Esta cifra supone un retroceso frente a los 5.931 vehículos fabricados durante abril. Durante ese mes, la cuota de este tipo de vehículos cero emisiones llegó al 3,2%. Un dato en el que hay que tener en cuenta que ya supuso un retroceso si se comparan con los niveles de marzo.

Así las cosas, los modelos menos contaminantes ya acumulan dos meses en tendencia negativa. Un dato que se espera mejore significativamente en la segunda mitad del año, impulsado tanto por la mejora en los suministros como en la demanda de los países europeos en los que se están poniendo en marcha paquetes de ayuda para la compra de vehículos no contaminantes. 

Por su parte, la producción de vehículos de cero y bajas emisiones obtiene un aumento del 113,2% respecto al año anterior, acumulando un total de 20.813 unidades (vehículos eléctricos, híbridos enchufables, híbridos convencionales, gas natural y GLP).

Durante el último mes, ha acumulado el 11,4% de la cuota de producción total de vehículos en España. En el acumulado del año, la producción de vehículos electrificados, híbridos y de gas siguen aumentando su representación en la producción total siendo uno de cada diez vehículos de este tipo en fabricación y sumando un total de 107.748 unidades, un 183,5% más que en el mismo periodo del año anterior.

Buen comportamiento de los híbridos

En el quinto mes del año, con 12.577 unidades fabricadas, los híbridos enchufables son los vehículos de cero y bajas emisiones con mayor producción, representando el 6,9% del total de fabricación. Si añadimos los 100% eléctricos, la cuota alcanza el 8,6% de la producción total, con 88.570 unidades en los cinco primeros meses de 2020.

Por su parte, los híbridos no enchufables y GLP suman un total de 639 unidades y 745 unidades respectivamente, siendo los vehículos de gas natural los únicos que registran una menor producción, con un descenso del 28,6% en el mes de mayo.

Así las cosas, todo apunta a que tanto junio como julio aún serán meses complicados para las plantas españolas. Una circunstancia que está provocando la puesta en marcha de ERTEs que permitan a los fabricantes adaptar sus plantillas a las necesidades de producción. Unos mecanismos que esperan poder eliminar una vez termine el verano.