTF Equity para 2020, publicados por la sociedad rectora de las bolsas españolas esta semana, contabilizan la exclusión de cotización de nada menos que 134 sicavs. Esta cifra supone un ritmo de retirada de más de 11 de estas sociedades cada mes y además arroja el quinto balance anual negativo consecutivo.
Si se suman las bajas acumuladas en este periodo, la retirada alcanza a 931 sicavs. Desde que arrancó esta huida continuada, la plataforma BME MTF Equity ha perdido un 27,6% de todas sus sociedades de inversión de capital variable, que es el nombre completo al que responde el acrónimo por el que se conocen estas empresas. Es decir, más de una cuarta parte del total ha abandonado su mercado de referencia en el último lustro.
Un 5% se retira
La incertidumbre en torno a su regulación y la amenaza de limitar las ventajas fiscales que están libres de cuestionamiento en la mayoría de mercados europeos han sido dos constantes en este periodo. Dos motores que han ido acelerando su liquidación, transformación en sociedades de otro tipo o mudanza a jurisdicciones más amables como Luxemburgo.
A lo largo de este 2020 marcado por el azote de la pandemia de la Covid-19, la merma en el número de sicavs cotizadas en su plataforma de referencia es del 5,2%. Ahora, BME MTF Equity da cabida a un total de 2.441 sicavs, mientras que hace un año el número ascendía a 2.575 sociedades.
Siempre según los datos aportados por la sociedad rectora BME en sus estadísticas de balance anual, el ejercicio más doloroso en este sentido de la última década fue 2017. Entonces, 391 sociedades se dieron de baja de su plataforma de referencia en España, más del doble que este último año.
Con todo, la progresiva desaparición de estas sociedades junto con el devenir bajista de muchos mercados a lo largo de 2020 se tradujo en otro fuerte tijeretazo en las cifras del último año. Las sicavs acabaron 2020 con una contracción del 6,72% en su capitalización, lo que se traduce en la pérdida de 1.951 millones de euros. Un volumen superior a lo que hoy por hoy valen en bolsa compañías como Mediaset España o Meliá Hotels, según los datos oficiales de BME.
Casi 28.000 millones en juego
Y eso a pesar de que las empresas de inversión favoritas de los ricos españoles procedieron a ampliaciones de capital por 118,55 millones de euros. Una cifra más que significativa si se tiene en cuenta que un abultado número de estas sociedades ni siquiera llega a negociar 2.500 euros en un año completo, tal y como señaló Invertia en un repaso a fondo del sector.
Esta cota, que solo un 62% de las sicavs españolas cotizadas en la plataforma de BME es capaz de superar en un ejercicio completo, es la que Hacienda prevé que se establezca como mínimo para la permanencia de un inversor como accionista de estos vehículos. Además, ni siquiera la mitad de ellas logró alcanzar estos 2.500 euros negociados en su media mensual.
Mientras la Ley de lucha contra el fraude fiscal que traerá el endurecimiento fiscal para las sicavs sigue su tramitación en el Congreso de los Diputados, el número de estas sociedades sigue en descenso. Muchas de ellas han claudicado por adelantado y cada vez son menos las gestoras que ocultan sus cartas para salvar un segmento de inversión que suma un patrimonio de 27.869,5 millones de euros, según los datos adelantados por la consultora VDOS para el cierre de enero.
La mudanza hacia Luxemburgo y la instauración de participaciones cruzadas han sido dos de las vías más señaladas por gestoras y entidades de banca privada para salvar estos vehículos de inversión. Unas estrategias que, según datos de la consultora, no han impedido que el primer mes del año se haya saldado con reembolsos por otros 49,36 millones de euros.
Esta es la otra cara de la sangría del sector. Y es que no solo mengua mes tras mes el número de sicavs operativas en España, sino que las que se quedan cuentan con un músculo inversor cada vez más raquítico. A lo largo del año pasado, casi 1.240 millones de euros salieron de estos vehículos de inversión rumbo a otras fórmulas de inversión, al colchón o para responder a las necesidades de liquidez con las que la crisis del coronavirus sorprendió a muchos inversores.