José Eugenio Guerrero, jefe de UCI del Hospital Gregorio Marañón (Madrid) y del Grupo HM Hospitales, será el encargado de dar voz a los profesionales sanitarios en la entrega del Premio Princesa de Asturias de la Concordia, en la que le acompañarán representantes de otras profesiones, como las enfermeras, los farmacéuticos y los celadores.
Este año, el jurado de estos galardones ha decidido reconocer el trabajo que ha realizado este colectivo en la lucha en primera línea contra la pandemia de la Covid-19. Un trabajo en el que la colaboración y la solidaridad han sido "ejemplares", según ha contado Guerrero en esta entrevista concedida a Invertia.
Ha sido el elegido para ser la voz de los profesionales sanitarios en los Premios Princesa de Asturias. ¿Qué supone esto para usted? ¿Por qué cree que ha sido propuesto para ello?
Poder representar a los profesionales sanitarios en los Premios Princesa de Asturias es una gran satisfacción un honor y un orgullo. Esta es una experiencia que todos querríamos tener en algún momento de nuestra vida.
No sé los motivos de mi elección, pero puede ser por la colaboración público-privada, de la que yo formo parte desde hace muchos años, y de la que habla también el presidente de HM Hospitales, Juan Abarca. No me esperaba ser la voz de los profesionales en estos galardones.
¿Cuáles han sido los momentos más importantes de su carrera?
Uno de los momentos más importantes para mí fue cuando conseguí la plaza de adjunto. La plaza de jefe de servicio también me hizo ilusión, pero destacaría más la de adjunto, porque es cuando le das seguridad a tu vida y a tu familia al tener un puesto fijo en la Administración Pública. Además, mi incorporación a HM Hospitales fue “la guinda” de mi carrera profesional.
También es destacable cuando fui a Houston (Estados Unidos) a buscar a Rocío Jurado para su traslado a España. Durante los días que la artista estuvo ingresada en el Hospital Montepríncipe, mantuve con ella una relación fluida de médico-paciente. Tengo un recuerdo magnífico de ella como paciente a pesar de no ser su médico directo.
¿Qué lecciones se han aprendido de esta crisis sanitaria?
Aprender con el dolor de la sociedad no es bueno. Hemos aprendido que una enfermedad como esta puede volver y lo ha hecho con dos meses de anticipo a lo esperado.
Ahora estamos más organizados. No hay problemas de equipamiento ni de camas. La sociedad se ha preparado con planes de contingencia con los que esperamos que la mortalidad sea menor en esta segunda ola.
Además de por el Premio Princesa de Asturias, ¿los profesionales se han sentido suficientemente reconocidos por la sociedad?
Reconocidos somos, pero con luces y sombras. Los profesionales sanitarios somos reconocidos por toda la sociedad y estamos bien valorados en las encuestas. Con todo, en determinadas situaciones, hay un tanto por ciento que no está contento con la sanidad. En lo personal, me siento reconocido. Hacemos lo que nos gusta y disfrutamos, dentro de un orden, del trabajo que hemos elegido.
¿Cómo ha sido la experiencia de combatir la Covid-19 en primera línea?
Profesionalmente, la pandemia del coronavirus nos ha enseñado mucho, pero esta enfermedad ha transmitido demasiado dolor. Ha habido un alto número de fallecidos y volúmenes de pacientes desmesurados en muchos momentos. No es una experiencia socialmente gratificante pero, al fin y al cabo, es para lo que los intensivistas estamos preparados, es decir, para tratar a estos pacientes.
¿Ha sido importante la colaboración a todos los niveles durante la pandemia?
La colaboración entre la sanidad pública y la privada ha sido ejemplar para hacer frente a esta crisis sanitaria. Además, ha habido mucha solidaridad con las numerosas donaciones, como equipos de protección individual o respiradores, de las empresas privadas. Las unidades de emergencia, los servicios de limpieza, todos ellos han hecho un trabajo ejemplar y coordinado.
Dentro de los diferentes centros, la unión de los diferentes servicios ha sido magnífica. En HM y en el Hospital Gregorio Marañón la colaboración con el Servicio de Anestesia ha sido exquisita, al igual que entre los jefes de Servicio de Medicina Intensiva. No hemos distinguido entre servicios. El objetivo era aliviar la carga asistencial.
España se enfrenta a una segunda ola de casos que afecta, principalmente, a Madrid. ¿Cómo se está viviendo en los hospitales? ¿Qué valoración hace del abordaje?
Los hospitales están llenos a nivel de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). La diferencia con la primera ola es que ahora estamos tratando a pacientes no Covid. Al inicio de la pandemia, la gente decidió quedarse en casa y hubo una mortalidad escondida fuera del hospital de patologías no Covid. Fueron pacientes que no acudieron a los centros por miedo a infectarse.
Ahora la enfermedad no Covid viene con la frecuencia esperada. Lógicamente, con un 30% de camas ocupadas por coronavirus, el hospital está lleno [en el caso de los grandes hospitales de Madrid].