La escasez de inyecciones contra la Covid-19 pone contra las cuerdas el plan de vacunación de la Unión Europea, la bala de plata prometida para poner fin a la pandemia. Los Estados miembros delegaron en la Comisión de Ursula von der Leyen la compra centralizada de dosis, una estrategia que empieza a agrietarse. Tanto Pfizer-BioNTech como Moderna están teniendo dificultades de suministro, que han obligado a varios países a ralentizar o incluso a paralizar las inoculaciones.
Pero el gran problema ahora mismo es AstraZeneca, en cuyo antídoto de fabricación masiva y distribución fácil había puesto Bruselas todas sus esperanzas para dar un gran acelerón desde ya mismo. Sin embargo, la compañía anunció hace ahora una semana que reduciría sus entregas a la UE en el primer trimestre por problemas en su planta en Bélgica: de los 100 millones de dosis prometidos por contrato, sólo llegarán 31 millones.
Un recorte drástico que ha sumido en el caos los planes de Bruselas. El objetivo de vacunar al 70% de la población adulta de aquí al final de verano, que permitiría lograr la inmunidad de grupo, parece ahora inalcanzable. No hay bastantes dosis. Las malas noticias llegan además en el peor momento: una tercera ola desatada debido a las nuevas variantes altamente contagiosas. En la carrera contrarreloj para vencer al virus, la UE va ahora mismo perdiendo.
Todo ello explica que el Ejecutivo comunitario, de común acuerdo con los Gobiernos de los 27, haya decidido desplegar este viernes todo su arsenal de medidas de presión para acorralar a AstraZeneca y tratar de recuperar cuanto antes sus dosis perdidas.
En Bruselas no se cansan de repetir que el objetivo no es entablar acciones legales, lograr compensaciones o reducir pagos por incumplimiento de contrato, sino conseguir las vacunas. "Ir a los tribunales no nos trae las dosis, que es la absoluta prioridad", explica un alto funcionario comunitario.
Sin prioridad para Londres
El primer paso en la ofensiva de la UE contra AstraZeneca ha sido la publicación de una versión censurada del contrato de compra de vacunas firmado en agosto. Aunque gran parte de la información estaba tachada (gracias a un descuido, se ha sabido que el precio total es de 870 millones de euros), el documento le ha servido a Bruselas para demostrar dos argumentos centrales en su reivindicación.
En primer lugar, que la compañía se comprometió a usar dos plantas situadas en Reino Unido para el suministro de vacunas a la UE. El consejero delegado, Pascal Soriot, defendía que las dos cadenas de producción están separadas y por eso no podía enviar a los europeos dosis fabricas en territorio británico. AstraZeneca sostiene además que Londres tiene prioridad porque firmó tres meses antes. Sin embargo, en el contrato la compañía aseguraba que no tenía ninguna otra obligación que le impidera cumplir.
La segunda iniciativa de Bruselas para cercar a la farmacéutica ha sido aprobar un nuevo mecanismo de control que permitirá bloquear las exportaciones a Reino Unido u otros países del mundo de vacunas contra la Covid-19 fabricadas en territorio comunitario. El criterio decisivo es si las farmacéuticas están incumpliendo las entregas prometidas a la UE por contrato.
Un instrumento que entra en vigor este mismo sábado y que tiene una cláusula retroactiva que parece pensada específicamente para AstraZeneca. Cualquier compañía que pida autorización para exportar antídotos deberá informar de todos los envíos que haya hecho desde el pasado 29 de octubre. Negarse a dar estos datos será motivo de denegación de licencia. El Ejecutivo comunitario sospecha que la farmacéutica ha revendido a Londres vacunas que por contrato tenían que haberse quedado en la UE.
"Las empresas que pidan autorización para la exportación tendrán que dar también información sobre las cantidades y destino de las exportaciones durante los tres meses previos a la entrada en vigor de este reglamento. Esto ayudará a arrojar luz sobre las tendencias exportadoras de las últimas semanas y meses", ha explicado el vicepresidente económico de la Comisión y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis.
Autorización completa
La Federación Europea de Industrias Farmacéuticas (EFPIA, por sus siglas en inglés) ha arremetido contra este mecanismo de control de exportaciones de la UE. Considera que pone en riesgo la cadena global de suministro de vacunas y alerta de que podría provocar el efecto contrario al que persigue: más retrasos.
"Aunque entendemos la frustración provocada por la reducción temporal de la cantidad de vacunas contra la Covid-19 que se están suministrando a la UE y apoyamos el objetivo de la UE de acceder al mayor número de vacunas posible en los plazos más cortos posibles, esta medida no va a ayudar", asegura la industria en un comunicado.
En el tercer foco de conflicto entre la UE y la farmacéutica, la sangre al final no ha llegado al río. La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ha dado luz verde a la vacuna de AstraZeneca sin ningún tipo de restricciones. Durante días se especuló con que podría desaconsejarse para mayores de 65, como han sugerido Alemania o Francia. Eso habría empeorado todavía más las relaciones y habría impactado además en la campaña de vacunación.
La EMA ha decidido no ir por esa vía. Aunque reconoce que hay pocos datos sobre el efecto de la vacuna en los mayores -la mayoría de los participantes en los ensayos clínicos iniciales tenía entre 18 y 55 años-, su dictamen concluye que también genera respuesta inmune y es segura para mayores de 65 años.
La presión extrema que está ejerciendo la UE sobre AstraZeneca empieza a tener resultados, aunque limitados. El más evidente es un cambio de tono en su consejero delegado, que ha pasado de culpar del retraso a Bruselas en una combativa entrevista que dio el martes a asegurar este viernes que "estamos trabajando 24 horas al día y 7 días a la semana para mejorar nuestro suministro".
Mejorar las cifras
Soriot ha explicado que AstraZeneca tiene una cadena de producción desplegada por todo el mundo que ya produce 100 millones de dosis al mes. Su plan es redirigir sustancias farmacológicas (la materia prima de la vacuna) producidas en otras plantas del mundo a Europa para que se envasen y distribuyan aquí. Pero no ha dado ningún detalle de lugares ni de plazos.
La previsión que maneja la compañía sigue siendo entregar únicamente 31 millones de dosis de aquí a final de marzo. "Estamos trabajando en mejorar esta cifra. Es demasiado pronto para dar una actualización porque estas cuestiones son complicadas. Pero en los próximos días seguiremos trabajando con el fin de aumentar el suministro", ha dicho en rueda de prensa.
Durante el mes de febrero, AstraZeneca realizará un total de tres entregas a la UE. La primera, que llegará en los próximos días, será de 3 millones de dosis a repartir entre los 27 Estados miembros.
El consejero delegado hace valer además que su vacuna ya empieza a ser eficaz desde la primera dosis y la segunda puede retrasarse hasta tres meses. Pero en Bruselas se quejan de que no pueden planificar a largo plazo porque AstraZeneca tampoco ha concretado el plazo de entrega para los siguientes trimestres.