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La alta inflación preocupa a los gestores de inversiones más de lo que se pensaba a priori. Según una encuesta reciente de Natixis Investment Managers entre 500 inversores institucionales de 29 países distintos (que gestionan 13,2 billones de dólares), siete de cada diez gestores afirman que la inflación creciente es el principal riesgo para las carteras. Un 55% cree que la escalada de los precios es estructural, por un 45% que la ve como cíclica o transitoria.

Las causas son de sobra conocidas por el sector financiero: “una combinación de política monetaria flexible y tipos bajos de interés”. Con respecto a estos últimos, un 64% los menciona también como riesgo de cartera a tener muy en cuenta, en un entorno en el que se avecinan alzas en 2022 o 2023 tras una década deprimidos en el 0% o, incluso, en terreno negativo.

Para paliar la mayor volatilidad que habrá el próximo ejercicio y aspirar a mayores rentabilidades al mismo tiempo, los gestores están decantándose cada vez más por los activos alternativos no cotizados. La encuesta de Natixis refleja que, en 2021, un 84% de los profesionales ya invierte en capital riesgo, un 81% en deuda privada y otro 81% en infraestructuras.

Por sectores, ven como los más atractivos para 2022 a la tecnología de la información (con el 45% de las respuestas), cuidados de la salud (41%), infraestructuras (40%) y energía (34%).

No obstante, menos de la mitad de los encuestados (45%) cree que los activos privados ofrecerán un refugio seguro en caso de una corrección del mercado, puesto que los mercados privados continúan ascendiendo a niveles récord. De hecho, al 69% le preocupa que las entidades hayan asumido “demasiados riesgos en su búsqueda de rendimiento”.

Más criptoactivos

Esto es, que la prima de iliquidez que dan estos activos pase de ser una ventaja a un inconveniente si todo el mundo está metido en ellos al mismo tiempo, habiéndose creado una burbuja, y hay un fuerte bache en la economía real y los mercados financieros, dejando un buen reguero de inversores ‘pillados’.

Los criptoactivos también forman parte de este mundo alternativo. Un 28% de los inversores institucionales reconoce estar ya invirtiendo en criptomonedas, y cuatro de cada diez opinan que un activo digital es una “oportunidad de inversión legítima”.

“La mayoría de los inversores institucionales ve el final del largo mercado alcista una vez que los bancos centrales retiren las medidas de apoyo. En general, las entidades miran hacia 2022 con optimismo. Pero la alta volatilidad en el mercado de acciones, el aumento de la inflación y las tasas de interés mantienen a los inversores alerta, lo que los empuja cada vez más a realizar asignaciones más tácticas para navegar en el entorno actual”, explica Andrew Benton, responsable para el norte de Europa de Natixis IM.

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