Los españoles son inversores tradicionales y, por ende, conservadores a la hora de tomar decisiones sobre sus ahorros. No nos gusta el riesgo y, de hecho, así lo afirman seis de cada diez. Por ello, no es de extrañar que, a la hora de ahorrar, los imprevistos constituyan una parte fundamental del grueso del patrimonio de los hogares.
Tanto las generaciones más jóvenes, como las más adultas, han aprendido cómo la planificación financiera puede ser crucial para garantizar nuestro estilo de vida. Esta realidad se agudizó, especialmente, durante la crisis económica, cuando muchos españoles tuvieron que hacer uso de su propio colchón de imprevistos para poder afrontar los periodos más difíciles.
Pero, ya sea por la historia pasada o por la que está por venir, lo cierto es que, además de los imprevistos, la jubilación ha pasado a ser una de las preocupaciones más importantes para los españoles. Y no es para menos, ya que la sostenibilidad del sistema público de pensiones está cada día a debate entre los expertos en el sector y los partidos políticos. La necesidad de complementar la jubilación se ha convertido en una preocupación importante, tanto para los más llamados centennials (generación Z), como para los millennials y las generaciones más adultas. Y para hacer frente a esta problemática, el producto elegido son los planes de pensiones, que se han convertido en el primer vehículo de inversión de los españoles, ya que un 57% invierten en ellos, según el VI Barómetro del Ahorro del Observatorio Inverco.
Seguridad, confianza y transparencia
La seguridad se ha convertido en uno de los pilares fundamentales cuando se trata de contratar cualquier producto de inversión y los planes de pensiones parecen transmitir esta sensación a los ahorradores españoles. De hecho, según el informe 'Tendencias clave de los españoles ante la jubilación' de ING, un 34% contrata planes para asegurarse una pensión en el futuro.
De entre quienes ponen especial énfasis en la contratación de los planes de pensiones, destacan las generaciones adultas, entre 39 y 50 años, pues un 70% afirma ahorrar a través de estos vehículos de inversión, unos vehículos que también se popularizan entre los más jóvenes, según Inverco. De hecho, entre los menores de 26 años, un 27% ya destina su ahorro a estos productos y este porcentaje se incrementa hasta el 50% en el caso de quienes se sitúan en la franja de los 26 a los 38 años.
Estos datos, sin embargo, contrastan con la realidad. En lo que va de año los planes de pensiones registran reembolsos por valor de 324 millones de euros. Aunque, eso sí, si se analizan las cifras por categorías se aprecian salidas de dinero únicamente en los vehículos de renta fija, mientras que los de renta variable y los planes de pensiones garantizados registran entradas con volúmenes considerables (7.000 millones en el caso de estos últimos). Otro dato evidencia el contraste entre la teoría -son e producto favorito- y la práctica -el dinero que se mete en ellos-: a finales de septiembre, el patrimonio acumulado en los planes de pensiones apenas alcanzaba los 77.250 millones de euros, un tercio que en los fondos de inversión.
Esto último viene motivado, en cierta medida, por las propias limitaciones del plan de pensiones. Y es que, aunque los expertos del sector reconocen que se trata de productos que cuentan con más ventajas que inconvenientes, estos tienen en su contra el límite a las aportaciones que se desgravan o la falta de liquidez inmediata, ya que, como mínimo, el dinero estará retenido 10 años en los mejores casos. Además, otro de los puntos en contra de los planes de pensiones son los impuestos que se pagan a la hora del rescate. En el lado contrario, quienes contraten un plan podrán desgravarse en la declaración de la renta, es decir, invirtiendo en un plan pagarán menos en el IRPF, ya que lo invertido se restará de la base imponible. Además, es posible cambiar de plan de pensiones en cualquier momento y sin pagar por ello, ni siquiera ante Hacienda.