La guerra europea de las vacunas pone en riesgo el suministro sanitario global
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La decisión de la Comisión Europea de aprobar un mecanismo de control que permitirá bloquear las exportaciones fuera de la Unión Europea de dosis de vacunas contra la Covid-19 ha puesto en vilo el mercado sanitario global. Los antígenos contra el coronavirus que se están empleando en países como Israel, Canadá y Emiratos Árabes Unidos proceden del viejo continente, y esta decisión pone en un brete su suministro.
Bruselas ha tomado esta decisión tras una serie de desencuentros con la farmacéutica británica AstraZeneca, que avisó la semana pasada a los países miembros que no podrá cumplir su compromiso inicial de suministro de su vacuna, que será aprobada este viernes por la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
Esto no ha impedido que la compañía sí que haya cumplido sus compromisos de suministro de antígenos con Reino Unido, país que aprobó a finales de antes de que terminara 2020 el uso de la vacuna.
El Ejecutivo comunitario ha acusado a AstraZeneca de que esto ha sido posible porque lo que se está entregando a los servicios sanitarios anglosajones es, precisamente, el producto reservado para la UE.
De ahí que la Comisión haya decidido bloquear toda exportación de vacunas contra la covid-19 fabricadas en territorios comunitarios si los laboratorios no cumplen los contratos de suministro. Así, la guerra entre Bruselas y AstraZeneca podría tener víctimas colaterales: Pfizer, Moderna y la campaña mundial de inmunización contra el coronavirus.
Tanto la multinacional americana como su socio Biontech, así como la citada Moderna, tienen en la UE sus centros de producción de vacunas contra la Covid-19 para territorios ajenos a Estados Unidos. Es decir, que aunque el suministro de la vacuna está asegurado en el país presidido por Joe Biden (es prácticamente autárquico en esta materia), el resto de los países depende la fabricación europea.
Las instalaciones de Pfizer en Pruus (Bélgica) abastecen de vacunas contra la Covid-19 a Israel, Emiratos Árabes Unidos y Baréin, los tres países ajenos a Europa más avanzados en la campaña de inmunización. También a Reino Unido y a Canadá, entre otros.
Por otro lado, también en terreno comunitario, concretamente en España, se acaban las vacunas de Moderna. En las instalaciones que tiene Rovi en Madrid se envasan y se sellan todas las dosis que están destinadas a todos los mercados excepto al estadounidense.
Es decir, que una eventual paralización de los envíos desde estas instalaciones por parte de la Comisión Europea provocaría un importante desabastecimiento de vacunas contra la Covid en prácticamente todos los estados que ya han iniciado la campaña de vacunación con los productos de Pfizer y Moderna.
Letra pequeña
Habrá que estar atentos a la letra pequeña del mecanismo comunitario. Cabe recordar que hace solo una semana se produjo una importante reducción del suministro de la vacuna de Pfizer (España, por ejemplo, solo recibió el 56% de las dosis esperadas la semana pasada) y causas como esta provocarían el bloqueo de la exportación de dosis.
En el caso de AstraZeneca también habrá impacto por la decisión de la Comisión. La farmacéutica cuenta con cuatro fábricas para la fabricación de la vacuna, y dos de ellas están en el continente europeo. El bloqueo de dosis por incumplimiento de contratos, si se aplica, les afectará de lleno.
Fuentes del sector farmacéutico consideran “absurda” la medida que está poniendo sobre la mesa la Unión Europea ante los problemas de suministro. Alertan de que el detonante es el conflicto con una compañía cuya vacuna ni siquiera ha sido aprobada y que las ‘víctimas accidentales’ serán Pfizer, Moderna y el suministro internacional del antígeno.
Además, alegan que Reino Unido aprobó con mucha antelación el antígeno de AstraZeneca. Y que el que haya contado con dosis y suministro con anterioridad no debería provocar la ofuscación de Bruselas.
“Proteccionismo”
La UE asegura que esta iniciativa no va contra ninguna farmacéutica en concreto y rechaza que se le cuelgue la etiqueta de "proteccionista". "No estamos apuntando a ninguna compañía específica ni se trata de prohibir o detener las exportaciones. Es una medida general que cubre a todos los laboratorios con contratos, que deben ser transparentes sobre lo que exportan y dónde", se justifica un alto funcionario comunitario.
