Más de 50 sicavs se aferran a su condición de sociedad de inversión de capital variable tras el famoso ‘día D’ -el 31 de enero-, en el que tenían que comunicar sus intenciones al mercado. Sicavs de entidades como Credit Suisse, CaixaBank, BNP Paribas y Andbank, entre otros bancos o gestoras, han decidido voluntariamente pervivir bajo el nuevo régimen legal y fiscal.
Y esto tiene una implicación para ellas. Algunas avanzan que podrán cumplir con los accionistas mínimos cualificados que la nueva ley antifraude requiere, mientras que otras han decidido quedarse a sabiendas de que pagarán un 25% en el Impuesto de Sociedades al no llegar al mínimo exigido.
Soixa, gestionada por Magallanes Value Investors, fue la primera sicav en desmarcarse hacia este reducto de sociedades de inversión, las últimas de su especie -como si de el último mohicano o la aldea gala de Astérix y Obélix se tratase- aunque con condiciones distintas en muchos de los casos. La sicav capitaneada por la familia Hernández, accionista principal de la cotizada Ebro Foods, anunciaba su no intención de proponer a la junta general de accionistas su disolución y liquidación a fin de poder acogerse al régimen transitorio introducido por la Ley 11/2021, de 9 de julio.
“La sicav ya cumple y seguirá cumpliendo con el nuevo requisito objetivo del número mínimo de accionistas cualificados del art. 29 4 a) de la Ley del Impuesto sobre Sociedades en su nueva redacción dada por la citada Ley 11/2021”, firmaba Blanca Hernández, consejera delegada de Magallanes.
Pero Soixa y las otras cerca de 60 sicavs que se han mantenido firmes son la excepción que confirman la regla. La innegable realidad es que, en el ‘día D’, en los previos, así como en el día posterior -ayer muchas sociedades continuaban trasladando su decisión a través de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) dado el atasco que se generó el 31 de enero- más de 1.300 sicavs han certificado su proceso de disolución y liquidación, o bien su transformación a otras figuras societarias, tales como sociedades de inversión libre, sociedades anónimas o sociedades limitadas.
Los argumentos
Las sicavs supervivientes pertenecen a muy diversas entidades: Credit Suisse, CaixaBank, BNP Paribas y Andbank, los grupos más numerosos. Pero también de Bankinter, Julius Baer, Gesconsult o Gesiuris. Y todo parece indicar que aún faltan hechos relevantes por publicarse, hasta que se desatasque el enorme embudo generado por sus comunicaciones, lo que previsiblemente aumentará el número de sicavs disueltas.
Por ejemplo, la sicav Inversions Ago, de Gesiuris, considera que “podrá cumplir con el requisito establecido”, los 100 accionistas cualificados con 2.500 euros cada uno, “en su redacción aplicable para periodos impositivos que se inicien a partir del 1 de enero de 2022”. No obstante, advierte, “existe el riesgo de que no se pueda cumplir con el nuevo requisito exigido y la sociedad tenga que tributar al tipo general del Impuesto de Sociedades”.
En la misma línea se compromete Endurance Investments, de Julius Baer. “La sicav tiene previsto cumplir con el nuevo requisito objetivo del número mínimo de accionistas cualificados”. Aunque igualmente introduce la ‘letra pequeña’ de que “existe el riesgo de que, por razones sobrevenidas, la sicav pudiera tener que tributar al tipo general del Impuesto de Sociedades”. Esto es, al 25% y no al ventajoso 1% del que venían disfrutando.
Casuística distinta es la de Syrah Capital, de BNP Paribas, que avanza que “se aplicará el tipo impositivo del 25% del Impuesto de Sociedades, aplicable a los periodos impositivos que se inicien a partir de 1 de enero de 2022, sin que se prevea llevar a cabo actuaciones a los efectos de cumplir con los requisitos del art. 29 4 a) de la Ley del Impuesto sobre Sociedades en su nueva redacción dada por la citada Ley 11/2021”.
Onura SXXI Corporación, de CaixaBank, mantendrá su autorización como sicav “con independencia del cumplimiento de los requisitos fiscales que permiten la aplicación del tipo impositivo del 1% en concepto de IS”.
Todas aquellas sicavs consultadas al cierre de este artículo que mantienen su formato histórico han optado por distintos redactados, aunque solo hay dos fórmulas posibles para su mantenimiento: cumplir los nuevos mínimos para seguir pagando un 1% o pasar a tributar al 25%. Los peores augurios del sector pronosticaban el cierre de hasta 2.100 de las algo más de 2.300 sicavs que existían hasta el 31 de enero y la pérdida de 20.000 millones de euros sobre un patrimonio bajo gestión superior a los 29.000 millones en total.
El caso foral
En este detallado análisis, sobresale el caso de las sicavs de Welzia. Sociedades como Babuta Invest o Lafuver 2000 dejan al descubierto una problemática regional que podría traducirse en un vacío legal o lío judicial de no resolverse próximamente. Ambas sicavs serán disueltas y liquidadas, “pero bajo la condición suspensiva de poder contar con una normativa foral vigente en los territorios forales en los que residan sus accionistas que ofrezcan un régimen transitorio de diferimiento fiscal por reinversión de cuota similar al de la citada disposición”.
Y es que, según se recoge en sus hechos relevantes, “el consejo de administración (…) es consciente de que aquellos accionistas de la sicav residentes en territorios forales no disponen de un régimen tributario de reinversión con diferimiento similar al establecido en la disposición transitoria 40ª de la LIS para residentes en territorio común, siendo ese aspecto de vital importancia”. Ello ha impedido a estos consejos mostrar su parecer respecto a la mejor opción previsible para la sicav en cuestión y sus accionistas.