Atrapados en eternas colas de camiones de hasta 50 kilómetros se encuentran miles de transportistas españoles que van pasando estos días por el Puerto de Dover, en Reino Unido, con la intención de entrar a Europa con su mercancía. Un drama que recuerda a los colapsos vividos en las Navidades de 2020 y que quieren evitar que se agrave haciendo un llamamiento a la Unión Europea.
A las puertas de la Semana Santa, el bloqueo de camiones en el acceso al Eurotúnel no parece que vaya a despejarse pronto. Y es que, según alertan algunas voces de la industria británica, es posible que se alargue al menos una semana más.
Es por eso que desde la Federación Nacional de Asociaciones de Transportistas (Fenadismer) exigen la intervención urgente de la Unión Europea. "¿No va a hacer nada?", se preguntaban sobre el gobierno comunitario hace unos días desde sus redes sociales.
"Fenadismer critica la actuación negligente que están llevando a cabo las autoridades británicas", pues, "pese a su compromiso de trabajar en resolver dicha situación inadmisible", esta "se ha ido agravando en los últimos días", lamenta la Federación en un comunicado. Por ello, "va a exigir la intervención inmediata de la Comisión Europea para que obligue al Reino Unido a adoptar medidas urgentes que ayuden a "liberar" a los miles de transportistas europeos que se encuentran retenidos", añaden.
Desde la Federación han dado estos días voz a los transportistas españoles que están sufriendo este colapso ante el Puerto de Dover, como Javier, que considera que ya es "una odisea" tener que pasar por Reino Unido con el camión.
"No nos han dado ninguna explicación del motivo de estos retrasos ni de estas colas kilométricas. No sabemos el motivo por el que es, si hay alguna huelga, si es que hay algún problema con los trenes o con los ferris... No sabemos nada", criticaba este transportista autónomo afectado.
Mientras, como lamentaban el domingo los transportistas británicos, estos atascos echan a perder mercancías perecederas y provocan daños por valor de unas 800 libras por camión, lo que equivale a unos 950 euros. Una mercancía que pierde valor cada minuto que pasa.
Una empresa de ferris
Detrás de este colapso, que está retrasando los trayectos de los transportistas hasta en veinte horas -a día de hoy se tarda casi un día en un desplazamiento en el que habitualmente se invierte poco más de una hora-, se encuentra una empresa británica de transporte marítimo llamada P&O Ferries, que recientemente ha llevado a cabo el despido masivo de unos 800 trabajadores.
Esta compañía lleva días con sus servicios suspendidos después de que el Servicio de Insolvencias (Insolvency Services) del Gobierno británico abriera una investigación civil y penal con el objetivo de averiguar qué hay detrás de este recorte masivo de empleo, el cual tenía la intención de abaratar costes.
De hecho, según informa The Guardian, estos trabajadores fueron informados en el momento de su cese de que se les iba a sustituir por trabajadores subcontratados más baratos con efecto inmediato. La firma les dio un breve plazo para aceptar una compensación económica a cambio de no emprender acciones legales contra P&O.
El Gobierno británico ha solicitado a la empresa que reconsidere estos despidos, si bien la compañía se niega alegando que, de dar marcha atrás, entraría en inviabilidad. Otros operadores de ferris tienen todos los vehículos llenos, razón por la cual la gestión de las mercancías se está bloqueando.
Una situación que se ha visto agravada, según explica Efe, debido a fallos en el sistema informático que gestiona los controles aduaneros que entraron en vigor tras el Brexit.
Además, al tráfico habitual en el Puerto se suma el inicio de las vacaciones de abril, debido a las cuales miles de familias pasan por la zona para llegar a Europa. Un motivo que complica la solución del conflicto y que genera más tensiones en el tráfico del Puerto de Dover.
Ante la situación de bloqueo de los ferris, el Ejecutivo británico decidió activar la Operación Brock, un dispositivo de gestión del tráfico diseñado hace años para sortear problemas temporales en la frontera ante la posibilidad que se produjera un Brexit sin acuerdo.
Este sistema se encarga de canalizar el transporte pesado hacia determinados carriles de la autopista en los que se quedan aparcados los camiones hasta que pueden ocupar un ferri con el objetivo de que no se bloqueen todas las vías.
Con todo, el bloqueo persiste y se teme que pueda alargarse incluso una semana más. Unos días durante los cuales, como criticaba en la BBC el director de la Asociación de Productores Británicos de Carnes Procesadas, Nick Allen, las empresas estarán "pagando para tener al conductor sentado en el camión sin producir" mientras ven cómo se pierden "los beneficios que podría estar haciendo el vehículo".