Durante la última década se ha popularizado el concepto de unicornio para referirse a esas empresas de base tecnológica que llegan a valoraciones superiores a los 1.000 millones de dólares. Aileen Lee, fundadora del fondo de inversión Cowboy Ventures, fue la creadora de esta etiqueta que hoy funciona como una especie de pedigrí que señala a esas compañías que ya están en camino de generar grandes disrupciones en los mercados en los que participan.
Una especie casi tan escasa en el mundo de las empresas como en los cuentos mitológicos donde vieron su origen pero de la que ya comenzamos a ver ejemplares en España. Es el caso de Wallbox, compañía especializada en soluciones de carga pera vehículos eléctricos y de gestión energética que en tan sólo 6 años ha pasado de ser una idea a cotizar en la Bolsa de Nueva York.
Un camino que ha recorrido nuestro invitado de hoy, Eduard Castañeda, cofundador de la empresa, y que la ha convertido en una de las compañías con más potencial para desempeñar un papel clave en uno de los segmentos que más va a marcar el futuro de la movilidad. De su mano repasamos las claves que vive la movilidad eléctrica y los retos a los que se enfrenta su compañía en los próximos años.
Existen pocos casos en España que pasen en tan pocos años de ser una idea a cotizar en la Bolsa de Nueva York, ¿cómo habéis vivido este viaje?
Para nosotros ha sido una satisfacción. En el ecosistema de la electromovilidad estamos viendo pasos estratégicos. Para nosotros era básico contar con la capacidad de poner en marcha nuestra expansión. Vamos a poder lanzar fábricas, hacer nuevos productos, nuestro equipo va a poder expandirse... Todo esto requiere capital. Todo esto lo hemos conseguido gracias a comenzar a cotizar en la Bolsa de Nueva York gracias a una SPAC.
Esto nos permite también abrir huella. Ojalá muchas otras empresas puedan utilizar mecanismos de este tipo y les sea más fácil hacer lo que hemos hecho nosotros. Estamos encantados de haber podido poner un primer escalón que ayude a otras empresas a seguir nuestros pasos.
La velocidad parece ser un denominador común en vuestro segmento. Existen unos objetivos tremendos para popularizar la infraestructura de carga. ¿Cómo veis este despliegue en el mundo y en España?
Somos muy optimistas. En España estamos viendo muchas empresas apostar muy fuerte por popularizar las soluciones de carga. Creemos que el 80% de las cargas se van a realizar en casa. Pero en el resto de puntos, que corresponderán a la carga pública, también va a haber multitud de licitaciones que facilitarán mucho la movilidad eléctrica.
Creemos que el coche eléctrico sólo tiene ventajas respecto a los coches de combustión. Lo que estamos viendo es que todo sigue una estrategia para apoyar la transición. Esto no va de ruptura. Esto es fomentar paso a paso la adopción del coche eléctrico. Es una oportunidad para muchos agentes que van a estar en este sector.
En vuestra estrategia soléis destacar cómo el coche eléctrico va a ayudar a crear un cambio de paradigma en la gestión energética de los ciudadanos. ¿Qué transformaciones vamos a ver en este campo?
Lo primero es considerar que el vehículo eléctrico no es solo un medio de transporte. Es un acumulador de energía. Esto es una transición en la que todo está alineado. Creemos que para conseguir alcanzar todos los objetivos en materia de descarbonización vamos a tener que realizar importantes cambios en nuestros hábitos de consumo.
La energía con más posibilidades para permitir esto es la renovable. Una opción que tiene un problemática que puede volverse una oportunidad. Tenemos que tener planificada una estrategia de almacenamiento.
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