La implementación de un modelo de pago por uso en las carreteras de gran capacidad españolas lleva entrando y saliendo de las cajoneras de los despachos del actual Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana -antes Fomento- desde hace varias legislaturas. Tras años de largos debates, consultas y de desarrollar planes que estuvieron a punto de llegar al Consejo de Ministros, el equipo capitaneado actualmente por la ministra Raquel Sánchez va a ser el encargado de dar un paso al frente.
Según ha podido saber este diario, durante las últimas semanas el equipo de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha intensificado su actividad para poner sobre la mesa un modelo de pago por uso cuyo proceso de implementación arrancará este mismo año. Los trabajos estarían en una fase muy avanzada hasta el punto de que ya existiría un primer diseño que ya fija algunos puntos fuertes del modelo que se pretende poner en marcha.
La fórmula elegida para arrancar en la actual estrategia sería el conocido como 'viñeta'. Este concepto se basa en un pago único anual por el cual los usuarios reciben una pegatina que adhieren a sus vehículos y con la que pueden circular libremente por las autovías y autopistas del país.
El plan en el que trabaja actualmente el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana señala al tercer trimestre de 2023 como el momento en el que se lanzaría la 'viñeta'. Una fórmula que sería temporal ya que, según este mismo plan, el objetivo sería implementar un modelo más avanzado a partir de 2025.
El Gobierno tiene previsto realizar un gran anuncio antes de que termine el año en el que explicará los detalles de su estrategia en este sentido. Una comunicación que servirá como punto de partida para recabar los apoyos sociales, empresariales y políticos que permitan iniciar el desarrollo legislativo necesario. El objetivo es tener todo listo para que el pago por uso de las carreteras de gran capacidad sea una realidad antes de llegar a 2024.
Quitar peso a las cuentas públicas
El aumento del gasto que generan, y seguirán generando durante los próximos años, partidas como la sanidad o las pensiones hace necesario poner en funcionamiento un modelo de pago por uso con el que se financie el mantenimiento y las inversiones de la red española de carreteras de altas prestaciones.
Los ingresos que generará la 'viñeta' irán destinados a conservar y modernizar carreteras. El objetivo fijado para los ingresos que se recauden será cubrir los costes con una tarifa que haga de las carreteras españolas de pago unas de las más eficientes y competitivas en precio de Europa.
Y es que, este movimiento no busca generar una vía de ingresos que consiga grandes recaudaciones sino como una que permite eliminar el peso de su mantenimiento de las cuentas públicas y compensar el actual déficit que existe en esta materia que ronda los 8.000 millones de euros.
Del mismo modo, se pretende terminar con la situación de desigualdad generada con la mayoría de países de la Unión Europea, que llevan años apostando por el pago por uso en este tipo de infraestructuras. Esto genera que, actualmente, transportistas y turistas españoles tengan que abonar estos pagos cuando se desplazan a países como Francia, Portugal, Italia o Alemania mientras que los profesionales y los ciudadanos de esos países pueden circular por las autovías españolas de forma gratuita.
Implantación por fases
Los defensores del formato de 'viñeta' la valoran como el método de más fácil implementación. Este modelo ha sido el elegido desde hace años por países como Suiza gracias a su simplicidad. Con una inversión mínima, se puede cambiar el actual modelo sin necesidad de poner en marcha ningún sistema técnico. Los agentes de tráfico serían los encargados de controlar la identificación de los vehículos que, en el caso de usar una autovía de pago sin el distintivo, se arriesgarían a tener que pagar cuantiosas multas.
Del mismo modo, el objetivo recaudatorio también se simplificaría. Así como los peajes de todo tipo permiten ir generando ingresos a modo de goteo, la 'viñeta' generaría un importante nivel de pagos en fechas muy determinadas. Ello dotaría a la Administración de recursos y mayor predictibilidad para acometer las tareas necesarias.
Además, en la elección de la viñeta ha pesado el componente territorial. Un modelo igualitario para todo el territorio es visto como el más adecuado económica y socialmente ya que será el conjunto de la red el que se beneficiará de los ingresos que genere.
2025 en el horizonte
En el diseño planteado actualmente por el Gobierno la viñeta será la antesala a un modelo de pago por uso más afinado. Así como la primera implementación permitirá que todos los usuarios de la red aporten a su conservación y mantenimiento, el objetivo del equipo de Raquel Sánchez es ir a un modelo en el que pague más quien más use y quien más contamine.
Esta evolución llegaría en 2025 y su implementación sería paulatina. El paso previo sería la puesta en marcha de una serie de experiencias piloto que permitirán probar diferentes tecnologías más avanzadas para dotar a la red española de un sistema de pago más sofisticado.
Las barreras de los actuales peajes dejarían paso a arcos, cámaras y sensores que serían los encargados de detectar los modelos, los kilometrajes o los pasajeros sobre los que se realizaría el cálculo de cada trayecto. Los usuarios deberían realizar pagos por el uso realizado en los periodos establecidos. Un sistema que se acerca más al que actualmente utilizan países como Portugal, Alemania o Chile.
Este concepto ha sido históricamente el que más defensores ha tenido en el mundo empresarial. En este sentido, desde la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan), han venido comentando que estas fórmulas más avanzados "permiten diseñar un modelo que, siguiendo el ejemplo alemán, no ponga una tarifa fija sino que haya cinco formatos distintos de tarifa en función del tipo de vehículo, emisiones... El sistema tiene que facilitar la vida de los usuarios, sin barreras físicas y con soluciones versátiles apoyándose en distintas tecnologías".
Así las cosas, durante los próximos meses asistiremos a la puesta de largo de un proyecto que tendrá un profundo impacto tanto en la estrategia de movilidad del país como en las cuentas públicas. Un proceso que lleva años cociéndose y al que parece que, una vez superado lo peor de la pandemia, le ha llegado la hora de pasar de lo teórico a lo práctico.
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