España tiene un papel relevante en el ámbito mundial en la investigación de posibles tratamientos contra el coronavirus. Así lo pone de manifiesto un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), situándonos como el tercer país con más ensayos clínicos de medicamentos contra la Covid-19.
Desde el inicio de la pandemia, España ha puesto en marcha cerca de 150 estudios para probar tratamientos contra el virus. Nuestro país ocupa el tercer puesto solo por detrás de Estados Unidos y Francia en lo que a medicamentos en investigación se refiere.
Según ha desgranado la patronal de la industria farmacéutica Farmaindustria en un comunicado, casi una treintena de los ensayos están probando nuevas moléculas (entre ellas una vacuna); más de cien son reposicionamientos terapéuticos de moléculas ya existentes, y siete son tratamientos con terapias celulares.
En lo referente a la investigación de vacunas, España se sitúa en mitad de la tabla, según los datos de la OCDE. En concreto, el informe cuenta hasta cinco antígenos en desarrollo en nuestro país.
Estados Unidos, con 34 vacunas en desarrollo; China, con 20; y Alemania, con 10, lideran las investigaciones de antígenos contra la Covid-19.
Colaboración público-privada
El organismo destaca en su informe el importante crecimiento de las colaboraciones entre diferentes organizaciones y países para la investigación clínica de tratamientos contra la Covid-19.
“La respuesta de la ciencia y la innovación a la Covid-19 ha sido un esfuerzo mayoritariamente internacional, que refleja el crecimiento constante de la colaboración internacional en ciencia, tecnología e innovación en las últimas décadas”, destaca la OCDE.
Un ejemplo es la iniciativa ACT Accelerator, la alianza mundial liderada por la Organización Mundial de la Salud, para acelerar el desarrollo y la producción de terapias y vacunas frente al coronavirus. En Estados Unidos también destaca la Operación Warp Speed (OWS), con una dotación de 11.000 millones de dólares para financiar el desarrollo de tratamientos y antígenos.
Todas estas iniciativas tienen algunas características estratégicas en común. “Además de I + D, invierten en capacidad de fabricación, compromisos de mercado y limitaciones de responsabilidad, lo que reduce incertidumbres del sector privado”, ha detallado la OCDE.
En el caso de España, según recoge Farmaindustria, casi una veintena de compañías farmacéuticas asociadas a la patronal están participando en buena parte de estos ensayos clínicos y colaborando en otros de iniciativa pública proporcionando la medicación necesaria.
Además, estos ensayos están implicando a profesionales de más de 200 hospitales españoles y se espera que 28.000 pacientes participen y se beneficien de estos ensayos.
Políticas de innovación más ambiciosas
El organismo también ha puesto deberes a los países. Entre ellos, el de renovar los marcos de políticas y capacidades para llevar a cabo una agenda de ciencia e innovación más ambiciosa. “A través de sus paquetes de recuperación y estímulo, los gobiernos tienen más influencia para iniciar una transición hacia futuros más sostenibles y equitativos”, señala el informe.
Para ello, los gobiernos deberán invertir en medidas de preparación, incluidas plataformas tecnológicas, infraestructuras y redes de colaboración que mejoren la capacidad de los países para responder eficazmente a futuros riesgos, ha añadido la OCDE.
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