Tavares (CEO de Peugeot): "estoy dispuesto a negociar con el Gobierno español, pero tienen que llamar a mi puerta"
- Carlos Tavares advierte de que la nueva movilidad de la sociedad tendrá consecuencias en el automóvil y no descarta una nueva fábrica de baterías.
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Carlos Tavares, el CEO del Grupo Stellantis (Peugeot, Citroën, Opel y Jeep) se ha mostrado completamente tajante ante los desafíos que vive la industria del automóvil.
En resumen, podemos señalar que Tavares ha dejado bien claro que tal y como se está enfocando la movilidad en Europa, y sin una clara apuesta por el coche, tendrá consecuencias en la industria del automóvil.
Reproducimos a continuación un encuentro que ha mantenido el CEO de Stellantis con diferentes medios de comunicación entre los que ha participado EL ESPAÑOL – INVERTIA.
¿Ha hablado usted con el presidente Sánchez o con algún ministro sobre posibles nuevas inversiones en España como una fábrica de baterías?
No, no he hablado nunca con el Gobierno de España. Pero siempre estoy dispuesto a dialogar. No tengo ningún problema a negociar. Pero yo no discuto con los gobiernos a través de los medios. Así que si un Gobierno busca interés, simplemente tiene que llamar a mi puerta y hablamos sin problemas.
Entonces, ¿podría Stellantis construir una fábrica de baterías en España?
Por el momento hemos preparado un escenario con tres gigafactorías en Europa: una en Francia, una en Alemania y otra en Italia. Pero esto no significa que no podamos considerar otras oportunidades. Estamos abiertos a esa discusión, pero también tenemos que reconocer y esto es lo más difícil qué es lo que quiere la gente.
¿A qué se refiere?
Me refiero a que el problema de Europa no está en la política de un estado concreto. El problema no es que hagan las cosas bien países como Francia, Alemania o España. El problema es cómo se apoya a la industria del automóvil. Ahora mismo el mercado es de 15 millones de unidades vendidas en Europa y esto son tres millones menos de coches vendidos que antes de la pandemia.
Por lo tanto, el verdadero problema de Europa es que responda a la pregunta de si se quiere proteger y sostener una industria del automóvil. Y para ello se tienen que dar las condiciones para que el mercado europeo esté al nivel adecuado.
¿Y si no se recuperan las ventas? ¿Y si no llegamos a los niveles previos a la pandemia?
Si dejamos que el mercado europeo del automóvil se encoja, al final habrá consecuencias.
¿Cuál es el volumen de ventas normal que tendría que tener Europa para no tener problemas en el automóvil?
Entre 18 y 20 millones de coches vendidos al año sería lo razonable.
¿Y las nuevas formas de movilidad?
Es la pregunta que nos tenemos que hacer todos los estados europeos. Pero retroceder en la industria del automóvil es un gran error. Ahora los automóviles son seguros, limpios y asequibles… y respaldan algo básico que es la libertad de movilidad. Esa es nuestra misión la de proporcionar una movilidad segura. Son los gobiernos, los estados y los ciudadanos los que se tienen que preguntar qué movilidad queremos y qué se puede hacer para volver a los niveles anteriores a la pandemia. Y nos lo tenemos que preguntar porque si no se recupera el mercado, pasará algo malo.
Pero es lo que los ciudadanos quieren… ¿no?
A ver, los gobiernos hacen las cosas bajo el control del parlamento europeo. Así es como funciona Europa. Y si nosotros lo permitimos, pues tendremos que asumir las consecuencias.
Al final, las posiciones más extremas que han votado los políticos estaban en los países donde hay presencia de la industria del automóvil. Es decir no se ha votado de forma extrema en los países del norte de Europa.
Nosotros apoyamos la libertad en la movilidad. Pero si la sociedad decide que la libertad de movilidad no será a través de los automóviles y votan en este sentido los ciudadanos, entonces como sociedad tenemos que asumir las consecuencias.
Que no es mi posición como ciudadano, por supuesto, pero soy el director general de esta empresa. Solo tengo que asegurar la sustentabilidad de mi empresa, que es lo que estoy tratando de hacer, y estoy seguro de que les va a impresionar bastante lo que les vamos a presentar.
¿Cómo está Stellantis en este sentido?
Stellantis tiene un 22% del mercado europeo. Y nosotros podemos mantenerlo y garantizar ese porcentaje, porque tenemos las marcas, el talento y la red de distribución para hacerlo.
¿Y por qué no hay esa percepción de peligro en la sociedad?
Las personas no se dan cuenta de cómo está evolucionando todo, porque ven al Grupo Stellantis como un fabricante consolidado y con una gran tradición en la industria del automóvil. Sin embargo, las decisiones se están tomando de forma muy rápida. Es increíble lo rápido que se toman. Son las condiciones de los negocios. Se ven los temas, se toman decisiones y se ejecutan. Y todo esto ocurre muy rápido.
¿Cambia mucho fabricar un vehículo eléctrico de uno de combustión?
Desde el punto de vista de la fabricación, un vehículo eléctrico no es muy diferente a uno de combustión. Solo hay llevar a la línea de montaje el paquete de baterías, que representa una gran parte del precio del vehículo. Y siempre que hagan esas baterías más cerca de la línea de ensamblaje será mejor. Pero lo más importante es el coste que tiene para el consumidor.
¿Qué soluciones rápidas ve usted?
Pues una de ellas es la de renovar el parque. Un coche de más de 12 años está por encima de 170 gramos de CO2. Por el contrario, si se reemplaza un coche por otro moderno, híbrido se da un salto de unos 100 o 110 gramos, y esto supone un salto de 70 gramos.
Y así se puede ver mucho a clases medias, porque son coches que se los pueden permitir. Así es como el impacto sería más fuerte y se reducirían más las emisiones y el impacto en el planeta es mucho mayor. Hay por tanto muchas cosas que hacer además de impulsar el vehículo eléctrico. Por lo tanto, mi propuesta es al revés, hacer más volumen con versiones asequibles.
¿Qué beneficios ha podido obtener ya de la fusión?
Con la fusión hemos podido tener muchas sinergias y esto nos diferencia de otros muchos fabricantes. Estas sinergias nos han permitido un ahorro muy importante para alcanzar el equilibrio.
¿Y no convierte a Stellantis en un dinosaurio?
La industria del automóvil no es un dinosaurio. Nosotros también vamos muy rápido en el Grupo Stellantis. Y esto sorprende a algunos gobiernos, porque estamos negociando con muchas empresas de tecnología.
¿Por qué hay tanta polémica con la distribución?
Este mundo es complejo que eso. Y nosotros debemos cuidar nuestras empresas, alinear intereses y asegurarnos de que colaboramos para crear valor. Una vez dijimos, con el nuevo marco legal cancelamos los contratos y discutimos.
Nos dijeron, será difícil. Pero en realidad esto viendo a gente que quiere discutir y cambiar el modelo de distribución. Y luego llegará el momento en el que todos digamos que se puede hacer un modelo de distribución más eficiente, más preocupado por el cliente. Además, de mejorar la atención al cliente hay que reducir los costes de distribución. Necesitamos ese dinero para invertir en electrificación.