Lo curioso es que en este tiempo no han solicitado ninguna reunión formal. Según ha podido saber EL ESPAÑOL-Invertia, la compañía no ha pedido ninguna reunión o encuentro con ningún representante del Ministerio de Transportes. 

De hecho, András Tombor, el alto ejecutivo detrás de Magyar Vagon, reconoció el pasado miércoles que no se ha reunido con el ministro de Transportes, Óscar Puente. "Han llegado a mis oídos sus dudas sobre la oferta a través de los medios. Por eso considero que debemos ser pacientes para ofrecer a todo el mundo tiempo para conocer la oferta en detalle y para que se tome la decisión adecuada", dijo.

No obstante, desde el consoircio defienden que se enviaron cartas de comunicación tanto en el preaviso de la opa como el día de presentación del folleto de oferta en la CNMV. En ellas "nos poníamos a disposición de ellos para ampliar información", detallan desde la empresa húngara a este medio.

Sí han mantenido múltiples reuniones con varias personas en España, antes y después de presentar el folleto a la CNMV. Se ha tratado de "reuniones con el sector y con gente encargada en la toma de decisiones" que le dejaron "impresiones positivas", añadió.

A pesar de ello, y tras meses de silencio, la empresa se ha plantado en España para abrir la puerta a "a propuestas que tengan sentido por parte del Gobierno y de la comunidad empresarial española". 

András Tambor repitió en varias ocasiones que son "flexibles" y que están abiertos a "recomendaciones y propuestas para que el proceso se desarrolle más rápido". Eso quiere decir que el consorcio podría valorar la entrada del Gobierno a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) o de alguna otra empresa en la oferta para hacerse con Talgo.

El ministro de Transporte, Óscar Puente, durante su intervención en el V Simposio del Observatorio de la Movilidad y las Ciudades. Cristina Villarino.

Todo ello, dejando claro que su oferta es la mejor y la única frente a los intentos del Gobierno de buscar un plan alternativo para Talgo con otros socios. "Esta oferta es la única sobre la mesa que puede ayudar a que Talgo siga teniendo éxito", dijo. De hecho, fue más claro aún: "No hay otras opciones en el horizonte para Talgo". 

Además, avanzó que "si hubiera otra contraopa debería superar el precio de 5 euros". Califican su precio de "elevado". Cabe recordar que la opa se dirige al 100% del capital de Talgo por un importe total de 619,3 millones de euros.

Posibles socios

Los húngaros no sólo han roto su silencio para dejar la pelota en el tejado del Gobierno y añadir, si cabe, más presión. También han aprovechado para valorar a otros candidatos invitados a la fiesta.

SEPI, CAF, Skoda, Escribano, Criteria… Son los nombres de empresas que han sonado con fuerza para formar parte de un plan alternativo del Gobierno. Incluso, algunas de ellas, también se han escuchado a la inversa. Es decir, como socios para Magyar Vagon. 

Sobre Criteria, el brazo inversor de la Fundación La Caixa, respetan a la compañía que califican de "seria". Otro actor en escena que suena como posible socio es CAF. Para András Tambor también es una empresa "seria". No obstante, considera que ahora mismo están "en un punto muy precoz para hablar de operaciones con CAF". 

La propia empresa también prefiere mantenerse al margen. "Siempre salimos en las quinielas, pero no nos hemos posicionado ni nos vamos a posicionar", señalan fuentes de CAF a este periódico. 

Andras Tambor, representante de Magyar Vagon. Sandra Tobar.

Por el lado de posibles socios a entrar con Magyar Vagon, el primer descarte es la empresa checa Skoda. "Skoda podría estar interesada en una transacción. Solía ser una actor importante, ahora la empresa está en pérdidas y esto hace que no sea un candidato fuerte con el que colaborar", afirmó.

No obstante, hasta la fecha no han recibido ninguna propuesta concreta de cooperación. Por lo que la situación es más o menos la misma que hace tres meses. Es decir, con el Gobierno en contra de la opa por posibles vínculos de los compradores con intereses rusos y con el consorcio húngaro presionando para cerrar la operación para la que el Ejecutivo podría pronunciarse el próximo 10 de agosto.

Plazos

El 4 de abril, el grupo húngaro Magyar Vagon presentó formalmente ante la CNMV la opa anunciada sobre el 100% del capital del constructor ferroviario español Talgo. La opa se dirige al 100% del capital de Talgo por un importe total de 619,3 millones de euros, a un precio de 5 euros por acción.

En principio, cuenta, con el apoyo de Pegaso. Una sociedad instrumental que ostenta el 40% de las acciones propiedad del fondo Trilantic y las familias Oriol y Abelló. 

Un tren Avril en una foto de archivo. Talgo

El 22 de abril, la CNMV admitió a trámite la solicitud de autorización de la opa. Esto no supuso pronunciamiento alguno sobre la resolución relativa a la autorización de la oferta, o cualquiera de sus términos y condiciones.

El presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, explicó que el supervisor no puede aceptar a trámite la opa que Magyar Vagon ha presentado por el 100% de Talgo hasta que la Junta de Inversiones Exteriores dé su visto bueno.

La autorización del Gobierno es un requisito indispensable para seguir adelante con la operación, en aplicación del escudo antiopas que aprobó con motivo del Covid-19, así como por la Ley 19/2003 sobre régimen jurídico de los movimientos de capitales y de las transacciones económicas con el exterior.

Una vez el Gobierno dé su ok, el supervisor finalizará "el tratamiento de la opa a Talgo autorizándola". Si la aprobación de la Junta de Inversiones Exteriores no se produjese, la institución presidida por Buenaventura no podría autorizar la operación.

Como ya hemos comentado, la próxima cita marcada en el calendario es el 10 de agosto. Ese día el Gobierno debería pronunciarse siempre y cuando no se le requiera más información adicional a la compañía. "Se podría ampliar el plazo porque el Gobierno quiere saber sobre los potenciales inversores y esperamos pacientes la respuesta", dijo el representante de la empresa húngara, consciente de los recelos del Ejecutivo español.