Una mujer sostiene en Berlín un cartel contra la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

Una mujer sostiene en Berlín un cartel contra la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Kay Nietfeld / dpa (Europa Press).

Fondos de inversión

El consuelo de los inversores es que la bolsa rusa apenas supone un 0,3% de sus fondos

Los expertos aconsejan no vender acciones presa del pánico, ver cómo se dirime la guerra con Ucrania y construir nuevas posiciones poco a poco.

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De haber un único consuelo para los inversores con respecto a la invasión rusa de Ucrania, ese es que la bolsa de Rusia, la principal afectada por la guerra en estos primeros días, apenas supone un 0,3% de los activos gestionados por los fondos de inversión europeos. Eso quiere decir que, por mucho que se desplome el parqué de Moscú, los ahorradores tendrán relativamente protegido su dinero. Otra cosa es el efecto contagio que pueda tener una contienda prolongada en el resto de los mercados, donde se reparten la mayoría de posiciones.

Los fondos rusos siguen siendo productos de “nicho” y es “poco probable que constituyan una parte importante de cualquier cartera diversificada”, lanza un mensaje de tranquilidad James Gard, editor sénior de Morningstar UK. Y, lo más relevante, “la renta variable rusa representa un porcentaje mínimo de los activos de los fondos europeos”.

En concreto, 32.800 millones de euros de los 12 billones de euros de activos totales en los fondos de inversión del viejo continente, con datos de Morningstar a cierre de enero. Dicho de otra forma, las acciones rusas equivalen tan solo al 0,27% de los activos europeos a largo plazo en fondos y ETFs.

Según esta firma de análisis, los mayores fondos indexados de mercados emergentes -donde más pudieran estar presentes los títulos cotizados en el parqué moscovita-, como los vendidos por iShares (BlackRock) y Vanguard, solo le dan un peso del 3% a Rusia.

Algunos de los fondos continentales más expuestos son el Invesco Emerging European Fund, PineBridge Emerging Europe Equity, Templeton Eastern Europe Fund, JPM Emerging Europe Equity Fund, Danske Invest Eastern Europe o el Raiffeisen-Osteuropa-Aktien, con pesos en cartera de entre el 73% y el 64%. Pero todos ellos son productos con patrimonios muy exiguos, de 240 millones de euros el que más, el de Raiffeisen, banco austriaco líder en la Europa Central y del Este pero con nulo impacto en España.

Vladimir Putin.

Vladimir Putin.

En términos absolutos, el Schroder ISF Emerging Europe sería el más expuesto al devenir de Moscú, dado su mayor tamaño como fondo (740 millones), si bien en relativo los valores rusos son menos del 60% de su cartera, entre los que están en cuarentena Gazprom, Sberbank y Lukoil, sus tres mayores posiciones.

En España, los tres fondos más vigilantes con la bolsa rusa son el GVC Gaesco Fondo de Fondos (5,9%); la sicav Arbarin (3,7%) de Anna Gamazo, esposa de Juan Abelló, y el MyInvestor Ponderado Economía Mundial (3,4%), con cifras de Morningstar.

Mercado bajista de corta duración

Entonces, si la bolsa rusa no es el problema real para los inversores europeos en esta guerra iniciada por Vladimir Putin contra Ucrania, ¿dónde está el peligro (y las oportunidades) para los ahorros?

“Aunque los daños políticos y el sufrimiento de la población de Ucrania son inmensos, es probable que las consecuencias a largo plazo para la economía mundial sean limitadas”, prevé Bert Flossbach, cofundador de la gestora alemana Flossbach von Storch. A su entender, “la importancia de Rusia radica principalmente en sus materias primas, especialmente sus reservas de petróleo y gas. Por lo tanto, Occidente tendrá que soportar unos costes energéticos significativamente más altos a corto y medio plazo, pero se independizará, con retraso, de Rusia como proveedor de energía”.

Por ahora, son los activos refugio como el dólar o el oro los que están elevando sus precios ante la incertidumbre bélica, normalmente "coberturas inherentes a la cartera", pero en opinión de este experto “no es una buena idea reducir significativamente la cartera de acciones ahora” si esta ha sido construida “de forma sólida”.

La evolución de las bolsas durante conflictos militares del pasado sugiere que estos suelen ser “capítulos bajistas de corta duración y, pocos meses después, las bolsas tienden a recuperarse con fuerza”, siendo mayores las caídas el mes anterior al inicio del conflicto que el primer mes desde su inicio, pone en contexto Diego Fernández Elices, director general de Inversiones de A&G Banca Privada.

China, ¿la más beneficiada?

Por otra parte, lo que eleva el conflicto es el riesgo de estanflación o, lo que es lo mismo, estancamiento económico con alta inflación. “Aunque las tensiones geopolíticas suelen crear oportunidades de compra, no creemos que haya que apresurarse a comprar en caídas”, considera el equipo de análisis de Generali Investments Partners. “Hay que aumentar temporalmente el efectivo, reducir los valores cíclicos y, en menor medida, el sesgo hacia el value, especialmente sobre el sector financiero, manteniendo la exposición a la energía”.

Generali sobrepondera el crédito, pero más enfocados hacia los bonos con grado de inversión que a los de high yield. “Los balances de los bonos soberanos parecen más expuestos que los privados”, aseveran.

El director global de Inversiones de Fidelity, Andrew McCaffery, espera que los capitales se desplacen hacia China, Asia y otras economías emergentes, que se ven “menos afectadas por la crisis y podrían ser beneficiarias si las cadenas de suministro se reorientan”.