Bruselas

Nuevo capítulo en la guerra abierta que mantienen Bruselas y AstraZeneca por la intención de la farmacéutica de recortar un 60% el suministro de vacunas contra la Covid-19 prometidas a la UE. La comisaria de Sanidad, la chipriota Stella Kyriakides, ha salido este miércoles a desmontar punto por punto los argumentos exculpatorios del consejero delegado de la compañía, Pascal Soriot. En particular, Kyriakides sostiene que el hecho de que Reino Unido firmara el contrato con AstraZeneca tres meses antes que la UE no le da derecho a quedarse con todas las dosis fabricadas

La UE exige a la farmacéutica que, si es cierto que el recorte se debe a problemas en una planta en Bélgica, le envíe las vacunas producidas en las fábricas de Reino Unido. El contrato firmado con Bruselas incluye cuatro plantas -una en Bélgica, una en Alemania y dos en territorio británico- y "no hay jerarquía ni orden entre ellas". "Las plantas de Reino Unido forman parte de nuestro contrato y por eso tienen que cumplir", asegura la comisaria. Londres no tiene problemas de suministro, pero la petición de Bruselas amenaza con abrir el primer conflicto tras el brexit.

Además, el Ejecutivo comunitario ha solicitado permiso a la compañía para hacer público de inmediato el contrato de compra de vacunas, algo a lo que de momento se niega por motivos de confidencialidad. Finalmente, como parte de la ofensiva contra AstraZeneca, las autoridades belgas (junto con expertos españoles, holandeses e italianos) han inspeccionado este miércoles su planta en Bélgica para verificar que efectivamente el problema está allí como dice la compañía. Bruselas tiene muchas dudas.

En su entrevista, el consejero delegado de la compañía sostenía que se trata de dos cadenas de producción separadas y que Reino Unido tiene preferencia. "El acuerdo con Reino Unido se alcanzó en junio, tres meses antes que el europeo. Como puede imaginarse, el Gobierno británico dijo que las entregas procedentes de la cadena de suministro de Reino Unido deben ir primero a Reino Unido", alega Soriot.

"Rechazamos la lógica de que el primero que llega se lo queda todo. Eso puede funcionar en la carnicería del vecindario, pero no en los contratos. Sobre todo, no en nuestros acuerdos de compra anticipada. No hay cláusula de prioridad en el acuerdo de compra anticipada", le ha respondido la comisaria de Sanidad en una rueda de prensa improvisada. 

"Las afirmaciones de que existen cadenas de producción separadas entre Reino Unido por lado y la UE por el otro no se corresponden con lo que hay en el contrato. En el contrato se habla de cuatro plantas: dos están en Reino Unido y deben ayudarnos a obtener las dosis que necesitamos en los trimestres que se han definido", insisten fuentes comunitarias.

A Kyriakides tampoco le convence que AstraZeneca se escude en la existencia en el contrato de una clásula de "máximo esfuerzo" para desentenderse de sus obligaciones de suministrar a la UE en plazo. "Nosotros no hemos asumido un compromiso con la UE. Les hemos dicho que haremos el máximo esfuerzo", dijo el consejero delegado en la entrevista. 

"La opinión de que la empresa no está obligada a cumplir porque firmamos un acuerdo de 'máximo esfuerzo' no es correcta ni aceptable", le contesta la comisaria de Sanidad.

"Firmamos un Acuerdo de Compra Anticipada por un producto que en aquel momento no eistía y que a día de hoy todavía no ha sido autorizado. Y lo firmamos precisamente para garantizar que la empresa construya capacidad de fabricación para producir la vacuna de forma temprana, de manera que puedan entregar un determinado número de dosis el día que sea autorizada", explica Kyriakides. El adelanto que pagó Bruselas asciende a 336 millones de euros.

Excusas incoherentes

Pese a las negativas del consejero delegado, el Ejecutivo comunitario sigue sospechando que AstraZeneca desvió parte de las dosis fabricadas en la UE a otros países, en particular a Reino Unido, y por eso no puede entregar ahora a los Estados miembros las cantidades comprometidas. La compañía había garantizado 80 millones de dosis en el primer trimestre y sólo entregará 31 millones. Además, no ha aclarado su calendario de entregas para el segundo trimestre ni cómo compensará el retraso.

Para la Comisión, las explicaciones sobre los problemas de producción en la planta de Bélgica son insatisfactorias. "Su historia es incoherente, hemos tenido muchas versiones de cuál es el problema y diferencias incluso dentro del equipo de AstraZeneca", aseguran fuentes comunitarias.

Además, Astrazeneca no avisó con tiempo de sus problemas. En una reunión a finales de diciembre, los representantes de la compañía anunciaron un pequeño retraso que no alarmó a la UE. "Hasta el pasado viernes no descubrimos que había una brecha (de producción) realmente gigante, y eso tampoco es aceptable en términos de comunicación", explican las fuentes consultadas. 

Una actitud que contrasta con la de Pfizer-BioNTech, que desde el primer momento explicó con detalle el motivo de su retraso y cómo iba a compensarlo, según Bruselas.

Reunión fallida

"La decepción es tan fuerte porque la de AstraZeneca tendría que haber sido la primera vacuna autorizada y con distribución masiva desde el primer trimestre. Al final, tuvimos la suerte de que llegara antes Pfizer", insisten las fuentes. El contrato con AstraZeneca prevé la entrega de hasta 400 millones de dosis, de los cuales alrededor del 10% -es decir, 40 millones- corresponden a España. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) tiene previsto autorizar esta vacuna el 29 de marzo. 

Pese a la escalada de tensión con la farmacéutica, la Comisión asegura que su prioridad es encontrar soluciones que garanticen el suministro inmediato y no enredarse ahora en una batalla legal. Para ello había convocado a AstraZeneca a una reunión este miércoles con los Gobiernos de la UE. La compañía ha intentado cancelarla, lo que ha disparado todavía más la temperatura. Al final, ha sido el consejero delegado el que se ha presentado para dar explicaciones.

No obstante, la reunión telemática no ha servido para acercar posturas, pese a que el tono ha sido "constructivo". "La UE se mantiene unida y firme. Las obligaciones contractuales deben cumplirse y las vacunas deben entregarse a los ciudadanos europeos", ha escrito Kyriakides en su cuenta de Twitter al término del encuentro.

"Lamentamos la continua falta de claridad sobre el calendario de entregas y pedimos un plan claro a AstraZeneca para el rápido suministro de la cantidad de vacunas que hemos reservado para el primer trimestre. Trabajaremos con la compañía para encontrar soluciones y suministrar vacunas rápidamente a los ciudadanos europeos", asegura la comisaria de Sanidad.

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