17 de diciembre. Esa es la fecha marcada a fuego en el calendario para la reindustrialización de las instalaciones que la marcha de Nissan dejará disponibles en la Zona Franca de Barcelona. Una operación en la que, actualmente, todos los focos señalan a la china Great Wall Motors
La ministra de Industria, Reyes Maroto, se muestra optimista ante una posible resolución de uno de los "creo que podemos estar en condiciones de que este fabricante pueda venir a las instalaciones de Nissan", en clara referencia a la compañía automovilística del gigante asiático.
Según ha detallado Maroto, durante los últimos días su ministerio y el Gobierno de la Generalitat de Catalunya han remitido una carta con una nueva propuesta a GWM. Una misiva en la que las ayudas directas, provenientes de los fondos Next Generation, desempeñarían un papel importante.
En las últimas semanas, la potencial entrada de GWM en las instalaciones de Nissan de la Zona Franca de Barcelona se habían enfriado. La razón de estos pasos atrás en la negociación radicaban en la petición de la compañía de conseguir más ayudas directas para asegurar su entrada en España.
La pieza que mejor encaja en el rompecabezas
Pese a que diferentes empresas se han mostrado interesadas en aprovechar las instalaciones de Nissan, la propuesta de GWM es la que mejor encaja en el rompecabezas de esta operación. Su posición como fabricante no solo le permitiría utilizar mejor las propias instalaciones, sino que, además, tendría un efecto positivo en el resto de la cadena de valor.
Además de la pérdida que supone la marcha de Nissan, hay que tener en cuenta el impacto que el fin de su actividad tiene en la industria auxiliar. La posición de GWM permitiría a los diferentes actores presentes en la zona tener una oportunidad para adaptarse a las necesidades del nuevo inquilino de las instalaciones.
Un encaje que otras propuestas interesadas en las instalaciones de Nissan no tendrían. Esto ha provocado que durante las últimas semanas se dé prioridad a la opción de GWM y se expriman al máximo los plazos y las opciones de la negociación con esta compañía por encima de las de otras empresas interesadas.
300.000 vehículos al año
Y es que hay mucho en juego. Si se cumplen las proyecciones esgrimidas por GWM, la compañía asiática aspiraría a fabricar 300.000 vehículos al año. De cumplirse, la salida de Nissan pasaría de ser una pérdida importante para el tejido industrial a un nuevo horizonte totalmente alineado con los objetivos de electrificación de la movilidad marcados por el Gobierno.
En paralelo a las negociaciones con GWM, aparecen otros dos proyectos que pretenden sacar partido a las instalaciones de la Zona Franca. Concretamente, aquí en este otro grupo están el hub de descarbonización que lidera QEV y la propuesta del fabricante de vehículos eléctricos español, recientemente adquirido por Acciona, Silence.
Así las cosas, los próximos diez días se presentan como claves para la resolución de uno de los conflictos más peliagudos del sector de la automoción. De llegar a buen puerto, esta industria pasará de perder a un jugador importante a ganar otro que podrá impulsar un proyecto con gran potencial en el medio y largo plazo. En mano de la pericia de los negociadores queda.