Una imagen de archivo del Nasdaq.

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Fondos de inversión

Los fondos temáticos alcanzan los 600.000 millones en “riesgo de saturación”

El caso de Ark Innovation ETF da cuenta de la burbuja que se está formando en torno a estos productos y las compañías en las que invierten.

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Los fondos temáticos están copando tanto la oferta de las entidades en tan poco tiempo que están incurriendo en “peligro de saturación”. Estos productos de inversión han alcanzado los 600.000 millones de dólares (más de 525.000 millones de euros) bajo gestión a nivel mundial, de los cuales buena parte proviene de inversores europeos. Y algunas empresas podrían encarecerse más de lo normal ante flujos descontrolados de dinero con origen en estos fondos.

El año pasado se lanzaron 250 fondos temáticos, cifra que ha sido superada ampliamente este 2021, donde en los tres primeros trimestres ya se han registrado 360, esto es, 110 más que en todo 2020, según detalló José Zárate, asociado de Morningstar, en la conferencia anual de inversiones (MIC) que realizó esta firma de análisis en Madrid.

Para su rastreo, Morningstar ha elaborado una taxonomía propia sobre qué es y qué no es un fondo temático. Incluyen los fondos de renta variable, los sostenibles y tanto los de gestión activa como pasiva. Por el contrario, excluyen los fondos de renta fija, los growth y los sectoriales. Respecto a estos últimos, que a priori pueden parecer lo mismo, puntualizan que buscan “la intencionalidad” de la temática en cuestión, y no que unas cuántas empresas toquen tangencialmente una actividad económica.

En los tres últimos ejercicios, se ha disparado la popularidad -y el volumen- de los fondos temáticos. En opinión de Zárate, invertir en un fondo temático es como realizar una triple apuesta: “El tema tiene que ser duradero, el fondo tiene que elegir las acciones correctas y las acciones tienen que tener una valoración atractiva”.

Sin duda, el líder de este mercado es Pictet, con casi 53.000 millones de euros en fondos temáticos. Le siguen BlackRock (incluido iShares) y Robeco, con cerca de 37.200 y 21.600 millones de euros, y tras ellos hay un grupo de gestoras perseguidoras que se mueven entre los 19.000 y los 10.000 millones de euros, donde entran BNP Paribas, Allianz Global Investors, Credit Suisse, Nikko AM y Fidelity.

Pero una cosa es la teoría y otra la práctica. Porque ya se están generando distorsiones en el mercado. “Los fondos temáticos tienden a invertir en pequeñas y muy pequeñas capitalizadas, tienen tendencia a invertir en las mismas empresas y, por tanto, se corre el riesgo de concentración”, según el analista de Morningstar.

ARK Innovation ETF y Stratasys

Por ejemplo, el promedio de exposición a small y micro caps en Estados Unidos es del 6,65% por parte de los fondos temáticos, por un 4,22% de los fondos generalistas. La foto en Canadá es muy inquietante: 6,57% frente a un 1,24%. En Europa, también hay una descompensación, aunque es menor: 2,72% frente a un 2,15%.

El caso de la compañía Stratasys, que cotiza en el Nasdaq y se dedica a la fabricación de impresoras 3D, da cuenta de la presión a la que están sometiendo los fondos temáticos a cierto tipo de empresas. A cierre de marzo, tenía invertidos hasta 28 fondos temáticos en su accionariado, los cuales copaban el 50,4% de su free float. En concreto, el famoso -y polémico- ARK Innovation ETF tenía el 22,1% por sí solo.

El ETF de ARK Invest se salió el año pasado, con una subida del 152,5% y posiciones en ‘pequeñas’ compañías como Proto Labs, Compugen o LendingTree. Ha crecido hasta gestionar más de 21.350 millones de dólares (unos 18.800 millones de euros). Pero su éxito fue tal que ha generado antipatías, creándose una burbuja dentro de una burbuja. Este año pierde un -2,6% y han surgido ETFs inversos que juegan a ganar dinero cuando el ARK Innovation ETF retrocede.

“Es muy probable que muchos fondos temáticos no sobrevivan”, advertía Zárate. La irracionalidad ha llegado a los fondos temáticos al poco de haber despegado. El verdadero peligro es llegar a morir de éxito.