Durante muchos años se señaló la necesidad de que los fabricantes de vehículos se lanzaran a poner en las calles modelos con motorizaciones distintas a los combustibles fósiles para reducir las emisiones de la movilidad. Hoy este momento ha llegado y ya contamos con decenas de modelos de distintos rangos y tecnologías que permiten a sus usuarios desplazarse de forma limpia.
Con esta parte solucionada, la atención cada vez está más apegada al origen de esa energía. A cómo el sistema va a ser capaz de abastecer a esos millones de nuevos vehículos con la energía limpia necesaria para realizar sus desplazamientos, responsable de movilidad de Naturgy. Y es que, sin ir más lejos, su empresa acaba de anunciar un ambicioso plan para ampliar la red de carga eléctrica en España.
De la mano del responsable de movilidad de Naturgy, Alberto Fariza, repasamos los retos que van a marcar un proceso contrarreloj que pretende electrificar gran parte de la movilidad española en la próxima década.
¿Qué papel quiere jugar Naturgy en la nueva movilidad?
Llevamos 20 años trabajando en la movilidad sostenible. En cada momento con diferentes tecnologías. Hasta ahora estábamos muy enfocados al gas vehicular. De hecho, pusimos la primera estación en marcha la primera estación en marcha a finales de los años 90 con el EMT de Madrid. Hoy se siguen moviendo más de 1.600 autobuses con gas natural comprimido.
Naturgy en esta nueva etapa quiere ser un agente clave en la transición energética y participar de forma activa en el proceso de descarbonización europeo. Queremos impulsar la movilidad desde tres puntos: El primero es que su motor sea la energía renovable. Del mismo modo, queremos democratizar el acceso al coche eléctrico. Además, queremos impulsar el hidrógeno verde en el mundo de la movilidad.
No sólo queremos estar en el último punto de la movilidad. Queremos estar presentes en toda la cadena de valor. En la producción, en la distribución y en la parte de la implantación en la movilidad.
La infraestructura de carga va a ser clave para popularizar el coche eléctrico. ¿Qué planes tienen? ¿Qué retos hay para desplegarla?
Actualmente el vehículo eléctrico tiene varias barreras. Además de la falta de infraestructura de carga, el precio inicial de los vehículos y su autonomía también influye. Poco a poco se van salvando estas barreras. Hemos presentado un manifiesto de interés donde recogemos un proyecto con 460 hubs con más de 1.200 puntos de carga para dar suministro tanto a la parte urbana como a la interurbana.
El objetivo es tener un punto de carga cada 200 kilómetros. Unas distancias que permiten la movilidad eléctrica. Se trata de instalaciones de carga rápida y ultrarrápida que cuentan con potencias que van de los 22 kilovatios a los 150 kilovatios.
Existe un compromiso para que en 2023 en España contemos con 250.000 vehículos eléctricos. En paralelo vamos a llegar a los 100.000 puntos de recarga. Hay un impulso regulatorio que va a permitir el desembarco del coche eléctrico. Hay que tener en cuenta que somos muchos operadores y vamos a tener que trabajar muy coordinados y de forma muy colaborativa.
Venimos de un modelo de industrias muy verticales. En la nueva movilidad vemos que todo es mucho más transversal, hay muchas más alianzas entre compañías que en el pasado. ¿Qué tipo de alianzas estáis cerrando?
Hemos hecho un esfuerzo de colaboración en el proyecto que hemos presentado para desarrollar la infraestructura de carga. Contamos con más de 100 compañías de todo tipo: fabricantes, operadores, instituciones públicas...
Además, hemos firmado un acuerdo con el grupo Renault. Llevamos trabajando muchísimos meses para fijar las alianzas que puedan impulsar el mercado de la movilidad eléctrica de forma rápida.
Hay tanto que hacer en tan poco tiempo que estamos obligados a cerrar alianzas. Además, hay muchas sinergias. La necesidad de este proceso de descarbonización ha creado un efecto llamada que nos ha permitido encontrar puntos en común para trabajar entre diferentes actores.
En la nueva movilidad no todo es electrificación. ¿Qué otras alternativas hay?
Estamos en un momento de ebullición tecnológica. En la parte del gas renovable tratando las basuras y los residuos se pueden obtener un gas renovable. Su utilización tiene mucho que ver con la economía circular y creemos que va a desempeñar un papel.
En el mundo del hidrógeno es donde más hay que hacer. Utilizando energía renovable podemos obtener hidrógeno desde una molécula de agua y utilizarlo para mover un vehículo. Es mucho menos pesado que un vehículo eléctrico y tiene más autonomía. El reto es optimizar todo el proceso y conseguir reducir su precio.
Estamos viendo precios de hidrógenos que aún no son competitivos. Además de la innovación necesaria para mejorar los procesos, el uso del hidrógeno tiene que venir arropado con una serie de medidas regulatorias. Además, entidades referentes como los operadores municipales de transporte pueden ayudar y servirnos como campo de pruebas.
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