Bruselas siempre criticó con dureza el ‘America First’ que propugnaba Donald Trump por dejar atrás al resto. ¿No equivale la prohibición de exportar vacunas a un 'Europe First, resto del mundo a la cola'? La UE rechaza esta comparación y descarga toda la responsabilidad en los laboratorios. "Si las farmacéuticas han concluido varios contratos de compra anticipada con distintos países, es su responsabilidad garantizar que puedan cumplir todos estos acuerdos", explican las fuentes consultadas
"Dado que nosotros tenemos contratos con plantas que están basadas en Europa, estos acuerdos deben cumplirse y deben traducirse en la entrega de dosis a cambio del dinero que hemos pagado. No se trata de saber quién va el primero o quién va el segundo. En todo caso, esta pregunta debe plantearse a las empresas que han cerrado acuerdos paralelos al mismo tiempo con varias jurisdicciones", insisten en Bruselas.
El Ejecutivo comunitario hace valer además que el nuevo mecanismo se ajusta a las reglas de la Organización Mundial del Comercio, y deja fuera las exportaciones por motivos humanitarios, así como las que se dirigen a la iniciativa Covax, cuyo objetivo es hacer llegar las vacunas a los países más pobres. En total, la UE ha adquirido 2.300 millones de dosis (si todos los antídotos se autorizan) con el objetivo de poder donar a sus vecinos y a Covax.
Mundo ideal
"Si viviéramos en un mundo ideal, no haríamos esto: el despliegue de las vacunas funcionaría sin problemas. Pero desafortunadamente no estamos en un mundo ideal. En las últimas semanas hemos visto que no todo funciona bien y que en el actual contexto de escasez de vacunas hay problemas que debemos vigilar y abordar", explica un alto funcionario comunitario para justificar el nuevo mecanismo de control.
"Estamos viendo que algunos Estados restringen las exportaciones o incluso las prohíben. Debemos ser honestos y reaccionar. Este es nuestro plan: se trata de transparencia y no de una prohibición. Se lo debemos no sólo a los pacientes y a los ciudadanos europeos que esperan las vacunas, sino también a los contribuyentes porque hemos invertido mucho en estos contratos", agrega el funcionario.
Sin embargo, sigue habiendo muchas dudas respecto a lo que está sucediendo entre Bruselas y AstraZeneca y otras farmacéuticas. La confidencialidad que rodea a los contratos impide que se conozcan los plazos y las cantidades de dosis a entregar en cada uno de ellos. En este sentido, hay que elegir a qué parte se cree.
En cualquier caso, el eventual bloqueo de exportaciones de dosis a países terceros supone, a pesar de que la UE quiera evitar este término, toda una declaración de guerra comercial a estados como los citados Canadá o Israel.
¿Cómo pueden responder estos países? Difícil cuestión. No a través del bloqueo de bienes sanitarios. Ninguno de ellos es suministrador de productos tan importantes en esta pandemia como las mascarillas u otros elementos de protección individual (EPI), un mercado cubierto por los fabricantes asiáticos, que tienen sus propias vacunas. Por ejemplo, en el caso de China, tienen sus propios antígenos, y en el de India, producen su propia versión de la vacuna de AstraZeneca.
Horizonte
Pero no todo es pesimismo. Al arsenal vacunal europeo se sumarán, en breve, nuevos productos. Este jueves se conocieron los resultados del ensayo clínico del antígeno de Novavax, que ha probado una eficacia del 89%. Parte de las dosis de este antígeno se fabricarán en Galicia.
Además, la vacuna de Janssen, si prueba su eficacia (los resultados del ensayo clínico de fase III correspondiente se conocen la próxima semana), se incorporará al catálogo de ‘antídotos’ disponible en las próximas semanas. La compañía promete fabricar 1.000 millones de dosis en 2021 para un producto que aportaría una ventaja adicional: facilitaría la inmunidad con una sola dosis.
Así mismo, Pfizer asegura que podrá incrementar y acelerar el suministro de la vacuna de la Covid en Europa en las próximas semanas. Además, Sanofi producirá unos 125.000 millones de dosis de este antígeno a partir de este verano, mientras sigue desarrollando el suyo propio. Hay luz al final del túnel. Queda conocer cuánta ilumina a Europa.